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ABANICO/ La huella digital y el Tribunal de disciplina judicial

Por Ivette Estrada

Los ciudadanos olvidan. La tecnología no.

Y bajo esa hipótesis, algunos personajes tratan de ocultar yerros pasados mediante distintas triquiñuelas como la generación de interacción falsa, manipulación de métricas y difusión masiva de contenido

Con la obsesión por alcanzar fama y notoriedad, incluso a cualquier costo, apuestan por lo efímero e ignoran la reputación. Se les puede hallar en cualquier gripo etario e incluso en lugares insospechados, como la contienda para integrar el Tribunal de Disciplina Judicial.

Aquí aparecen los dos extremos, los que tienen el síndrome de Eróstrato, el griego que incendió el Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, sólo para ser “recodado” y quienes tienen la certeza de un buen nombre y presentan propuestas claras de transformación.

¿Quiénes son unos y otros? La huella digital los señala.

Martí Batres estuvo involucrado en la venta de leche contaminada, Leche Betty, enfrentó una demanda de pensión alimenticia por parte de la madre de uno de sus hijos, participó en un homenaje al líder de la iglesia La Luz del Mundo e incluso gestionó donaciones destinadas a Turquía, tras los sismos de 2023, que nunca llegaron a su destino.

Otro de los personajes mencionados en una encuesta por GobernArte, consultoría política de México, es Jaime Santana Turral, señalado por utilizar su cargo como secretario ejecutivo de la Comisión de Disciplina en el Consejo de la Judicatura Federal entre 2019 y 2023 para presionar a jueces y magistrados.

La huella digital de Rufino H. León Tovar, por otra parte, es diametralmente apuesta a Batres y Santana.

La Inteligencia Artificial es contundente: “Rufino H. León Tovar tiene una sólida reputación digital, destaca su compromiso con la justicia y su trayectoria limpia. Su campaña para el Tribunal de Disciplina Judicial es analizada por herramientas de inteligencia artificial que evalúan menciones, sentimientos y tendencias en línea. Estas herramientas identifican su reputación como un punto fuerte en comparación con otros candidatos que enfrentan escándalos mediáticos.

“Además, León Tovar inició su campaña con ejes rectores claros, en los que busca consolidar su imagen como un líder ético y profesional”.

En suma, H.León apuesta por la reputación, mientras los encandilados por la fama apuestan por cuentas masivas falsas, automatización de interacciones, manipulación de tendencias, generación de tráfico falso o compra de seguidores y “me gusta”.

Es momento de seguir la huella digital.

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ABANICO/ Creatividad, pura y llana

Por Ivette Estrada

La inteligencia Artificial modifica muchas de las maneras de interactuar y trabajar en el mundo. Pero existen actividades eminentemente humanas que nunca podrán desplazarlas la tecnología, como la imaginación. Y hoy, que herramientas como IA pretenden remplazar al ser humano, paradójicamente una de las competencias que mayor repunte presenta a nivel global es la creatividad.

Extrañamente, sólo el 5% de los profesionistas se asumen a si mismos como innovadores. Es como si temieran adoptar este enfoque que les permite dinamizar todos los puestos y estructuras de trabajo, como si se tratara de un don muy preciado pero inaccesible para la mayoría.

¿Qué ocurrió? La creatividad e imaginación durante mucho tiempo estuvieron proscritos de los entornos laborales. El mítico reto de “contrata a un artista” se consideró una falacia para los trabajos redituables, serios y confiables.

La imaginación se delegó a la “ocurrencia” a una osadía que jamás aparecería en los estados contables. Esto, mientras la innovación se reducía a fórmulas incrementales y “desabridas” y se confinaba el uso de productos y servicios a cosas ya probadas una y otra vez mientras se desoían las verdaderas demandas y expectativas de mercado.

Durante mucho tiempo se impuso un tácito “así se ha hecho siempre” en diversos sectores económicos e industrias. Así permanecería siempre.

