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FILANTROPÍA/ ¿Qué pasó en Davos 2024?

Por Felipe Vega, Fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de divulgación y capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

A pesar de la incertidumbre geopolítica y económica aparentemente interminable, los líderes empresariales mundiales salen de Davos cautelosamente optimistas sobre 2024. Si bien los desafíos y las sorpresas siguen siendo inevitables, abundan las oportunidades.

Entre las principales conclusiones del foro más importante a nivel mundial para generar confianza destacan:

La velocidad es crucial para mejorar el rendimiento. Esta característica es la que en las grandes irrupciones como la pandemia mundial de Covid-19, marcó la resiliencia y ahora presenta datos alentadores y contundentes: resiliencia operativa 2,1 veces mayor, rendimiento financiero 2,5 más respecto a los pares “lentos”, crecimiento 3,0 veces con relación a los no ágiles e innovación 4,8 veces mayor si se comparan con las empresas de gestión lenta.

Nuevas alianzas. Se impone la «coopetición» o equilibrio entre la cooperación y la competencia para promover intereses compartidos en áreas específicas, a pesar de la falta de alineación en otros lugares.

La revolución de la IA generativa para transformar los roles y aumentar el rendimiento en funciones como ventas y marketing, operaciones con clientes y desarrollo de software. En el proceso, podría desbloquear billones de dólares en valor en todos los sectores, desde la banca hasta las ciencias de la vida.

La sostenibilidad es un imperativo empresarial. Navegar por la economía de cero emisiones netas se vuelve más complicado en los últimos 12 meses, pero las empresas que toman medidas valientes pueden acelerar la creación de valor y reposicionarse por delante de los competidores.

Por otra parte, una mejor salud de las mujeres se correlaciona con la prosperidad económica. Las inversiones que aborden la brecha de salud de las mujeres podrían agregar años a una vida saludable y potencialmente impulsar la economía mundial en un billón de dólares anuales para 2040.

El enfoque integral de la transformación es lo más eficaz. Cuatro elementos esenciales para el éxito de la transformación son la voluntad, habilidad, rigor y alcance que podrían dar a los líderes una mejor oportunidad de superar a la competencia en una época de disrupción y cambio constantes.

Los líderes empresariales deben centrarse en hacer coincidir a los mejores talentos con los puestos de mayor valor. En muchas organizaciones, entre el 20 y el 30 por ciento de los roles críticos no son ocupados por las personas más adecuadas. La contratación basada en habilidades podría ayudar a las organizaciones a acceder a nuevos grupos de talentos.

Los mejores CEOs dejan a las organizaciones en un lugar mejor de lo que las encontraron. La complacencia es un desafío común para los directores ejecutivos, pero no tiene por qué serlo. Los CEOs de alto rendimiento crean un valor verdaderamente distintivo.

El rendimiento y la diversidad no son mutuamente excluyentes. En un momento en el que las empresas están sometidas a una presión extraordinaria para mantener el rendimiento financiero mientras navegan por un panorama empresarial que cambia rápidamente, el argumento empresarial a favor de la diversidad no solo se mantiene, sino que crece.

Estas tendencias marcarán la manera en la que la sociedad civil organizada enfoca sus proyectos productivos y alinea su objeto social para incrementar su representatividad e impacto en los próximos meses.

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FILANTROPÍA/ Encuentros cercanos

Por Felipe Vega, Fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

Para mejorar la recaudación de fondos, la conexión local es una de las mejores estrategias.

Esto porque los llamamientos a la caridad que enmarcan el mensaje en torno a la conexión local tienden a tener más éxito como resultado del efecto de proximidad.

Todos intuitivamente entendemos que cuanto más cerca esté el objetivo, mayor será el impacto. Esto no implica que debamos asumir que no lograremos donativos de geografías lejanas, sino que deberemos cuidar cómo presentamos nuestros proyectos sociales.

Analicemos esto: ¿la gente aplica un pensamiento similar a las decisiones sobre las donaciones caritativas? ¿Creemos que nuestros regalos tendrán más impacto si los destinatarios están cerca? ¿Y esa percepción nos hace más propensos a donar a causas cercanas?

