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SALUD LABORAL/ Cómo fortalecer la marca personal

Por Joana Elizabeth Salinas, Psicopedagoga especializada en salud laboral

Para incrementan la veracidad de una marca personal existen cinco trucos psicológicos o principios de persuasión que logran que poseamos mayor influencia entre los públicos.
Si se emplean para crear y mantener la marca personal, pueden generar resultados muy positivos. Su característica es que apoyan la credibilidad y hoy, más que nunca, ese es el principal factor de nuestra interrelación con los demás y lo que sustenta las negociaciones y acuerdos.
Responder a las necesidades de mercado. Conformar una marca personal no es un acto intuitivo y meramente personal. Debe responder a las necesidades y expectativas del mercado. Así que la primera acción tiene que ser indagar a los consumidores reales y potenciales para clarificar sus expectativas, creencias, valores y oportunidades de servicio.
La pregunta clave en este ejercicio es indagar de qué manera puedo apoyar con mi conocimiento, experiencia, servicios y soluciones los proyectos de los otros y si existe un mercado lo suficientemente grande o promisorio para empatar lo que soy y tengo con el potencial de servicio. Si no es así existen tres caminos: adaptarme a lo requerido en determinado nicho, cambiar radicalmente de industria o geografía, y la tercera solución es reinventarse a través de capacitación y entrenamiento para “casar” con el mercado existente.
En cualquier caso, la corresponsabilidad entre lo que ofrezco y se requiere es ineludible. Es el esqueleto que conforma la marca personal.
Reciprocidad. Sucede cuando alguien hace algo por nosotros y sentimos la necesidad de devolver ese favor. Es una poderosa herramienta que todo buen vendedor puede utilizar.
La aplicación de este principio debe ser el 80% es dar y el 20% se referirá a acciones tendientes a que nos beneficien, como sugerir una compra.
Este tipo de acciones generan reputaciones sólidas a largo plazo. Si, en cambio, sólo nos enfocamos a la venta inmediata, los resultados son exiguos y de corta duración.
Aumentar el valor percibido. Generar credibilidad y reputación positiva es un camino lento para luego transformar paulatinamente una marca en referente en un determinado sector.
Conviene entonces agregar valor permanentemente, y que esa propuesta supere la expectativa que podría tener el público objetivo, es decir, las personas que, efectivamente, se convertirán en clientes. A esto se le llama “conversión”: pasar de seguidor a fan y después a cliente de tu marca, producto o servicios.
Escasez. El principio de escasez es un fenómeno por el que la gente tiende a desear un producto que no se puede conseguir fácilmente.
¿Por qué sucede así? Porque a una oferta igual o parecida, y un bonus sin costo adicional, hay pocas personas que se resistan si la inversión le resulta a su alcance. Es por eso por lo que verás que cuando se ofrecen productos muchas veces se adicionan “bonus” aparentemente sin costo, aunque su valor está integrado en el precio total.
La idea central del principio de escasez es que la imposibilidad de obtener un producto hará que la gente lo quiera más, porque pensará que vale más su tiempo y esfuerzo; y al mismo tiempo, despierta el sentido de urgencia.
Nombre relevante. Es transformar tu nombre en un sello personal que garantice la calidad de los servicios o los resultados que obtendrá el cliente Esto aumentará la credibilidad.
Esto implica ser absolutamente consistente en la calidad y excelencia de lo que se ofrece.

 

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SALUD LABORAL/ Consejos insólitos para superar el Síndrome del quemado

Por Joana Elizabeth Salinas, Psicopedagoga especializada en salud laboral y Socia Directora de Coperva
Tanto en trabajos convencionales como híbridos y a la distancia, ahora que ya se anunció que no habrá más semáforos de control del Covid-19 y las vacunas ya se universalizaron, se nota un gran cansancio en muchos trabajadores de distintos sectores. Los síntomas son muy parecidos a los detectados en el Síndrome del quemado o Burnout: depresión y ansiedad.
Las soluciones no sólo son corporativas, ya que las “curas” más efectivas son unipersonales e impensadas, como éstas:
1. Buscar diversión. Es importante remitirnos a una actividad feliz en la infancia para generar una ruptura total con las actuales condiciones estresantes en el trabajo. Ver caricaturas, dibujar, armar un rompecabezas son actividades lúdicas que pueden generar un “shot” energético para continuar.
2. Indagar. Si ante cualquier desafío se ignora el “no puedo· y se involucra activamente en la búsqueda de cómo podría hacerse, existen muchas posibilidades de que los desafíos se vuelvan excitantes y no una condena cotidiana.
3. Hábitos. Ayudan a reducir el proceso consciente de tomar decisiones, como comer alimentos sanos o hacer ejercicio, actividades que en general desaparecen cuando aumenta la presión laboral. Los hábitos nos ayudan a sobrevivir. Hay quien sobrepasa con éxito la presión al escribir actividades a realizar durante el día, de manera muy puntual y específica.
4. Dividir las metas grandes en pequeños objetivos. Esto permite que el cumplimento sea menos atemorizante.
5. Modificar el ambiente de trabajo. Esto cambia la energía laboral. No es sólo cambiar de escenario, a veces basta arreglar el escritorio, incorporar un pequeño objeto de ornato, abrir una ventana…
6. Redefinir el éxito. No se trata de cumplir por cumplir las metas laborales, sino de disfrutar cada acción tendiente en lograrlo e incorporar nuestro objetivo de vida a lo que hacemos de manera cotidiana.
7. Solo hacer tres cosas. Marcar sólo tres actividades importantes cada día. Esto ayuda a priorizar mejor los pendientes y no sentirse tan presionado.
8. Buscar una opinión externa. Esto ayuda a desarrollar un plan saludable para salir de la situación agobiante. Esto implica tener contacto permanente con familia, amigos, colegas y extender nuestras redes sociales y laborales.
9. Diario de gratitud. Estar consciente de lo que nos gusta y disfrutamos del trabajo puede ser muy relevante para no “sentirnos quemados”. También permite redescubrir que amamos de las tareas cotidianas y cuáles son las habilidades o destrezas que poseemos.
10. Asumir que lo único permanente es el cambio. Así, debemos darnos permiso de cambiar de empleo, industria e incluso profesión. Nuestro trabajo debe impactarnos positivamente para que logremos extender los beneficios de todo lo que generamos a los demás.