Pero irrumpió la tecnología y apareció de la noche a la mañana una nueva manera de ver, plantear y ofrecer soluciones al mundo. Poco a poco la ola tecnológica pareció dominar más y más actividades, especialmente las previsibles y rutinarias, las que no aportaban gran valor sustancial. Se previó entonces que la milenaria maldición de que la máquina sustituía al hombre estaba echada finalmente. Craso error. Las grandes tecnologías señalaron el inicio de una época, la más humanista y creativa a lo largo de los siglos.

Si, tecnologías como Aprendizaje Acelerado, Big Data, Realidad Aumentada y otras reclamaban un especio en la Cuarta Revolución Industrial. Pero paradójicamente su funcionamiento emplea competencias eminentemente humanas para avanzar.

La comunicación, negociación, cuidado a los demás, trabajo en equipo, empatía, imaginación y creatividad se pusieron a la cabeza. La Inteligencia Artificial por si misma reclamó acotaciones morales éticas para operar. La avalancha de cibercrímenes en distintas industrias alertó que la era de ebullición tecnológica no estaba lista sin enmarcar las soluciones y propuestas en marcos donde el ser humano redefiniera la ética.

¿A dónde y cómo queremos llegar?, ¿Cómo subsistiremos a nuestros propios sesgos, discriminación y acotaciones?, ¿Cuándo lograremos establecer que el único techo al que nos afrontaremos es la propia imaginación que se nutre en la divergencia y respeto a los otros?

Es momento entonces de revalorar quiénes somos y lo que deseamos hacer como raza, como una de las especies consideradas más avanzadas, porque de cada uno de nosotros pende una misión que guardamos con gran secrecía: la vida, nuestras oportunidades, el cuidado a la naturaleza, las posibilidades y belleza en cada una de las acciones que emprendemos ya y legaremos al futuro.

La imaginación bulle. Es parte de lo que somos.

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ABANICO/ Trabajadores felices

Por Ivette Estrada

La felicidad es la piedra filosofal de nuestro tiempo. El “oro” que genera riqueza y desarrollo en las organizaciones. Y contrario a lo que asume comúnmente, se trata de una condición que puede aprenderse. Literal.

¿Cuáles son las aptitudes con mayor demanda en el mercado de trabajo? Iván Guerrero y Rosalinda Ballesteros, autores de Enfoque en liderazgo positivo, aseveran que una de las principales es la autoeficacia.

Es decir, resiliencia, flexibilidad y agilidad, motivación y autoconocimiento. También curiosidad y aprendizaje a lo largo de la vida, confiabilidad y atención al detalle. En suma: la capacidad de las personas para adaptarse a entornos adversos.

En el Foro Económico Mundial la autoeficacia aparece entre las diez aptitudes necesarias para el trabajo de hoy y del futuro. No parece raro si consideramos que la supervivencia está ligada a la rapidez de adaptación del entorno y no a la fuerza de una especie según Charles Darwin.

En el mercado laboral esta autoeficacia, asociada al propio bienestar, asciende en importancia junto con la capacidad de trabajo en equipo que implica empatía y escucha activa, liderazgo e influencia social.

“Si en las organizaciones aspiramos a la alta satisfacción, compromiso e involucramiento de las personas, es necesario comenzar a incorporar las habilidades del bienestar y del liderazgo positivo en los esquemas formativos. En otras palabras, enseñar a las personas a que sean felices y a que sean altamente productivas en el trabajo”, remarcan los directivos del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral de la Universidad Tecmilenio.

La conexión emocional de las personas en sus trabajos es la clave para augurar mayor productividad y catapultar la innovación. Sin embargo, sólo 23% de las personas a nivel mundial se sienten involucradas en su trabajo, dice la consultora Gallup en su informe State the Global Workplace.

Ante esto, y una ascendente “renuncia silenciosa” que se evidenció globalmente tras la pandemia de Covid-19, las organizaciones deben generar acciones que incidan en el mayor bienestar de sus colaboradores.

Entre las más importantes Ballesteros y Guerrero enumeran la flexibilidad laboral, protocolos contra el acosos y hostigamiento psicológico, procesos de promoción transparentes, igualdad en las remuneraciones, promover la filosofía organizacional y realizar acciones en beneficio a la comunidad.

