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POR AMOR AL ARTE/ Creadores en tiempo de crisis

Por Elizabeth Ambríz Olavarria, presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP).
La pandemia mundial de Covid-19 y la actual invasión de Rusia a Ucrania, generan cambios radicales en la percepción, creencias y conceptualización del arte, pero también en la manera de interactuar con nuestros públicos y enfrentar nuevos retos como a creciente tecnología y digitalización que disparan sistemas como Inteligencia Artificial.
Las crisis implican revisar nuestra misión, valores esenciales y prioridades, pero también reconsiderar nuestras necesidades fundamentales como la recaudación de regalías por derechos de autor.
Al mismo tiempo, con el auge del consumo de contenidos digitales y del streaming, vivimos en este tiempo un cambio radical en nuestro sector y en la actividad económica de los creadores. En sí, nuestro ecosistema creativo cambió para siempre.
Lo digital, en tanto, nos confiere un papel más importante en la vida de los autores plásticos. La información y los datos tienen que ser más detallados, y se necesita más colaboración a nivel mundial con las partes interesadas de todos los repertorios.
Este es un momento trascendental: Nos adaptamos al consumo de contenidos digitales de estos últimos dos años. Estas prioridades incluyen el streaming en vivo, la concesión de licencias digitales y la mejora del soporte a los sistemas de información.
De forma simultánea, nuestras actividades de lobbying y de sensibilización se centran en los derechos digitales y en los ingresos de las explotaciones en línea, así como su importancia para la subsistencia de los creadores en la era post COVID.
Sin embargo, esto no es el único reto.
Aunque en general se acepta que la tecnología de la Inteligencia Artificial (IA) no es capaz por ahora de generar obras artísticas de forma autónoma, los responsables políticos se plantean ya la necesidad de adaptar las legislaciones actuales sobre derechos de autor a la evolución de las tecnologías. En México este trabajo resulta aún muy incipiente.
A nivel mundial, a través de su grupo de trabajo específico sobre IA de la Comisión Jurídica y de la Comisión Política Global, se redactaron unas recomendaciones estratégicas para orientar a las acciones de lobbying en las sociedades de gestión colectiva de los creadores.
Los diálogos sobre Propiedad Intelectual (PI) e Inteligencia Artificial (IA), asimismo, plantean su preocupación por el enfoque excesivamente amplio de la excepción al derecho de autor para las utilizaciones por la IA, en particular en el contexto de textos y minería de datos.
En la Unión Europea, tras la publicación de la propuesta de la Comisión Europea de un paquete legislativo relativo a la inteligencia artificial, y de un estudio sobre la relación entre la IA y la gestión de datos relativos a los derechos de autor y su impacto en el marco jurídico sobre el derecho de autor, representan lo más avanzado en la materia.
Con el auge de los medios digitales, ahora más que nunca, los creadores de todas las regiones del mundo deben tomar decisiones profesionales sostenibles y conservar sus derechos.
Los creadores debemos ser más conscientes de nuestros propios derechos.

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POR AMOR AL ARTE/ Una mirada al design thinking

