Categorías
Nacional Nacionales

ROGER EN LA CULTURA/ Lectura en los primeros años de vida

Por Roger G. Hershberger, filántropo y creador del Programa de lectura compartida padres e hijos
Al nacer, los expertos nos aconsejan la iniciación de la lectura a partir de los seis meses, y de ahí en adelante nos recomiendan diferentes tipos de libros según las etapas por las que nuestros hijos vayan pasando.
La finalidad de implementar la lectura y la utilización de libros desde temprana edad es estimular la inteligencia y la imaginación de los pequeños.
Al principio, los libros forman parte de un juego. Que maravillosos recursos encontramos al leer con nuestros hijos por las noches. Aquel padre o madre que no lo ha experimentado no tiene idea de lo que se está perdiendo.
Los niños, por pequeños que sean, en muchas ocasiones inventan sus propios cuentos con el simple hecho de observar un dibujo, imagen o personaje. Los motiva a crear una extraordinaria historia y entretejerla en su imaginación. Los libros forman parte de un juego, los manipulan, los abren y los cierran.
Existen libros que podemos implementar en las edades más tempranas de la niñez para que los progenitores seleccionen los más adecuados para sus hijos. Y esto es desde la etapa prenatal.
Antes de nacer, háblale con cariño a tu hijo. Busca poesías y pensamientos motivadores a través de los libros. Permite que conozca la bella que es la vida. Platícale de ti, de lo mucho que anhelabas su llegada a la familia. Implementa la musicoterapia en susurros musicales de regocijo, tranquilidad y armonía.
A partir de los seis meses ya podemos comenzar a leer con nuestro hijo durante cinco a diez minutos por día. Observemos su cara en esa lectura. Te darás cuenta de que habrá momentos donde esta actividad es disfrutada plenamente por tu bebé. Utiliza libros que contengan dibujos e ilustraciones de colores llamativos de distintos formatos. Pueden ser de diferentes materiales como cartón, tela o plástico. Verifica que no sean materiales tóxicos y estén limpios.
Deja que tu hijo trate a los libros como un juguete más, que lo pueda tocar: conoce las texturas como un mundo nuevo.
No te preocupes si al principio no logras captar su atención, pero puedes señalar con tu dedo las ilustraciones para ayudarle a relacionar las imágenes con las palabras. Emite ruidos según los diferentes elementos para que tu bebé identifique la fonética con las imágenes.
Cuando tu hijo ya tenga de uno a dos años, conviene buscar un espacio en el día para leerle un cuento. Utiliza diferentes entonaciones para captar su atención. Haz que participe al preguntarle sobre las imágenes que observa. Ofrece a tus hijos libros con amplias ilustraciones y textos breves. Convienen los libros de nueva tecnología con sonidos, texturas y olores para que el niño relacione estos elementos con el mundo que empieza a conocer.
Ahora, de los dos a los tres años, aparece una etapa ideal para iniciar a los niños en el aprendizaje de la lectura, ya que cada vez se utilizan más las palabras y se comprenden más los conceptos. Elije libros según sus gustos y preferencias. Los libros de recortar y aquellos que permiten hacer manualidades, logran desarrollar su creatividad y destreza manual.
Después, cuando tus hijos tienen de tres a cinco años, ya comienzan a interesarse en los libros y la lectura. A partir de los cuatro años puede iniciar con el Programa compartido de lectura compartida padres e hijos.
Para más información escríbeme: [email protected]

 

Categorías
Nacional Nacionales

ROGER EN LA CULTURA/ En pos de la realización intelectual

Por Roger Hershberger , filántropo y creador del Programa de lectura compartida padres e hijos.

Rescatemos y dejemos claro en las mentes de nuestros hijos que, además de la tecnología digital, siempre hubo y habrá un nuevo y hermoso libro por abrir, acariciar, oler, escuchar, descubrir…¡por leer!.

Seguir el programa de lectura compartida padres e hijos nos permitirá cimentar y dar fortaleza a lo que nuestros hijos construirán más adelante en vidas de plena realización intelectual.

