Los vapeadores, cigarrillos electrónicos, vaporizadores, plumas de vaporizador, pipas electrónicas, etc., son definidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) como productos de tabaco que se usan para describir los sistemas electrónicos de suministro de nicotina (ENDS, por sus siglas en inglés).

Aunque para la Organización Mundial de la Salud  “no hay duda de que son perjudiciales para la salud y no son seguros”, en los Estados Unidos se mantiene viva la discusión sobre el uso de estos artefactos, debido a que, según, organizaciones podrían ser menos dañinos e incluso ayudan a los fumadores a aminorar o eliminar el consumo de tabaco.

Sin embargo, en el debate, México ya expresó su postura a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) al declarar una “alerta sanitaria máxima por los riesgos a la salud que representan los productos comúnmente denominados vapeadores en todas sus modalidades”.

¿Inofensivos?

Hay muchos tipos diferentes de cigarrillos electrónicos en uso, también conocidos como Sistemas Electrónicos de Suministro de Nicotina, con cantidades variables y emisiones nocivas que de acuerdo con la OMS contienen otras sustancias tóxicas que son perjudiciales tanto para los usuarios como para las personas expuestas a los vapores de segunda mano.

“Se ha descubierto que algunos dispositivos que afirman estar libres de nicotina contienen nicotina”, asegura la agencia de salud, agregando que a pesar de que se sabe que no son seguros, es demasiado pronto para tener una respuesta clara sobre su impacto a largo plazo para usuarios o personas expuestas.

Entre las preocupaciones de la OMS es que los adolescentes se acercan a su uso, pero “la nicotina es altamente adictiva y los cerebros de los jóvenes se desarrollan hasta los veintitantos años. La exposición a la nicotina puede tener efectos nocivos duraderos”.

Los riesgos

La Cofepris explicó que la inhalación de un excipiente frecuentemente encontrado en los vapeadores denominado acetato de vitamina E constituye un riesgo alto para la salud al tratarse de una sustancia tóxica que puede ocasionar enfermedades respiratorias agudas e incluso la muerte.

Un estudio realizado y compartido a la autoridad sanitaria por el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) mostró la presencia de acetato de vitamina E en más de 35 muestras de personas fallecidas que consumían vapeadores como cigarros electrónicos.

Las tabacaleras detrás del éxito

En octubre de 2021, la Organización Panamericana de Salud publicó un artículo donde el investigador Inti Barrientos habló de los resultados de una investigación denominada “Repositorio SEAN”, la cual consistió en revisar 700 artículos publicados entre 2017 y 2019 de todo el mundo sobre los nuevos dispositivos de administración de nicotina.

Concluyó que parte del problema con el auge de estos dispositivos radica en que un alto porcentaje de la literatura disponible tiene “algún tipo de interferencia de la industria tabacalera, razón por la cual conceptúan a favor”.

Otra conclusión es que los artículos con datos epidemiológicos serios y sin interferencia demuestran como “en adolescentes hay entre 80 y 700 % más probabilidad de fumar cuando utilizan vapeadores”.

El pasado 27 de mayo, en la conferencia de medios a distancia “Los vapeadores en México, en el marco del Día Mundial sin Tabaco”, Ana Beatriz Moreno Coutiño, académica adscrita a la facultad de Psicología de la UNAM reconoció que las campañas del vapeo y de los cigarros electrónicos han sido dirigidas a los adolescentes, una población vulnerable y atractiva para ese mercado.

En el encuentro mencionó que la desregulación emocional es el principal factor asociado al “enganche en el consumo”, o sea, quienes viven ansiedad, depresión y estrés, o carecen de actividades placenteras y estimulantes o de retos personales, y quienes tienen una ausencia de figuras de apoyo emocional.

Sostuvo que una industria sin ética incluye sustancias nuevas para conocer el impacto que tienen en el mercado, químicos que emulan la actividad de cannabinoides, y quienes las consumen están probando químicos que “se parecen a”, son “conejillos de indias de productos baratísimos que vienen principalmente de China”, dijo.