Algunos trucos psicológicos para hacer que un solo lugar pueda parecer más cercano, o más lejano. Cuando los donantes potenciales simplemente percibían que los destinatarios estaban cerca, hacían que esas personas creyeran que sus donaciones ejercerían más influencia. Y los participantes del estudio a los que se animó a pensar de esta manera eran más propensos a decir que darían dinero.

Las organizaciones benéficas podrían usar estos resultados para ayudar a recaudar dinero para causas internacionales haciéndolas sentir más cercanas.

Debemos recordar esto: Por lo general, las personas donan a causas por dos razones principales: porque quiere ayudar y porque quiere sentirse bien consigo misma.

En diferentes estudios se demostró que las personas son más propensas a donar si un empleador iguala su donación, lo que duplica su impacto.

Así, nuestras ideas sobre el mundo físico, podrían influir en las percepciones del impacto de una donación. La manera más sencilla se presentar cercanía es precisamente con enmarcar la solicitud con la palabra “cerca”. La distancia se evidencia con la palabra “lejos”.  Aumentan las donaciones cuando se acortan verbalmente las distancias.

Pero existen otras formas de hacer que los lugares parezcan más cercanos. Esto se logra mediante la globalización que describe cómo las nuevas tecnologías logran que el mundo se “encoja” porque ningún país, ciudad, pueblo o aldea está demasiado lejos.

Incluso los lugares más objetivamente lejanos pueden ser percibidos como no tan lejanos.

Hay otro elemento a tomar en cuenta: cuando las personas se centran en cómo se benefician a sí mismas al dar dinero, en lugar de cómo beneficia a los receptores, la distancia no importa.

¿Estamos listos para romper barreras geográficas? Tal vez sólo con la creación de una sucursal local la percepción de lejanía se desvanece.

Otra idea es generar la Cercanía aunada a los beneficios de ser un generar de grandes cambios.

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FILANTROPÍA/ ¿Cuándo se dona más?

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.
Cumplir una misión filantrópica está sujeta a la capacidad de generar donativos.
Esto conduce poco a poco a mayores investigaciones sociales y conocimiento de cómo incrementar los donativos y montos de éstos. En general, la manera en la que se enmarcan las solicitudes puede generar más benefactores de las causas sociales.
Si se consideran las encuestas realizadas sobre donaciones, como la Encuesta Nacional de Donaciones y Sociedad Civil, pueden detectarse algunos valiosos patrones a seguir en la implementación de campañas. Por ejemplo, destaca la accesibilidad para generar donativos.
El 51% de los encuestados participó en una campaña generada en las calles (51%) como las realizadas por la cruz Roja Mexicana mientras el segundo sitio, con 40%, corresponden a las generadas por los redondeos en los autoservicios y el tercer lugar recae en las donaciones de comida, alimentos o ropa (32%).
A la par, el último sitio en nuestro país es Internet con sólo 2% de participación de los encuestados.
En nuestro país, las principales donaciones provienen de las generadas en misa cuando se asiste (52%) y el segundo y tercer sitio, son la iglesia y la destinada a damnificados con 25 y 20 por ciento respectivamente.
Por otra parte, se detecta una tendencia creciente a dar directamente los donativos a una persona necesitada (60%) respecto a triangular a alguna organización asistencial (16%). Sobre esto vale observar que es más perceptible esta conducta en áreas rurales sobre urbanas y que las personas con mayor escolaridad son quienes prefieren generar donativos a través de instituciones.
Ahora, entre más joven es una persona, mayor preferencia a donar a través de canales formales y mientras más edad se tenga más propensión a donar se registra.
Los más propensos a generar donativos son los hombres entre 30 y 49 años, de zonas urbanas, con escolaridad media, que viven con una pareja (casadas o en unión libre), en un hogar cuyo nivel de ingreso perciben que con éste les alcanza justo, sin grandes dificultades.
A través de distintas encuestas históricas podemos concluir que los mexicanos son solidarios y generosos y que si creen que ellos mismos pueden tener un impacto en su comunidad.
El objetivo, entonces, es posicionar a las organizaciones como los vehículos más adecuados para canalizar la generosidad y la buena voluntad del pueblo mexicano.
En el corto plazo lo anterior implica ajustar las campañas de recaudación para reflejar la cultura tal cual es, acercar las instituciones a la gente y reconocer a los donantes como una fuente de apoyo en muchos sentidos y como un público a lo cual se debe rendir cuentas.
En el mediano y largo plazo significa que las OSC tienen que tomar en cuenta la necesidad de un cambio cultural y promover una relación más profunda con la gente.
En sí, tenemos tres factores a considerar: la autoimagen que puede reforzarse con conocer nítidamente a nuestros beneficiados, el que se genere la donación de una manera lúdica y divertida y en tercer lugar adecuar las campañas al benefactor potencial.