Sin embargo, existe una herramienta crucial en las empresas: incrementar el aprendizaje de nuevas habilidades. Ampliar el conocimiento contribuye a desarrollar recursos que elevan las capacidades para desempeñarse mejor, afrontar las exigencias laborales y fomentar una mayor autoeficacia.

La autoeficacia también eleva la autoestima y genera mayores mecanismos de resiliencia y automotivación. Paradójicamente, en México sólo 5 de cada 10 personas reciben capacitación en su trabajo según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Ante esto, crear diferencial y ostentar el liderazgo en la industria implica comenzar a invertir en programas orientados al desarrollo de habilidades interpersonales y de liderazgo. Es el corazón de estrategias para aumentar la productividad y eficacia organizacional. Las personas son primero.

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ABANICO/ El rey camaleón

Por Ivette Estrada

En la oficina el líder camaleónico es el rey. Es el que posee mayor versatilidad.

La versatilidad es el signo indiscutible de la adaptación al cambio. Es la característica de quien crea oportunidades y genera resiliencia. También es el innegable “don” del éxito y la vigencia.

Se presagió hace mucho tiempo. Charles Darwin identificó la capacidad de adaptación como signo de supervivencia, no la fuerza. El mensaje general hoy prevalece a nivel personal y empresarial al incidir en la capacidad de obtener oportunidades.

De manera simultánea, la creatividad e innovación también se asocian con el grado de versatilidad que se posea. Dominar más de una disciplina y luego combinarlas permite forjar nuevas ideas e inventos. Más aún, esta característica se impone en el liderazgo.

Incesantes desafíos como interrupciones de la cadena de suministro, inflación, polarización política y disturbios globales así como el aumento de la tasa de cambio tecnológico como la IA generativa y aplicada, hoy afectan drásticamente a los modelos de negocio y la forma en que trabajan las personas.

Aunado a esto, aparecen la convergencia generacional en el lugar de trabajo; miembros de la generación silenciosa y bbay boomer laboran con la generación X, Millenialls y miembros de la generación Z.

Para hacer frente a estos desafíos, los líderes requieren versatilidad en las experiencias en su carrera, aprendizaje de cosas nuevas e interacción con una variedad de partes interesadas.

Los buenos líderes continuamente se desafían a sí mismos y a sus organizaciones. Se rehúsan a estar mucho tiempo en su zona de confort. Esto contradice una práctica organizacional habitual: destacar en un reducido grupo de habilidades para llegar a la cima.

Sin embargo, tener una sola fuerza limita la dirección y gestión. Se requerirán otros conocimientos y habilidades a lo largo de la transformación de la compañía.

Alto aquí: conviene ser realistas. Un directivo exitoso no es un “sabelotodo” pero si está atento a rodearse de los mejores consultores sobre tareas específicas. Comúnmente esos expertos están en la línea media del organigrama: saber de funciones operativas concretas, pero también de la visión de la C Suite.

La versatilidad permite a un líder ayudar a los directivos a interactuar de manera efectiva con los empleados y otras partes interesadas y tener un gran impacto en el resultado final.

Pero, ¿cómo se obtiene la versatilidad, imbricada tan profundamente en el poder de adaptación?

Una variedad de habilidades operativas es el primer requisito previo para cultivar la versatilidad. La segunda es ser un pensador profundo y creativo que logre conocer las complejidades de su negocio. Es decir, pensar profundamente en lo que hace que una organización funcione y sus diferentes capacidades y activos.

Aunque la educación formal en una disciplina en particular ayuda, se requiere una basta dosis de curiosidad para entender lo que hace un producto, cómo y por qué lo hace.

Esto implica asumir una mentalidad de aprendizaje continuo. Es salir y ver a la gente para hacerles preguntas porque realmente queremos ser lo mejor que podemos ser. Esa es la materia prima de la versatilidad y el ADN de los camaleones: reyes del lugar de trabajo.

 

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ABANICO/ No estás solo

Por Ivette Estrada

Ante la incertidumbre y desesperanza, e incluso al enfrentar grandes pérdidas, quienes son conscientes de su espiritualidad y aquellos que profesan alguna religión suelen tener una capacidad mayor de resiliencia. Poseen la convicción de no estar solos.