Por Elizabeth Ambriz Olavarria, presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP).
Cada vez más empresas buscan nuevos métodos para estimular la creatividad en un clima de negocios en rápido movimiento. Uno de los caminos explorados para lograrlo es el design thinking, una de las maneras de incorporar un estilo de pensamiento diferente a la empresa tradicional.
Y si, este pensamiento de diseño explora el hemisferio cerebral derecho y es como comúnmente los artistas resuelven los problemas y miran al mundo.
El pensamiento de diseño intenta «hacer que las personas piensen como un diseñador y obtengan empatía por el usuario final». Es una forma de resolver problemas de una manera eficiente y creativa que es mejor para el negocio y para los usuarios.
Sin embargo, también presenta ventajas adicionales. Según un estudio de impacto económico de Forrester realizado para IBM en 2018, esta estrategia redujo el tiempo de diseño en 75% en la empresa mientras el tiempo de comercialización se redujo a la mitad y el retorno de la inversión alcanzó el 301%.
El pensamiento de diseño es una nueva metodología para inspirar la innovación. Algunas de estas firmas, dentro de sectores como los seguros, la salud o las empresas de alta tecnología, no tienen la costumbre de considerar al diseño
Cuando se compara con un enfoque tradicional de negocios centrado en los datos, los conflictos con el pensamiento de diseño pueden ser obvios. Por ejemplo, en el primero, un enfoque cualitativo y etnográfico está en el corazón de la investigación de los usuarios, basado en la suposición de que los datos ricos y cualitativos son una mejor base que los datos de gran muestra para comprender a los usuarios. La fricción ocurre cuando las ideas subjetivas y centradas en el ser humano del pensamiento de diseño son difíciles de cuadrar con las razones establecidas de una empresa para la objetividad basada en datos cuantitativos.
Del mismo modo, el pensamiento de diseño promueve la aceptación de objetivos cambiantes y no conocer el resultado de antemano. Los desafíos surgen si la empresa no acepta la ambigüedad y considera la incertidumbre como un problema a evitar en lugar de una oportunidad para la exploración.
El desajuste en los valores puede obstaculizar la implementación del pensamiento de diseño, así como el logro de resultados positivos. Una estrategia de implementación que se basa únicamente en la capacitación en experiencia en diseño corre el riesgo de fracasar, porque se requiere la aceptación de la cultura y los valores del pensamiento de diseño.
Para gestionar mejor la adopción del pensamiento de diseño, el arquetipo cultural sugerido se puede utilizar para crear conciencia y fomentar el diálogo con el fin de comprender y limitar las tensiones potenciales. Se puede utilizar para evaluar y abordar las brechas culturales que podrían causar fricción, y descubrir discrepancias entre los valores adoptados y los valores realmente en uso en la organización.
Si las empresas quieren adoptar el pensamiento de diseño con éxito, deben preguntarse si su propia cultura es compatible. Una definición de los arquetipos culturales asociados con el pensamiento de diseño puede ayudar en este asunto.

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POR AMOR AL ARTE/ Un siglo de protección autoral

Por Elizabeth Ambríz Olovarria, Presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP)
México es un prestigioso ejemplo mundial en lo que se refiere al plazo de protección de los derechos de autor.
Las sucesivas reformas realizadas en las últimas décadas lograron que el plazo de protección pasara de 20 años post mortem en 1948, a 65 años en la ley federal sobre el derecho de autor de 1963, hasta llegar a los 100 años en la legislación actual.
Sin embargo, se debate la reducción de este plazo de protección, lo que constituiría un retroceso perjudicial para los derechos económicos de los creadores.
Además, esta reducción no sería coherente con diferentes iniciativas en todo el mundo que promueven activamente la ampliación del plazo de protección a 70 años post morten en Uruguay y Japón, a 75 años en Guatemala y a 80 años en Colombia.
Ahora, el dominio público en México refiere a la forma en que el concepto jurídico de dominio público se encuentra regulado en las leyes mexicanas sobre derecho de autor. Tiene el plazo de protección más amplio del mundo, correspondiente a 100 años a partir de la muerte de la persona autora o de la fecha en que se den a conocer aquellas obras de carácter póstumo.
Esto aparece en el artículo 29 de la Ley Federal del Derecho de Autor establece un periodo de protección de 100 años después del fallecimiento de la persona autora o de la fecha de publicación, en el caso de obras póstumas.
Durante ese plazo, las personas herederas o causahabientes pueden continuar la explotación de las obras de forma exclusiva y percibir los beneficios económicos correspondientes.
Cuando el plazo se venza, las obras entran en el dominio público, lo que permite que cualquiera pueda utilizar las obras libremente sin necesidad de pago u autorización, mientras respete los derechos morales del autor.
No obstante, determinar si una obra se encuentra en el dominio público o no es una tarea compleja, ya que existen discrepancias respecto a la fecha a partir de la cual se debe contar el plazo de protección, ya que en algunos casos corresponde a la publicación de la obra, mientras que en otros al registro o al fallecimiento de la persona autora.
Los primeros ordenamientos jurídicos en México para regular los plazos de protección fueron los Códigos Civiles de 1870 y 1884, que estipulaban un periodo correspondiente a la vida de la persona autora más 30 años a partir de su muerte.
La reforma más reciente al respecto ocurrió en 2003, cuando se extendió el periodo de protección a 100 años después de la muerte del autor. Ni la reforma de 1996 ni la de 2003 consideraron la aplicación retroactiva del plazo.
En el caso de las obras anónimas, la Ley Federal de Derecho de Autor indica que son de libre utilización en tanto no se conozca o exista un titular de derechos patrimoniales ─es decir, de explotación comercial de la obra─ que los reivindique. Así mismo, la ley prevé que, en cuanto aparezca una persona autora o titular de los derechos patrimoniales, quien haya hecho uso y/o explotación la obra anónima, deberá hacer el pago correspondiente de regalías