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FILANTROPÍA/ Inversiones verdes

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de divulgación y capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

Los medios financieros se centran cada vez más en el crecimiento de la inversión verde. Por ejemplo, en 2025, 50 billones de dólares en activos se gestionarán en función de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) sólo en el mercado estadounidense.
Sin embargo, mientras que las grandes instituciones financieras aumentan las tenencias de capital con características ESG, otros inversores se mueven en la dirección opuesta
Sin embargo, diversos estudios muestran que la responsabilidad social corporativa gana relevancia al ser un punto esencial de la reputación y el respaldo que reciben de los públicos.
A medida que crece el interés de los inversores por empresas “verdes” y sustentables, también aumentan los informes empresariales que dan cuenta de las aportaciones ESG que realizan con datos verificables y duros.
De manera paulatina, pero firme, aumenta el grado de apoyo corporativo a diversas fundaciones y sociedades filantrópicas. Sin embargo, a medida que aumenta el compromiso social corporativo también se vuelve más cuidadoso y selecto.
En el último quinquenio, por ejemplo, se agudiza un sentido de auto realización en las empresas mediante las causas que apoyan. Deben corresponder a giros directamente relacionados con su actividad productiva para considerar que son eficientes.
Los públicos beneficiados, por ejemplo, dejan de ser aleatorios para circunscribirse al área de operaciones de la empresa en cuestión. Esto desde una óptica geográfica y del nivel sociocultural en el que se tiene interés mercadológico.
Por supuesto, esto supone que las asociaciones civiles deben profesionalizarse y realizar proyectos más eficientes para captar el interés de posibles donantes corporativos. Apoyarse en datos relevantes y específicos para cada tipo de industria, su giro, ubicación y mercado, son datos relevantes que deberán considerarse ahora.
Diversos organismos destacan el gran potencial de América Latina y el Caribe para las inversiones sostenibles, al contar con la mayor reserva de biodiversidad del mundo, una matriz amplia de energía limpia y brechas que cubrir en infraestructura resiliente al clima.
Pero, además del potencial, hay una necesidad urgente de esa inversión dada la alta vulnerabilidad ante desastres naturales, especialmente en Centroamérica y el Caribe.
Actualmente, la región representa solo el 2% del mercado global de bonos verdes, con Brasil, Chile, y México emiten el 85% de esos instrumentos hasta la fecha, lo que ofrece una gran oportunidad para las inversiones, señala el directivo del BID, al mencionar que los sectores implicados abarcan desde agricultura, alimentación, bosques, energía, saneamiento y transporte.
En Latinoamérica, la energía es en este momento el sector más financiado de esa forma, con la mitad de las asignaciones de los bonos verdes a proyectos de energías renovables, especialmente eólicos y solares.
Mientras que los de edificaciones y agua, dos de los más financiados a nivel mundial, están entre los más bajos en América Latina y el Caribe, con el 4% cada uno. Sin duda, los proyectos verdes representan una buena opción de inversión.

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FILANTROPÍA/ Paradojas del DEI

