El gobierno talibán bajó el tono ante la ONU en medio de las tensiones entre ambos por la ley promulgada en Afganistán que reduce aún más los derechos de las mujeres y de la sociedad en su conjunto.

«Creemos en la importancia y la eficacia de las interacciones […], la única manera de encontrar soluciones a los problemas», afirmó el sábado el vocero adjunto del gobierno, Hamdullah Fitrat. «El Emirato Islámico está a favor de interacciones positivas con países y organizaciones internacionales, de acuerdo con la sharia (ley) islámica», agregó.

El viernes, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres aseguró que la organización «seguirá cooperando con todas las partes interesadas en Afganistán, incluido (el gobierno talibán)» y pidió a Kabul «que abra más vías para la cooperación diplomática».

Los talibanes han puesto más restricciones sociales tanto a hombres como mujeres. (AFP)

Guterres reaccionaba de este modo a la decisión del ministerio encargado de la moral del gobierno talibán de cooperar con la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (MANUA), que expresó «preocupación» por la ley para «promover la virtud y prevenir el vicio», promulgada el 22 de agosto.

Entre otras cosas, la ley estipula que las mujeres deben cubrirse la cara y el cuerpo si salen de casa. También las obliga a asegurarse de que no se oye su voz en el espacio público, lo que les impide cantar o recitar poesía. El Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio (PVPV) «dejará de prestar apoyo y de cooperar con la MANUA, que será considerada una parte contraria», señaló el ministerio en un comunicado el jueves.

Los talibanes celebraron este mes el tercer aniversario de su reconquista del poder. Desde entonces, han aplicado la ley islámica de forma ultrarrigurosa y han recortado severamente la libertad de las mujeres, al igual que durante su primer gobierno (1996-2001).