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POR AMOR AL ARTE/ La industria creativa mexicana

Por Elizabeth Ambríz Olavarria, presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP).

El 80% de las industrias creativas mexicanas son pequeñas y medianas empresas que dan trabajo a más de tres millones de familias mexicanas. En este momento, los embates de la tecnología digital y de la piratería, orillan a este sector en decrecimiento constante, cuando hasta hace una década aportaban al Producto Interno Bruto (PIB) el 8%.
¿Qué ocurre ahora?
La ilegalidad en los productos culturales propicia que los autores no cuenten con un nivel de vida óptimo para crear. Existe una deuda histórica por la falta de regulación del derecho a una remuneración compensatoria por copia privada. Esto resulta inaudito.
Más aún si consideramos que derivado de la firma del T-MEC, México reformó su legislación en Derechos de Autor, Propiedad Intelectual y Código Penal Federal en el entorno digital para cumplir con los estándares internacionales.
Esto representa notables avances en el ámbito musical, por ejemplo:
Como parte de las reformas en materia de Derechos de Autor, se implementó el mecanismo de Aviso y Retirada bajo el cual se removieron, desde el 1 de julio de 2020, un total de 29 millones, 154 mil 693 canciones no autorizadas en internet. Con esta acción México ocupa el 2º lugar en remociones a nivel mundial de la industria musical, sólo detrás de Reino Unido.
Asimismo, la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, o Ley de Patrimonio Cultural, busca registrar, clasificar y documentar las expresiones culturales tradicionales (ECTs) de las comunidades indígenas, aunque aún no se define el otorgamiento de autorizaciones, lo que genera inseguridad jurídica para algunas industrias.
Otra de las legislaciones que entraron en vigor en el país fue la Ley General de Bibliotecas que establece sean depositadas copias de obras de fonogramas en la Biblioteca del Congreso, Biblioteca de México y la Biblioteca Nacional, lo que podría generar incompatibilidad con la protección de derechos de autor.
Ante este panorama, son cruciales las sociedades de gestión colectiva en el país, mismas que impulsaron la reforma sobre el derecho de remuneración compensatoria por copia privada, que fue rechazada en el Congreso en abril de 2021.
Vivimos, en sí, una era crucial para generar las condiciones que nos permitan la justa remuneración a los creadores y logremos juntos, como sociedad, aportaciones trascendentales en la vida económica y cultural del país.
Son momentos trascendentales: aún no concluye la pandemia que disminuyó significativamente la recaudación por derechos de autor y dejó a los creadores en una situación económica delicada. La remuneración por concepto de Copia Privada es esencial.