Ese poder espiritual algunos lo limitan a tener una conexión con algo más grande que uno mismo o un sentido de propósito. Encontrar este significado se asocia con una fuerte salud mental, social y física. Es asumir que nuestra vida está llena de significados.

Esa espiritualidad, que los creyentes asumen como la consciencia de Dios en uno, también tiene un parte pragmática y mundana: una dimensión central de la salud.

Algunos la asocian con seguir una brújula moral interna o encontrar la paz y la calma a través de la meditación. Otros lo ligan a las creencias religiosas o a la conexión con algo más grande que uno mismo y a un fuerte sentido de propósito. Es la capacidad de sentirse arraigado y consciente del momento presente.

A medida que pasa el tiempo, instituciones como las iglesias pierden su relevancia en la vida de las personas. Pero eso no limita el credo en que estamos interconectados con un poder superior. Algunos asumen que esa grandeza es el rencuentro con nuestro propio centro o capacidad de respirar de manera consciente. Para otros es una fuerza interna que nos impulsa a dar lo mejor de nosotros mismos o realizar una obra benéfica para alguien más.

Sin importar el concepto de espiritualidad, que puede conceptualizarse como la mejor versión de nosotros mismos o la faz más luminosa de lo que somos, tiene una incidencia directa y radical en cómo nos sentimos física, mental y emocionalmente. Determina en gran medida la capacidad de generar interacciones más valiosas con otros, de aportar y generar ideas, de asumir que pueden crearse mejores realidades para todos.

La espiritualidad, o salud espiritual como le llaman las consultorías de negocios, es la herramienta más poderosa de la resiliencia. Es la capacidad de clamar al Creador de todo por ayudarnos a salvar escollos que parecen gigantescos. Incluso para enfrentar las fuerzas de la naturaleza en el disfraz de catástrofes atmosféricas, guerras o pandemias.

Espiritualidad en la conexión con Dios, cualquiera que sea su nombre o los ritos para alcanzarla. Y ese indefinible factor tiene la capacidad de volvernos más fuertes, resistentes y capaces. Es lo único que puede obligarnos a dar todo de si, de intentar infinitas veces conseguir un objetivo, de obsesionarnos con la mejora continua y algunas capacidades más mundanas como el reskilling.

La oración, meditación y respiración profundas son las maneras más convencionales de conectar con la espiritualidad, pero también el contacto con la naturaleza, compartir momentos con familiares o amigos o disfrutar el arte.

Por ello, las empresas comienzan a establecer gestiones en las que se proporciona a los colaboradores clases de yoga, tiempo para meditar, círculos de lectura, asistencia a galerías, música relajante y el propio reconocimiento a la espiritualidad.

Esto a través de fiestas de guardar de distintas religiones, tiempo de oración o capillas en la oficina y un profundo sentido de que nuestros credos transforman lo que somos y hacemos. Si. Necesitamos que nuestras deidades permanezcan con nosotros siempre, aún en el trabajo. Necesitamos esa voz que nos asegura :”no estás solo”.

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ABANICO/ Andrógino, por favor

Por Ivette Estrada

Características de la personalidad desde siempre se dividieron en mayoritariamente femeninas o masculinas. Se trata de una bifurcación para ahondar en las brechas de género, en tratar de catalogar y segregarnos.

Existes estudios mañosos que incluso aseveran que en las economías donde existe mayor igual de género las características de personalidad de uno y otro sexo son más notables. ¡Craso error! Esta división tiende a bifurcar y establecer modelos idéneos de lo que es la femineidad y masculinidad.

En la medida que “aceptamos”, tácita o explícitamente que “debemos” tener determinadas características de personalidad en razón del género, ahondamos en los estereotipos y prejuicios.

Minimizar los caracteres andróginos, por otra parte, es apoyar la unificación del ser. Es decir, aceptar que un hombre puede ser amable y una mujer asertiva. Que no hay nada predeterminado, que todo obedece a nuestros credos, marco referencial, estirpe…

¿Cómo debe ser un hombre?, ¿Qué se considera idóneo en una mujer? La tarea es perniciosa e inútil. Cada uno somos un conjunto inacabado de rasgos. Cada uno aparecemos en el mundo y cumplimos nuestra misión de maneras únicas porque nadie es como nosotros.