Además de ser un catalizador de la unión familiar en la lectura y de prevenir la desintegración familiar. A través del programa podemos evitar, en cierta medida, las consecuencias del analfabetismo funcional y de sus peores inercias de la vida social, manifestadas en situaciones y conductas tan indeseables como la deserción escolar, drogadicción, alcoholismo, embarazo en adolescentes y otras.

Felicidades por decidir dejar esta gran herencia a sus hijos: la imagen de un padre o una madre al abrir un libro en la noche antes de que entren en el mundo de los sueños, siempre será recordada por ellos con la certeza de que fueron amados.

Partamos de esta idea: El ser humano está rodeado de infinitas capacidades y percepciones. A la fecha no hemos logrado descubrir que tan amplios son nuestros horizontes y los destinos a los que podemos arribar.

Estigmatizamos lo que sabemos y lo que aprendemos porque nos dejamos guiar por estereotipos que restringen nuestras capacidades.

Así asumimos, erróneamente, que un niño de primaria no puede tener más conocimientos que uno de secundaria…¿y por qué no?…es claro que cabe la posibilidad y la libertad de que uno aprenda tanto como el otro. Ambos alumnos tienen capacidades por igual. Pero es cuestión de criterio, madurez y años escolares ¿o no?

Desde que nacemos, e incluso antes, en el vientre de nuestra madre, somos sensibles a los estímulos externos de cariño y amor. Somos concebidos y desde ese momento tenemos vida. Es sabido que resulta benéfico hablar con amor y con cariño a ese ser que se encuentra en el vientre materno y espera conocer la luz y respirar al nacer por cuenta propia.

También es recomendable poner en práctica la musicoterapia para ese ser que está próximo a conocer la vida terrenal.

Desde que concebimos a nuestros hijos podemos leer con ellos y para ellos.

Atrevámonos a implementar desde las etapas más tempranas de la gestación la hipnopedia o proceso de aprendizaje a través del sueño que padecen los sujetos durante la niñez. También podemos aventurarnos en la biblioterapia o “lugares de curación del alma” como se concebía en la Antigua Grecia.

Ambas representan una excelente combinación y propuesta para que nuestros pequeños comiencen a recibir amor, cariño y atención. Y perciban, desde siempre, que son hijos deseados y anhelados.

Seamos innovadores y dejémosles ver desde esa etapa que son queridos y esperados.