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POR AMOR AL ARTE/ Arte digital

Por Elizabeth Ambríz Olavarria, presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP).
La evolución de la tecnología en los últimos años es vertiginosa y conforma nuevas realidades y distintas maneras de representar ideas, fobias, anhelos y quimeras.
Hoy logramos acceder a innumerables sitios en Internet y esto permea la mayoría de los estratos sociales mientras las nuevas generaciones se alternan entre la realidad y el mundo virtual.
A la par, por las redes sociales y portales de micro blogging, logramos multitudinaria y libremente deambular por espacios físicamente lejanos, pero a la vez conectados a través de la red de Internet.
Así la tecnología digital a través del ordenador, la fotografía digital y el video digital, los programas para creación y edición de sonidos y los sistemas de realidad aumentada y video de creación en tiempo real, entre otros, modifican la forma en como nos relacionamos con el mundo.
Estos cambios, necesariamente, repercuten en las manifestaciones artísticas vinculadas y emerge el Net Art, el Video Arte, las esculturas experimentales, las videoinstalaciones, las instalaciones interactivas y otras.
Así tenemos que la realidad virtual y aumentada transforman la vida cotidiana, por lo no es extraño que algunos de los actuales cauces de expresión artística utilicen las nuevas tecnologías como forma de expresión.
El profesor alemán Max Bense2 es uno de los pioneros en generar el marco teórico sobre arte y ordenador mientras Michael Noll3 fue otro precursor en Estados Unidos y en 1965 realizó su primera exposición: Computer Generated Pictures en la Howard Wise Gallery en Nueva York.
Georg Nees, junto con Friedrich Nake y A. Michael Noll organizaron La primera exposición seminal sobre gráficos por ordenador que lo llamaron Computer Art tres años antes.
En 1968 se llevó a cabo en Londres una de las exposiciones colectivas más importantes: Cybernetic Serendipity4, en el Institute of Contemporay Art de Londres.
Otro caso digno de mención fueron con el Experiments in Art and Technology fundado en 1966 por Billy Klüver y Fred Waldhauer y los artistas Robert Rauschenberg y Robert Whitman, la organización sin fines de lucro se desarrolló a través de la experiencia de nueve tardes donde reunieron teatro e ingeniería.
Ahora, uno de los artistas que sin duda es un pilar muy importante del arte digital es Charles Csuri5, quien en 1967 el 4th International Experimental Film Festival de Bruselas, Bélgica, lo premió por su trabajo en animación. Su trabajo también destacó en la exposición Cybernetic Serendipity.
Csuri6 fue reconocido por la revista Smithsonian como el padre del arte digital y la animación por computadora y como pionero de la animación por computadora por el Museo de Arte Moderno MOMA.
Por otra parte, desde el 2000 se comenzó a crear la base de datos para el Digital Art Museum (DAM) para empezar a documentar el desarrollo del arte digital, que crece exponencialmente.
La evolución del Arte Digital aumenta y la imaginación es el límite.

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POR AMOR AL ARTE/ Nuevos retos de la propiedad intelectual

Por Elizabeth Ambriz Olavarria, Presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP).

La Propiedad Intelectual a nivel mundial peligra.
Entre los asuntos que dominan la agenda global aparece el control del comercio internacional de bienes falsificados, que cuenta con un elemento adicional: el crecimiento explosivo de las plataformas de comercio electrónico. La piratería amenaza con incrementar los mercados ilegales en forma descontrolada.
En este contexto, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y la Organización Mundial del Comercio, enfrentan grandes retos para frenar los ilícitos de clonación y ventas ilegales.
A la par, el boom tecnológico adquiere un relevante rol en la materia, concretamente con la inteligencia artificial y los NFT´s o tokens digitales y el metaverso, que impactarán todos los cimientos de la Propiedad Intelectual. Así, deberán ser revisados y mejorados. El futuro ya está aquí.
A la par, la protección del conocimiento y las expresiones culturales tradicionales deberán, ya, dejar la esfera académica para presentarse en las legislaciones internas. No se trata de una tarea menor: Después de tres décadas de discusiones, aún no se clarifican conceptos ni éstos aparecen en leyes y resoluciones judiciales.
En si, en propiedad intelectual a nivel global presentamos muchos baches de conceptualización e interpretación y, por ende, en materia legal.
Ahora, bajo este panorama de incertidumbres surge un hecho insólito y altamente preocupante: la determinación del gobierno ruso de suspender los derechos de titulares extranjeros en su territorio. Tal expropiación implica que los derechos de patentes y de autor son· rehenes de guerra”.
Los derechos intelectuales no son un asunto que pueda desdeñarse en ningún ámbito. En medio de la pandemia de Covid-19, la aparición de vacunas permitió frenar en gran medida la mortandad derivada de este virus. Sin embargo, para gran parte de la población en todo el mundo, aún no se asimila que las vacunas implicaron uso de avanzadas tecnologías y se debería retribuir por las patentes empleadas.
Este es un ejemplo fehaciente de la “gratuidad”, de ese sentido equívoco y errado de que la propiedad intelectual y de autor pueden pasarse por alto. El azoro ante el costo de vacunas y el empleo desmedido de imágenes , fotos y obras de arte en Internet, dan cuenta de un gran vacío en la cultura de propiedad intelectual.
Ante un gran panorama de retos, en México se tiene una nueva ley de propiedad industrial y la publicación de su reglamento.
En la parte autoral, entre tanto, se requiere verificar el funcionamiento y alcance del nuevo registro en línea y verificar la ley de protección del patrimonio cultural de pueblos indígenas y robustecer la lucha contra la piratería.
Urge perfeccionar el sistema para la protección y recompensa del derecho intelectual. Es lo que dota de creatividad y riqueza a los pueblos.