No nos endilguen ninguna característica a priori. Ser de uno u otro género no nos obliga a abrazar determinados rasgos dictados por la conveniencia social.

Si antaño los roles de género fueron más estrictos en aras de preservar la familia tradicional y la preservación de los bienes, la incorporación de la mujer a la población económicamente activa cambia radicalmente las necesidades de ser de determinada manera o “parecer”.

Ya no existen los acotamientos ancestrales geográficos: ella al interior del hogar, él fuera. Ella dedicada al cuidado de la casa y las necesidades de sus habitantes. Ël para consolidar triunfos y conformar transformaciones en el mundo. Hoy las funciones se enlazan. Hoy es imposible persistir en lo que es bueno para uno u otro género.

Emerge una nueva femineidad pero también se renueva el concepto de masculinidad. Los márgenes de las actividades, actitudes y rolos se desdibujan.

No se trata de abrazar para sí los caracteres que se endilgaron históricamente para el otro sexo. Es admitir que cada uno de los seres de este mundo somos únicos y podemos tener infinidad de caracteres de personalidad sin sesgos ni imposiciones.

Finalmente, la batalla no es destacar de manera controversial o entablar una lucha sin cuartel con el otro sexo. Es armonizar nuestros capacidades, anhelos y sueños.

Por ello, antes de proclamar soy hombre o soy mujeres, deberíamos cuidar de ser humanos, de tratar de tener la mejor versión de nosotros mismos. No importa si para ello incorporamos en nuestra esencia amabilidad, tesón, empatía, fortaleza. Las características andróginas son las que nos hacer eminentemente humanos. Y eso es lo que necesitamos para realmente ser.

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ABANICO/ El Principio

Por Ivette Estrada

Hoy es el primer día. Inicia una era de realizaciones y de construcciones felices. Comienza un ciclo en el que decidimos ser mejores que antes, que tratamos de aportar al crecimiento de otros aunque nuestras fuerzas sean exiguas y los recursos parcos. Hoy nos asumimos como grandes seres con una misión.

¿Por qué? Porque Navidad representa la oportunidad. Porque es un recuerdo fehaciente de que podemos impulsar los cambios que queremos en el mundo, escribir los libros que deseamos leer, generar las obras que nos gustaría tener. Porque aunque el cinismo nos haya cegado muchas veces, debemos entender que las enormes transfiguraciones en el mundo inician con nosotros y nuestra percepción.

No podemos incidir en el curso de la historia y las grandes irrupciones que testificaremos a lo largo de la vida, pero si la manera de abordarlas y las actitudes y decisiones que generaremos. No esperaremos cambios en otros, sino en lo que hoy somos. Debemos crear una reinvención de nuestras capacidades y extender los dones. Hoy podemos iniciar una espiral ascendente hacia el aprendizaje continuo.

Que en nuestros grandes soliloquios aparezca la noción de cómo podemos servir a los demás, de qué manera podemos aportar valor a otros, en qué formas podemos incidir en que todos tengan otras visiones de su propia capacidad y valor.

Navidad es principio. El origen de una mejor versión de nosotros mismos. La etapa en la que cerramos viejas rencillas y nos abocamos en el perdón por nuestros errores. Cesa la condena a los yerros. Inicia la oportunidad de transformar lo que no queremos y apuntalar esperanzas.

Inicia la etapa más venturosa y feliz. ¿La fecha es arbitraria? Tal vez, pero también convenientemente significativa. Es lunes, inicio de semana laboral, pero más determinante aún: es Navidad. Nace en la memoria y emociones el Gran Maestro.

Su enseñanza fue el Amor. Si el Antiguo Testamento nos condenó al sufrimiento y temor de Dios, un Jesucristo sabio sólo nos dio un mandato: Amar a los otros como a nosotros mismo, como Él nos ama.

Eso es altamente revelador. Es el permiso divino para el amor propia, para fortalecer la autoestima, para creernos seres capaces de emprender rutas de fortuna, pero también de amor a otros sin restricciones. Estamos hechos con polvo de estrellas.