Categorías
Nacional Nacionales

ROGER EN LA CULTURA/ Legado

Por Roger Hershberger, filántropo y creador del Programa de lectura compartida Padres e hijos
Nuestros hijos son la tierra fértil en la que podemos sembrar el mejor de los frutos. Por ello podemos plantar la semilla del hermoso hábito de la lectura, mano con mano, mente con mente, corazón con corazón, alma con alma….
Abonemos así, a diario, durante su proceso, lo que en lo futuro se convertirá en un vergel de posibilidades infinitas que dará frutos con un delicioso néctar: vida plena, unión familiar, individuos sanos de mente y cuerpo, seres decididos y preparados para afrontar y triunfar ante los embates y en las bondades de la vida. A ellos, a través de la lectura, brindémosles la herramienta más precisa: la cultura.
Con los cuentos y fábulas los padres tendrán la oportunidad de leer, comentar, interactuar y recrear la narración de las diferentes historias que se presentan, lo que propiciará la oportunidad de conocer así los sentimientos y la forma de pensar de sus hijos.
Esto al generar el efecto espejo, en donde el niño se desinhibe e identifica con alguno de los personajes o situaciones, lo que abre un canal de comunicación en su propio idioma, lo que le permite a los padres entrar en lo más profundo de su forma de ser.
Los niños reaccionan de diferentes maneras ante cada una de las historias y esto permitirá captar las emociones de sus hijos para ser cómplices y amigos al mismo tiempo.
A partir de la práctica cotidiana de leer cuentos, pondremos un gran pedacito de nuestro valioso tiempo y los llevaremos a dormir a través de un espacio compartido que contiene lo más hermoso de nosotros mismos: nuestro amor, dedicación, tiempo…
A través de un espacio de lectura aprenderemos a escucharlos, entenderlos, romperemos el gran hielo de las edades, de las distancias, de los tiempos inexistentes con los que excusamos nuestra ausencia en el transcurso del día, los que limitan la convivencia de familia.
El hábito de la lectura se reflejará en el corto, mediano y largo plazo en nuevos lectores, mejores estudiantes, en seres que tengan un compromiso con la vida y con sus semejantes, en nuevas personas que aporten elementos útiles y tangibles a una sociedad que cada día exige hombres y mujeres mejor preparados y con una visión diferente. Con esto, conjuraremos que los procesos de aprendizaje se perciban como caminos difíciles y tediosos donde se puede fracasar.
Debemos revalorar la cantidad y calidad de tiempo que entregamos a nuestros hijos y esto se maximiza con las metas compartidas de aprendizaje.
Como padres, tenemos la obligación y la capacidad de motivar y de formar personas con valores. Esto implica fomentar un hogar con nuevos lectores, con estudiantes motivados.
Para ello, otorgaremos el lugar que le corresponde al libro impreso como un invaluable patrimonio heredado de nuestros ancestros, que a su vez tendremos la obligación moral de transmitirlo como un legado espiritual a las generaciones venideras, para que así trascendamos unidos y aportemos lo más valioso de la humanidad al pasar del tiempo, de los años, de los siglos…

Categorías
Nacional Nacionales

ROGER EN LA CULTURA/ Loa a las bibliotecas

Por Rogerio Hershberger, filántropo y conferencista. Creador del Programa de lectura compartida padres e hijos
Frente a las bibliotecas pasan muchas personas indiferentes, llenas de problemas, dudas o inquietudes laborales, personales y familiares… extrañamente, no se percatan que en estos lugares pueden encontrar las respuestas a sus inquietudes y no sospechan que esos sitios pueden transformarlos.
Es el mundo actual, muchas respuestas están “fabricadas” y es escasa la convicción por crear conciencia o inquietud por investigar soluciones o propuestas y explorar opciones.
Nos gusta que ya todo esté resumido, escrito e inclusive determinado. En aras de una simplificación superficial, buscamos eliminar la conciencia de decidir, buscar o elegir soluciones acordes a nuestro marco referencial, circunstancias y credos. Los caminos más idóneos para nuestras vidas los hemos desdeñado so pretexto de instantaneidad.
¿Por qué hemos elegido que las conciencias sean formadas por los liderazgos cibernéticos, por qué seguimos estereotipos e influencias determinada’, ¿en qué momento las directrices mercadológicas se adueñaron de nuestro propio Yo, el Yo consiente que es la brújula que guía en nuestras vidas?
¿En dónde está el Yo personal intuitivo, analítico, investigador y concluyente?
¿Todo debe de estar o de ser digerido y dirigido a que ya no pensemos?
Las estadísticas nos dan números de tristeza y decepción: el cierre de Bibliotecas, la clausura de conciencias, la manipulación de las mentes y la enajenación.
Nadie observa que en las Bibliotecas se da la escuela más fundamental que tiene el ser humano en cualquier contexto social: el respeto, la libertad, la interacción humana.
En este tiempo asumimos que todo debe de ser rápido y concluyente y quizá, sin textura ni valores.
¿Ya nos olvidamos de nuestras amadas Bibliotecas públicas?, ¿Por qué en cada momento las desairamos más y más?,¿Por qué ignoramos su potencial para catapultar nuestras habilidades y dones?
Los “templos del saber” desaparecen. Los niños no disfrutan a plenitud sus fortalezas, los padres no gozan y comparten con sus hijos sus grandes recursos. Los libros están solos, abandonados… pero aguardan fielmente a que nuestras manos les den calor y nuestras mentes se iluminen.
La gente no se da cuenta que, en las entrañas de una Biblioteca se gestan valores trascendentales como el respeto y la libertad.
¿Morirán las bibliotecas para muchos?, no lo sé… Pero ayer reí de gozo porque un niño pequeño, de ojos inocentes, recogió un libro de cuentos en la basura y lo metió en una cajita vieja de cartón. En ese momento supe que aún hay esperanzas para en las nuevas generaciones no desaparezcan mis amados libros impresos y también mis grandes y hermosos templos del saber…