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POR AMOR AL ARTE/ Derecho olvidado

Por Elizabeth Ambríz, Presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP)

Durante las grandes crisis, como la pandemia mundial de Covid-19 o la invasión de Rusia a Ucrania, se olvidan derechos humanos fundamentales, como el arte.
¿Cómo pueden volverse más accesible la belleza e implicaciones cognitivas que conlleva la creación artística?
Las nuevas tecnologías y las comunicaciones resultan beneficiosas para acercar a una proporción significativa de personas al arte universal. Por ello, es necesario incentivar concursos abiertos a artistas nacionales y extranjeros, destinados a proporcionar obras significativas a espacios públicos relevantes. El patrocinio de empresas tiene un rol fundamental en ello.
Al mismo tiempo, conviene promover la instalación de galerías en todas las ciudades del país, especialmente en zonas turísticas, que animen el ambiente artístico local y permitan a los creadores encontrarse con la comunidad.
Por otra parte, debemos considerar que en la cultura actual inciden diversos países y etnias, no sólo nativas sino procedentes de inmigrantes y de muchos otros países dada la democratización tecnológica y de comunicaciones.
Promover la integración de valores y tradiciones es una manera de fortalecer el acceso al arte.
Así, acercarse a los grupos de inmigrantes con iniciativas que les permitan mostrar su cultura y abrir espacio a sus artistas, genera un diálogo creativo con la cultura nacional a la par que se incentiva en los mexicanos el conocimiento de la cosmovisión y cultura artística de los pueblos originarios.
En una era en la que la tecnología adquiere gran predominio social y empresarial, debemos recordar que la alta digitalización no alcanzará a las actividades eminentemente humanas como la creación. Así, la educación debe replantearse para que involucre expresiones verbales, escritas y visuales.
Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de democratizar las experiencias lúdicas y estèticas del arte. No es una tarea restringida a colegios y universidades. Es parte de nuestra esencia y debemos concientizar a todos de ellos y acercarlos a expresiones que enriquezcan la propia percepción.
Cuando todo parece incierto, efímero y confuso, la belleza intrínseca de la creación, la revaloración de todo desde una óptica holística, puede brindar respuesta y mejores concepciones de la vida, trascendencia y tiempo. Realmente, necesitamos el arte.

 

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POR AMOR AL ARTE/ Ferias de arte bajo la lupa

Por Elizabeth Ambriz Olavarria, Presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP).

En el mundo del arte, las ferias juegan un rol protagónico.

Son plataformas de exposición. “Vitrinas” interactivas que le permiten a coleccionistas, curadores, artistas, especialistas y público en general, conocer las propuestas de galerías y de proyectos no lucrativos independientes.