Y uno de los rostros más “terrenales” y asequibles del amor es el servicio.

Entonces el planteamiento resulta sustancial: ¿cuáles de mis capacidades, destrezas y dones pueden servir a los demás?, ¿cómo puedo enriquecer la vida de los otros, lograr que tengan una visión más benigna de si mismos, facilitarles la vida, ayudarles a descubrir caminos?

Navidad es un permiso ancestral para transformar y aspirar a grandes y trascendentales cosas, es el momento idóneo para poderle implorar al Creador de la vida y de todo: Señor, permíteme ser una llama siempre viva, una lámpara encendida.

Y el Señor no con un tinte segregasionista de género, sino como el símbolo eterno de respeto con el que uno invoca lo más grande, con lo que emerge la noción de Divinidad.

Y aspirar a ser luz es clamar por encontrar nuestro propio significado de vida y, en el camino, lograr que otros encuentren respuestas y se sepan relevantes con la misión de vida que decidan.

Feliz inicio de vida. Feliz nacimiento de semillas de cambio y bondad. Hoy es el momento de decidir ser felices.

 

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PRI sin candidato presidencial en 2024

Línea Fifí

Por Martín de J. Takagui

Después de 95 años de existencia, por primera vez el Partido Revolucionario Institucional no definirá su candidatura presidencial en 2024; será el PAN quien defina al abanderado de la Coalición «Va Por México» y tanto el PRI, cómo el PRD lo apoyarán incondicionalmente.

De esta manera se fortalece, cómo nunca el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Santiago Creel Miranda, quien ha expresado su interés y ya trabaja, por debajo del agua, para hacer los amarres políticos correspondientes.

Así, se feustran los sueños de viejos priistas como Beatriz Paredes Rangel o la sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari, Claudia Ruiz Massieu Salinas, al igual que Ildefonso Guajardo, Ex secretario de Economía y Alejandro Murat, ex gobernador de Oaxaca, todos ellos enemistados con el actual presidente del PRI, Alejandro alias “Alito” Moreno Cárdenas.

Otro que se había pronunciado en busca de la candidatura tricolor para el 24 es José Ángel Gurría, ex secretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda, que fue el único aspirante priísta que si asistió al lanzamiento de la Coalición Va Por México, realizado en un hotel de Paseo de la Reforma en la CDMX, pero también vio desvanecida la posibilidad de un prometedor futuro político.

Los acuerdos de la coalición, después de más de cuatro meses de desencuentros, finalmente se lograron, pero muy tarde, pues a estas alturas, cuando falta un año para la definición de la candidatura presidencial es muy prematuro pensar en un personaje que traiga sangre y cara nueva.

Como en las épocas de los ochentas y noventas, el relanzamiento de la Coalición Va Por México, integrado por los tres partidos que parecían irreconciliables, se juntaron con sus activos y personalidades políticos, en un mismo salón, con un mismo discurso y en busca de un mismo objetivo: derrotar a Morena en los comicios de 2023 para gobernadores del Estado de México y de Coahuila y en los de 2024, por la Presidencia de la República.

Más de 50 cámaras de Televisión, micrófonos de todas las radiodifusoras, transmisiones en vivo, los periodistas más avezados, los especializados en política, algunos analistas políticos y hasta los llamados pasquineros se dieron cita en ese gran salón al que asistieron políticos de ayer y de hoy. De todo hubo.

Asistieron los dirigentes nacionales, Alejandro Moreno Cárdenas, Marko Cortés Mendoza y Jesús Zambrano Grijalva, coordinadores parlamentarios del PAN y del PRD también estuvieron, los dirigentes estatales del Estado de México y de Coahuila, pero además personalidades como Santiago Creel y Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón, quien en breve, nos informaron, se reafiliará al PAN, pues aunque forma parte de la bancada de diputados del PAN, mantiene la promesa de volver a ser panista.