El trabajo feliz no puede construirlo la organización solamente. Cada uno debemos crear nuestro trabajo idóneo. Esto implica meditación e introspección acerca de quienes somos y qué queremos lograr. La autoconsciencia es la principal barrera al hartazgo laboral.

Las organizaciones, por otra parte, pueden contribuir a ambientes de trabajo más felices mediante el uso de espacios lúdicos y reforzamiento de los lazos sociales de cada colaborador. La interacción personal nos vuelve más conscientes de nuestra propia valía y bienestar.

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SALUD LABORAL/ Secretos de la automotivación

Por Joana Elizbeth Salinas, Psicopedagoga y Directora de Recursos Humanos de Coperva.

Aunque hay muchos libros que enseñan cómo influir en el comportamiento de los demás, es más difícil aplicar esas lecciones hacia nosotros.

Para lograr un objetivo lo primero es establecer metas concretas, tangibles y mensurables. Después se debe aceptar que se cambia el comportamiento al modificas las circunstancias en las que ocurre. Y esto es válido para nuestros equipos de trabajo, pero también para cada uno de nosotros.

Entonces, el primer paso hacia la automotivación es establecer un objetivo. El segundo elemento es esforzarnos hacia esa meta, monitorear el progreso y mantener la motivación a medida que avanzamos. La tercera área es la gestión de múltiples objetivos. Esto porque nunca queremos una sola cosa, entonces conviene analizar como manejamos la multiplicidad de metas, como priorizamos y pivoteamos de una a otra. La cuarta fase es el apoyo social. Aquí se evalúa el papel de los demás para detectar nuestras metas individuales.

Ahora, conviene analizar una conducta social que podemos capitalizar para nosotros mismos: cuando le damos a las personas recompensas inmediatas, disfrutan más de lo que hacen en ese momento. Les genera entusiasmo al realizar la tarea, en lugar de si posponemos el incentivo. Las personas que se centran en el placer inmediato, como adquirir conocimiento en ese momento, están más motivadas intrínsecamente.

Otro punto relevante es que tanto al principio como al final de un objetivo se nota más entusiasmo y aplicación, pero “en medio” el desempeño baja sustancialmente. Entonces es recomendable “acortar” las metas en micro objetivos. Por ejemplo, en lugar de medir el rendimiento en un mes, se pueden generar evaluaciones semanales.

El gran secreto de la automotivación es clarificar qué queremos lograr, para qué y con qué elementos contamos para ello. Algo crucial es detectar a priori quién o quiénes nos apoyarán para generar nuestros objetivos. Puede tratarse de amigos, familiares, compañeros de trabajo, consultores de empresas o couches, pero también instituciones públicas y oNG…¿a quién le puede interesar mi caso?

Al clarificar los apoyos es posible establecer índices de desempeño que nos permitan visualizar con gran claridad los avances en determinadas materias.

Un ejemplo muy sencillo es adquirir una nueva destreza laboral, como asociar los datos a la narrativa empresarial.

Si carecemos de un porqué es posible que nunca logremos ser traductores de los números o no vinculemos de manera correcta con la misión y estrategia de la compañía.

Sin embargo, si sabemos los beneficios que tal habilidad nos reportará, se generan muchas oportunidades de negocio, como conectar mejor con los clientes, mejorar las experiencias de compra, gestionar con más habilidad los inventarios en tienda, mejorar condiciones con proveedores y otros.

La clave de la automotivación es visualizarnos como el miembro más importante del equipo. Así trasladaremos la experiencia que tenemos en los otros en nuestra propia misisón empresarial y de vida.