Quien pretenda catapultar el arte local mira a las ferias de arte como las herramientas para lograrlo y generar la visibilidad de las propuestas e ideas de una determinada región.
No en vano, las ferias representan una oportunidad para los especialistas, comerciantes y creadores. No sólo tienen un impacto comercial y de compra-venta redituable, sino que generan los entornos idóneos para conocer propuestas, ideas y tendencias, para asomarse a un mundo nunca terminado y evolutivo de la expresión plástica.

Durante las ferias lo que se genera no es solamente un capital económico derivado de las ventas, sino también un capital simbólico: visibilidad con otros curadores y galeristas, conocer nuevos artistas y la más reciente producción de los ya conocidos.

Las ferias de arte son redes de colaboración en las que participan artistas, galeristas, promotores, prensa y un sinfín de partes interesadas de los ámbitos locales, nacionales e internacionales.

Sin embargo, estas “ventanas” al mundo ahora se colapsan: En 2001 había cerca de 50 ferias por año y en 2019 ascendió a más de 300 anualmente. Tal saturación puede generar exposiciones de mala calidad, sin una narrativa sólida, carentes de propuestas novedosas, conceptos reiterativos, poca originalidad y “abaratamiento” de las expresiones plásticas.

Así, las ferias deben tener como componentes esenciales la inclusión y diversidad, además de una curaduría que posicione la unicidad de cada artista en el mapa vertiginoso e inexplicable de los artistas que deben verse. Esto, dentro de una narrativa nueva y paradójicamente asequible.

La feria Zona Maco, por ejemplo, recientemente reunió 210 galerías procedentes de 25 países. Sin embargo, este universo de ideas debe buscar prevalecer en l mente y sentidos de los miles de espectadores.

No se trata de soluciones prontas para que el arte emergente aparezca, es vincular ideas nuevas a expresiones que trascendieron ya en el tiempo y en contextos predeterminados, es generar nuevas revaloraciones e impactar la piel, psique y propuestas del espectador.

Por supuesto, esto implica un gran reto para los organizadores de estas ferias y de quienes participan en ellas.

Después de la pandemia el arte cambia sustancialmente y se vuelve parte intrínseca de nuestros valores y vida. Las ferias, esas ventanas al mundo, no pueden desmarcarse de tales tendencias.

 

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POR AMOR AL ARTE / Museos de nuestra era

Por Elizabeth Ambríz Olavarria, Presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (Somaap).

A medida que nuestra sociedad adapta los sistemas de colaboración como forma de vida, se desdibujan instituciones seculares y espacios que se consideraban inamovibles, como los museos, antaño intocables, lejanos y conformados para una elite.

Al mismo tiempo, las colecciones artísticas dejan el monólogo de sus propuestas y voces y generan diálogos e involucramiento con sus públicos. Las expresiones monolíticas muestran aperturas nuevas centradas en la diversidad de gustos, credos y experiencias más allá del acotamiento cinco sensorial. Vivimos una era en la que el arte deja de ser una pieza coleccionable, sacra y ambigua y se integra a la cotidianeidad y disfrute sin cortapisas.

Bajo esta óptica, la arquitectura del museo se transforma radicalmente y se vuelve una pieza de arte en sí misma.

Así, el Museo Guggenheim de Nueva York presenta un edificio en forma de espiral que induce a explorar todas las colecciones y el espacio se vuelve complice de nuevas maneras de apreciar el arte.

La cercanía artística se verá reflejada en los museos a inaugurarse próximamente, como el Museo del Palacio de Hong Kong que se convertirá en un referente de la cultura china, mientras que en Emiratos Árabes Unidos se abrirá el Museo Nacional Zayed, dedicado a relatar los más relevantes acontecimientos de este país y el Museo Nacional de Oslo se convertirá en el más grande de la región Nórdica que contará con colecciones noruegas de arte antiguo, moderno y contemporáneo.

El reto en cada uno de ellos será que el arte no sólo se observe, sino que se viva y que las creaciones antiguas se adapten a los sistemas de vida actuales y tengan relevancia para los habitantes de nuestra era. Se trata de que los espacios alberguen a las expresiones de antaño como vigentes e incluso propositivas y nuevas.