UN LASTRE PARA ALCANZAR ACUERDOS

“Ha sido un lastre la presencia de Alito al frente del PRI, es toda una aventura, pero al final y a pesar de Alito, se lograron los acuerdos, porque fue muy difícil este proceso de reacomodo, después de las traiciones que hubo de parte del dirigente del PRI”, dijo alguno de los miembros de las dirigencias nacionales de los otros partidos.

Y la verdad es que la presidencia de Moreno Cárdenas Enel PRI ha sido nefasta para muchos de los priistas tradicionales y para sus principales figuras políticas, como los presidenciables antes citados y para la militancia en general.

Sus resultados están a la vista: por primera vez en 95 años, después de la fundación del Partido de la Revolución Mexicana, que se ha transformado en Partido Nacional Revolucionario y Partido Revolucionario Institucional, por primera vez en la historia no definirá a sus candidatos a la Presidencia de la República ni a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Mario Delgado, presidente nacional de Morena y el propio presidente Andrés López Obrador sienten algo más que cosquillas, quizás hasta escalofríos al ver que, finalmente, se logró organizar la oposición y avanzarán como un mismo ente político, que ya se prepara para aprovechar las inconformidades y frustraciones que genera el gobierno de la autollamada Cuarta Transformación.

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ABANICO / Indiferencia: el alto precio de callar

Por Ivette Estrada
El silencio tiene un alto costo para las marcas. Aquellas que decidieron “callar” y abandonar la interacción con sus públicos durante la pandemia, hoy tardarán hasta 4.5 años en recuperar el posicionamiento de mercado que tenían antes de 2020. Hoy, quienes desestiman los problemas sociales, se vuelven irrelevantes para los consumidores.
Aunque a nivel global reconocemos que deseamos trabajar en una empresa alineada a nuestros valores de vida, también tendemos a privilegiar marcas con objetivos alineados a los nuestros. La incógnita es: ¿por qué las empresas no dejan clara su postura sobre temas sociales relevantes?
El 55% de las marcas no divulga su postura sobre problemas que afectan a la sociedad. Paradójicamente, las audiencias claves esperan que el CEO de la empresa si comunique su postura sobre temas sociales relevantes.
La respuesta es que las marcas evitan la confrontación, sobre todo en mercados altamente polarizados. Se detecta un apasionamiento tal, que hoy es factible entablar peleas verbales aún en la mesa. Entonces, las marcas enfrentarán un campo minado político si no tienen cuidado.
Sin embargo, el silencio genera una percepción de alejamiento, indiferencia o frialdad.
La disyuntiva es clara: ¿hablar o callar? ¿Hablar! Y para ello deben considerarse posiciones sociales y de política pública que podrían ser estratégicas e inteligentes. Sin embargo, las marcas tratan de determinar si deben hablar y cuándo, sino que también analizan si tienen o no la autoridad y la capacidad para hacerlo.
Es decir: Las marcas son muy conscientes de que emitir declaraciones sin respaldarlas con cambios reales, pueden ser despreciadas por «lavado de propósito» o «señalización de virtud», lo que comúnmente tildamos de hipocresía. Hoy, más que nunca, se fortalece la tolerancia cero para los gestos no respaldados por la acción. Lo que está en juego es la reputación, el bien que representa hasta el 60% del valor de una marca.
Por ello, incluso las empresas con mayor conciencia social tienen cuidado con las posturas de defensa sobre ciertos temas.
Callar, sin embargo, implica adentrarse a un mercado indiferenciado, débil, anodino y sin personalidad. Las marcas con tales estigmas tendrán hasta 60% más de problemas para destacar en los anaqueles y pisos de ventas.
Así, conviene preparar a los voceros de las organizaciones e institucionalizar en qué casos tomar una postura social y cómo abordarla.
Existen marcos para las crisis «tradicionales» como los problemas operativos, mala conducta ejecutiva, incluso activismo de los accionistas. Pero no existe aún una planificación de escenarios para elaborar estrategias sobre los riesgos, recompensas y respuestas con respecto a la comunicación de los valores de una marca.
Urge delinear las políticas de expresión corporativa. En tiempos de gran indefinición, polarización y recesión no debe prevalecer el silencio. Las mordazas autoimpuestas pueden dañar a grados no imaginados.