Por Felipe Vega, Fundador de CECANI, empresa de divulgación y capacitación científica de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.
Diversidad, equidad e inclusión (DEI) son un concepto de responsabilidad social que muestra pocos avances a nivel implementación e incluso en los informes empresariales. Pero contrario a lo que podría asumirse, tienen grandes oportunidades en el mundo empresarial.
Aunque las empresas e instituciones demuestran una intención positiva y aumentan el debate y la actividad, los datos muestran que el progreso es lento.
En 2020, el mercado global de DEI, es decir, los dólares gastados por las empresas en esfuerzos relacionados con DEI, como los grupos de recursos para empleados (ERG), se estimó en 7.5 mil millones de dólares y se proyecta que se duplique para 2026. Sin embargo, al ritmo actual se necesitarán otros 151 años para cerrar la brecha económica mundial de género en todos los niveles.
La Alianza Global para la Paridad, un grupo intersectorial comprometido con el avance de la DEI, lanzó un programa para identificar iniciativas que tuvieron un impacto significativo, cuantificable, escalable y sostenible y sacar a la luz lo que esas iniciativas tienen en común. Esto para centrar los esfuerzos de DEI en lo que funciona mejor y contribuir a un progreso más rápido y escalable en toda la comunidad empresarial global y los ecosistemas circundantes.
Los cinco factores de éxito comunes a todas las iniciativas de DEI que produjeron el impacto más significativo, escalable, cuantificable y sostenido para los grupos subrepresentados son la comprensión de las causas fundamentales, la definición significativa de éxito, los líderes empresariales responsables, solución diseñada para su contexto específico, el seguimiento riguroso y la corrección del rumbo.
La comprensión de las causas fundamentales es la priorización de esfuerzos e inversiones, el establecimiento de objetivos y el diseño de soluciones.
La definición significativa de éxito, por otra parte, se logra mediante el establecimiento de objetivos claros, medibles, a corto y largo plazo, para guiar el esfuerzo y evaluar la efectividad.
En cuanto a los líderes empresariales responsables es un compromiso profundo de la dirección ejecutiva. Puede señalar la importancia de la DEI y asegurarse de que las iniciativas cuenten con los recursos adecuados.
En tanto, las soluciones diseñadas para el contexto, permite los cambios necesarios en los procesos y formas de trabajo clave mientras contribuye a la eficacia y la sostenibilidad.
Finalmente, al medir el progreso con respecto a la aspiración puede ayudar a los líderes a monitorear la efectividad de la solución, ajustar el enfoque para aumentar el impacto y dirigir con mayor precisión el uso de los recursos de la empresa.
En suma: el compromiso en cada nivel de la organización, desde los colaboradores individuales en primera línea hasta el CEO y la junta directiva, puede ayudar a lograr un progreso significativo en el DEI, un factor prioritario en las empresas socialmente responsables, lucrativas o filantrópicas. Feliz inicio de año 2024.

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FILANTROPÍA/ Asociaciones civiles en pro de la salud

Por Felipe Vega, fundador y director de CECANI; empresa de divulgación y capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.
La sociedad civil puede promover la salud física, mental, social y espiritual para todos.
Esto implica reexaminar cómo los impulsores sociales conformados por la nutrición, educación, vivienda…construyen la salud en las personas y las comunidades fuera del sistema de atención médica tradicional.
Los movimientos sociales tienen propiedades colectivas y distribuidas, por lo que las personas lideran desde donde se encuentran, además de trabajar juntas.
Consideremos que todos los movimientos sociales tienen un fuerte aparato político para cambiar la política federal, estatal y local. Poseen mecanismos sólidos para recaudar más dinero y dirigirlo a las estrategias que funcionan. Incluso, tienen una incidencia directa en la legislación.
En el campo de la salud mental, por ejemplo, se populariza un sistema estadounidense de la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales que reúne a 17 de los principales gremios, asociaciones y organizaciones filantrópicas enfocados en la salud mental.
Se parte de una visión unificada: ¿Cómo se crean las condiciones comunitarias que dan lugar a la salud mental, que crea un sentido de pertenencia, propósito, oportunidad de servicio? Por supuesto, la visión común puede adaptarse a cualquier empresa social. No sólo traza rumbos de decisión, gestión y acción, también es un elemento de cohesión ante las irrupciones.
Y así como la ONG [organización no gubernamental], una CBO [organización comunitaria] o una organización filantrópica pueden incidir en la salud física y mental, también tienen un papel relevante en la salud emocional y la espiritual.
Estamos en una era de «policrisis»: económica, política, climática, así como continuos desafíos raciales…Debajo de todas ellas hay una crisis espiritual, presentada con una pregunta habitual: ¿Quién soy realmente?
Esta crisis existencial conlleva al desamparo que puede desencadenar conductas muy peligrosas. Por ejemplo, uno de cada tres jóvenes considera seriamente el suicidio. Tres de cada cinco están persistentemente tristes o desesperados. Esa es una crisis espiritual.
Sí, necesitamos proporcionar más acceso a la atención de la salud mental, pero no vamos a llegar a la transformación con más aplicaciones y nuevas empresas rentables. Lo vamos a conseguir si la gente se conecta y es capaz de acercarse y escucharse unos a otros. Ese es un acto espiritual, crear un espacio seguro para que alguien comparta sus luchas y alegrías.
¿Cómo creamos un lugar donde las personas tengan un sentido de propósito y un lugar para expresarse plenamente? Creo que así es como se ven la espiritualidad y la salud: pertenencia, un lugar para expresar un propósito, la capacidad de experimentar asombro y de servir. Traer de vuelta lo que somos de una manera significativa a nuestra comunidad. Esto es una corriente ascendente de nuestra salud mental y bienestar.
La sociedad civil organizada representa la acción para estar conectados unos con otros y con el mundo que nos rodea. Es lo que nos permitirá vencer la “otredad”, cimiente de enfermedades crónicas, soledad y dolor.