Un museo que catapultará la nueva visión de cómo exhibir y vivir el arte aparecerá con el Gran Museo Egipcio, que será el recinto arqueológico más grande del mundo. Albergará una colección de más de 100 mil piezas de 7000 años de antigüedad.

El museo actual, entonces, se convierte en un puente entre raíces y porvenir, entre el pasado y una era llena de incertidumbre como la actual, pero también como conexión entre el artista y el público.

Hoy el espectador deja un papel inactivo y conforma parte de la obra. El museo, entonces, debe invitar a esa exploración y vivencia unipersonal y única con cada persona del público. No es jugar solo a combinar espacios y luz, urbanismo y naturaleza: es crear la materialidad para que despegue la percepción y los infinitos mundos que radican en cada uno.

 

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POR AMOR AL ARTE/ Obras de arte “desamparadas”

Por Elizabeth Ambriz Olavarria, Presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP)

*El 75% de las obras artísticas en México carecen de una póliza de seguro.

Aunque durante 2021 se pagaron 10 mdp por el robo de piezas protegidas en el país, es decir, 50% más de lo reportado un año antes, sólo el 15% del patrimonio cultural de México cuenta con un seguro. Paradójicamente, a nivel mundial se acelera el robo de obras de arte y bienes culturales en el mundo a raíz de la pandemia de Covid-19.
Según la Interpol, en América se registraron 668 delitos de robo en 2020, lo que representa 86% más que lo reportado un año antes, previo a la pandemia. Si: El arte se convirtió en un codiciado botín durante el confinamiento y aislamiento social.
Actualmente, las pólizas tienen muy pocas exclusiones y parten de la buena fe de los asegurados, ya que no es tan común que se roben las piezas. El problema es que cuando ocurre un hurto, el pago de la indemnización puede ser muy alto por el valor de la obra. Asimismo, no se sabe cuántos son los museos y las obras de arte qué hay en el país porque no existe un registro nacional de arte, por lo que se estima que 15% tiene una póliza en museos, galerías privadas, familias y empresas.
Seguramente es mucho menos de eso. Tan sólo la colección de arte privada que tiene Banamex puede estar valuada en más de 100 millones de dólares. Estos seguros especializados, en comparación con los de daños, cubren las obras “de clavo a clavo”, es decir, desde que se desmonta del lugar donde se exhiben normalmente, se envuelven, se exhiben en su lugar de destino y después se regresan a su lugar original.
Aunque en México actualmente hay aseguradoras nacionales e internacionales que se preocupan por desarrollar estos productos, hay muchos museos y galerías que no tienen cobertura. Esto porque empresas y dueños de las piezas consideran que las pólizas son muy caras. Sin embargo, la principal razón por la que no se asegura el arte es la falta de información de galerías y museos sobre el costo de una póliza.
Ahora, el coste de una póliza depende, en gran medida, de las características de la pieza y la “buena fe” de los asegurados. Una póliza que cubra daños por 10 millones de pesos, puede costar 25 mil pesos al año.
En México existe la tendencia de robo en los días feriados. Por lo regular el robo de arte se da en museos muy grandes y en exposiciones de mucho renombre y la mitad de los robos son efectuados por personas sin experiencia en ilícitos “por la aventura”, y la otra mitad son perpetrados por especialistas, en este último caso es casi imposible recuperar la pieza.
Las piezas que son sustraídas por especialistas suelen hacerse por encargo de gente de poder económico, político y personas que se dedican al crimen organizado.
Durante la pandemia de covid-19, los espacios de exposiciones que albergan arte tuvieron que cerrar o dejaron de tener ingresos, por lo que recortaron gastos en seguridad. Esto permitió robos de arte.
En 2020 Interpol confiscó un total de 854 mil 742 bienes culturales en todo el mundo, incluidos artículos numismáticos (monedas, dinero o medallas), cuadros, esculturas, objetos arqueológicos y material de biblioteca. Más de la mitad de estos objetos (en concreto 567 mil 465) fueron confiscados en Europa.