Categorías
Nacional Nacionales

ROGER EN LA CULTURA/ México progresa leyendo

Por Roger Hershberger, filántropo y conferencista de Jiménez Tamaulipas.

Fundé la Asociación civil México Progresa Leyendo para llevar bibliotecas a los lugares más recónditos de México. A caballo llegué a los sitios rurales más apartados de nuestro país.

Hoy ya son 16 bibliotecas comunitarias, elaboradas con materiales rudimentarios pero resistentes. La voluntad y el amor conformaron los ladrillos más sólidos que dieron forma y vida a estos recintos.

En terruños apartados e inhóspitos, testifiqué como ojitos inocentes y polvorientos observaban los libros dispuestos en “huacales”: cajones de madera empleados para transportar legumbres y frutas que habilitamos como libreros.

Para crear estas bibliotecas empleamos láminas acanaladas de acero para conformar techos y paredes.

Otros elementos rudimentarios que usamos fueron el alambre quemado, las pinturas de aceite y unas brochas. Estos materiales, junto al mobiliario conformado por mesas de plástico, se convirtieron en bibliotecas, vehículos para que los niños arriben a lugares nuevos y maravillosos. Son el punto de partida a mundos mejores.

Una biblioteca representa una coraza a los mundos hostiles y difíciles. Es la entrada a nuevos universos que ya existen o no, pero son reales. La biblioteca es un pasadizo a la imaginación y a la movilidad social.

Así, en el corazón de la sierra, las bibliotecas comunitarias catapultan dotes artísticas con crayolas de colores. Ahí se busca la esperanza en un dibujo. Aparece la génesis de ideas para elaborar un proyecto de vida al saber más, subsistir y tener mejoras en diferentes ámbitos de vida…

¿Para qué sirve México Progresa Leyendo? Para que se marque una diferencia secular. Hoy, mucha gente en lugares apartados sabe leer. “Aunque sea despacito”, dicen muchos de ellos. Pero saben leer. Las sombras del analfabetismo y su falta de oportunidades se extinguen poco a poco.

En nuestras bibliotecas comunitarias bulle una vida nueva. Ahí se dan clases de alfabetización y de concientización literaria. Otras albergan asilos de ancianos y también orfanatos.

Pero mientras acercamos semillas de cambio en terruños olvidados, aparecen nuevas disrupciones en la vida comunal: la digitalización impone al homo sapiens cibernético. Es el principio de un vacío y la carencia de héroes para los niños. Si durante mucho tiempo los padres representaron un ideal, con la era digital dejaron de serlo. En la percepción de los infantes se limitaron a ser sólo proveedores.

Hoy la vida, las circunstancias, nos orillan a estar lejos moral y físicamente de nuestros hijos.

¿Dónde quedó el protagonismo de padres y madres?, ¿Hoy sólo somos actores de segunda o de relleno en la vida de nuestros hijos?

Los niños no quieren padres ausentes y virtuales. La soledad los orilla a buscar héroes que fortalezcan su vida. Entonces, se requiere rescatar el protagonismo amoroso de los padres, La lectura compartida de padres a hijos es un programa que idee para establecer la génesis de una nueva relación que cimenta cercanía, imaginación, valores e ideas. Un programa que permite que los padres recobren el protagonismo en la vida de sus hijos y vuelvan a convertirse en los héroes que buscamos siempre.

Y mientras tanto, trabajo por un credo vivo: México progresa leyendo.