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FILANTROPÍA/ La carta de Fink

Por Felipe Vega, Fundador de CECANI Latinoamérica, empresa de divulgación y capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

Laurence «Larry» Fink, fundador y director ejecutivo de BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, que tiene más de seis billones de dólares en activos bajo administración, emitió una carta dirigida a los directores de empresa.

La carta de Fink dice que la sociedad exige que las empresas, públicas y privadas deben «servir a un propósito social». Es decir, beneficiar no solo a los accionistas sino también a los empleados, clientes y vecinos.

Más aún, aseguró que BlackRock está «ansioso por crear valor a largo plazo y trabajar para servir a todas las partes interesadas». Los ejecutivos, escribió, “deben ser capaces de responder a sus preguntas sobre las acciones de la empresa, como el papel juega en la comunidad, cómo gestiona su impacto en el medio ambiente o si trabaja para crear una fuerza laboral diversa.

Durante casi 50 años, muchos se guiaron por Milton Friedman, que limitaba la acción empresarial en dar beneficios a los inversores e impuestos al gobierno. La labor social la limitaba a utilizar ese dinero para tener un impacto.

¿Pueden y deben los inversores obligar a las empresas a adoptar objetivos sociales, ya sea para abordar el cambio climático, luchar contra la pobreza o reducir la violencia? Más allá de eso, ¿cómo funcionará esto? ¿Qué se espera de los ejecutivos en esta nueva forma de hacer negocios? ¿Es todo esto relaciones públicas, o algo más? Los estudios ayudan a abordar estos problemas a medida que la industria de la inversión se prepara para prioridades más allá de las ganancias.

Milton Friedman presentó su famoso argumento en un artículo de 1970 en el New York Times Magazine. Escribió que enriquecer a los accionistas los mercados deben ser más eficientes para todos, y que era “una herejía” que los ejecutivos corporativos gastaran el dinero de la empresa en otra cosa que no fuera aumentar las ganancias.

Para Friedman, los ejecutivos que persiguen objetivos sociales con dinero corporativo están «gravando» a los legítimos propietarios de la empresa.

La noción de Friedman de que el único trabajo de una empresa es maximizar el valor para los accionistas influyó en gran medida en la legislación estadounidense. En una oferta pública de adquisición, por ejemplo, los gestores tienen la obligación de maximizar el valor financiero a corto plazo. Friedman sentía que cualquier cosa que se interpusiera en el camino de las ganancias —la filantropía corporativa, por ejemplo— era sospechosa, porque le quitaba tiempo, enfoque y dinero a los negocios más importantes de la empresa.

También asumía que tales actividades filantrópicas pertenecían al ámbito privado, a la vida personal de un ejecutivo o accionista.

Pero mientras tanto, se puede ver un cambio en el pensamiento que se aleja del puro afán de lucro en el comportamiento de los inversores, ejecutivos y empresarios

Algunas empresas se propusieron hacer explícito su compromiso con valores y causas específicas de responsabilidad. Ahora hay 2.544 corporaciones certificadas de este tipo en todo el mundo, en más de 50 países y 130 industrias.

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FILANTROPÍA/ ¿Lucro o beneficio social? El binomio plausible

Por Felipe Vega, Fundador de CECANI Latinoamérica, empresa líder en divulgación y capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

En los últimos años se ha puesto de moda lo que se conoce como responsabilidad social corporativa (RSC) o responsabilidad social empresarial (RSE). Ambos conceptos, idénticos, expresan que una empresa toma decisiones que afectan al conjunto de la sociedad y por lo tanto está comprometida con ella. No se trata sólo de generar riqueza.

El concepto de RSC nació a principios del siglo veinte, pero no fue hasta mediados de los años 50 cuando tomó forma definitiva. Hoy consideramos que las organizaciones empresariales son centros vitales de poder y de toma de decisiones y que las acciones de las grandes empresas tocan y afectan las vidas de los ciudadanos en muchos sentidos.

Esta idea se contrapone a la doctrina de Milton Friedman. Este economista, premio Nobel en 1976, consideraba que “la única responsabilidad de las empresas es la maximización de sus beneficios”. Afirmaba que “solamente tiene sentido hablar de Responsabilidad social corporativa en el caso de los monopolios, porque perturban el funcionamiento del mercado”.

Ante esta disyuntiva, ¿una empresa es responsable ante la sociedad? Aunque prevalece una norma no escrita que juega a favor de la teoría de Friedman, la sociedad civil organizada opera como un contrapeso en el imaginario colectivo.

Aunque la gente suele ver a las empresas como entidades de carácter privado destinadas a generar rendimientos mediante la venta de un producto o servicio, grandes crisis como la pandemia mundial de Covid-19 alertaron de la importancia de algunas instituciones en el bienestar general. Sorpresivamente se les otorgó un rol más trascendental a las empresas respecto a iglesia, gobierno y partidos políticos e incluso universidades, por ejemplo.

No obstante, la gente asocia “empresario” a “dinero” y no se cuestiona si además las empresas tienen otra función. La consecuencia es que existe una división invisible pero real: las empresas clásicas creadas con fines lucrativos y las dedicadas a fines sociales.

¿Se puede difuminar esta barrera entre las dos categorías? En general se acepta que una empresa tenga fines éticos, más que meramente pecuniarios. Pero aún nos cuesta creer que una asociación civil cumpla su misión social y a la par tenga beneficios económicos.

Tal idea, por supuesto, limita sensiblemente la función social de las Organizaciones No Gubernamentales. Entorpece su propia sustentabilidad y capacidad de desarrollar el objeto social.

Así, paulatinamente debemos aceptar que el logro lucrativo y la misión social no están disociados.

En la medida que cada asociación civil logre captar los recursos que le permitan subsistir y extender sus áreas de operaciones y tener más beneficiarios, se generará un éxito que tradicionalmente rechazamos.

La parte crucial para aceptar que lucro y beneficio social no es una disyuntiva aceptable es la capacitación. Las asociaciones civiles deben buscar la capacitación jurídica, ética y administrativa que les permita asumir ambos logros sin menoscabo al trabajo filantrópico que realizan.

Las empresas, a su vez, deben asumir el gran poder de influencia social que poseen y actuar en consecuencia.

En suma: no deben existir diyuntivas.

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FILANTROPÍA/ Las asociaciones civiles marcan tendencia

Por Felipe Vega, fundador y CEO de CECANI; empresa de divulgación y formación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

Muchas de las tendencias gerenciales actuales iniciaron en el ámbito filantrópico. Hoy, en esta era exponencial, donde la Inteligencia Artificial generativa, y concretamente el CHAPGPT, logró 100 millones de usuarios en sólo dos meses, las figuras no lucrativas marcan importantes tendencias de gestión empresarial.

Un ejemplo se da en el campo del talento. Fueron las asociaciones civiles quienes comenzaron a evaluar por habilidades a su voluntariado y becarios mientras el Curriculum Vitae cae poco a poco en la obsolescencia.

En este momento, cada vez más empleadores en todo el mundo adoptan la contratación basada en habilidades. Incluso, alrededor de tres cuartas partes de las empresas evalúan las habilidades de los solicitantes de empleo varias veces durante el proceso de entrevista, según una encuesta global de 3.000 empleadores y trabajadores.

Las organizaciones que utilizan métodos de contratación y reclutamiento basados ​​en habilidades mencionan beneficios significativos, incluido el ahorro en costos de contratación, dedicar menos tiempo a buscar candidatos y limitar el número de contrataciones inadecuadas.

Asimismo, muchos empleadores ya no exigen que los solicitantes de empleo tengan un título universitario. Sin embargo, a pesar de la tendencia global hacia la contratación basada en habilidades, los candidatos diversos y no tradicionales todavía enfrentan desafíos sustanciales.

Por ejemplo, un estudio de 2.000 empleadores estadounidenses encontró que casi el 75% se centra en las habilidades al contratar para algunos puestos. Pero incluso cuando las empresas tienen prácticas de contratación inclusivas, los gerentes de recursos humanos que insisten en ciertos requisitos pueden representar una barrera para contratar trabajadores subrepresentados, según la encuesta.

Tal como vaticinaron hace meses las asociaciones civiles, “las organizaciones que utilizan prácticas de contratación basadas en habilidades tienen una menor rotación en sus cohortes de contratación basada en habilidades. Es más probable que la gente se quede”.

Al mismo tiempo, al evaluar a los candidatos a un puesto de trabajo basándose en sus habilidades, en lugar de en credenciales como un título universitario, puede mejorar la diversidad y crear una economía más inclusiva.

Por otra parte, a través de la contratación basada en habilidades, muchas organizaciones buscan brindar vías de oportunidades más equitativas para quienes carecen de acceso a la educación superior.  Muchos tienen las habilidades, pero no los títulos académicos. Esto es especialmente cierto en grupos minoritarios como raza negra o provenientes de comunidades indígenas e incluso personas “muy jóvenes o muy viejas” según los estándares clásicos de mercado.

Y si: las asociaciones civiles lo hacen de nuevo. Marcan significativas pautas de cómo trabajar y lograr objetivos con una mirada más humanista.

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FILANTROPÍA/ Recuperación del negocio tras un desastre

Por Felipe Vega, fundador y Director general de CECANI Latam, empresa de divulgación y capacitación sobre asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

Generalmente nos concentramos en metodologías para crear Organizaciones No Lucrativas y empresas sociales. Sin embargo, ¿qué pasa cuando ocurre algún desastre y debemos reiniciar la construcción de cero?

No hablamos sólo de desastres naturales como el huracán OTIS, sino de cualquier irrupción o siniestro que comprometa a nuestra asociación, según un botiquín de uso corporativo elaborado por Concanaco-Servytur: “Claves para recuperar el negocio tras el paso de Otis”

Tras la devastación generada por el Huracán en Guerrero, existen de 80 mil negocios afectados, salir de una recesión podría tardar entre seis meses y tres años, según el plan de contingencia con el que cuente la empresa y el 90% de las Pymes carecen de un plan ante cualquier irrupción.

El primer paso recomendado es elaborar un análisis basado en la demanda de los productos o servicios por parte de los clientes o nuestros beneficiarios. Esto para trabajar en estrategias de contención, supervivencia, innovación y proyectos, que nos permitan reconocer la magnitud del problema y entender cómo resolverlo.

En esta etapa, los mensajes hacia nuestras partes interesadas tendrán que ser sumamente claros para que fluya la comunicación. Además de que la creación de un cuarto de guerra, conformado por un equipo de trabajo que tenga la suficiente visión, jerarquía e información, ayudará a planear las necesidades que requiere cada uno de los posibles escenarios.

Los siguientes puntos permiten tener más claro el camino que debe seguirse para recuperar nuestra organización tras un desastre de cualquier tipo:

  1. Conservar la calma para tomar mejores decisiones que ayuden a superar la crisis.
  2. Asumir el impacto. Esto es, ser resiliente, monitorear diariamente los impactos de clientes, finanzas, proveedores, mercados, categorías, entre otros.
  3. Trabajar en el Base line estratégico: ¿Cómo salgo de esto?, ¿Cuáles son las oportunidades de crecimiento? Analizar las oportunidades con los clientes, mercados, productos y servicios.
  4. Cambiar el chip: Poner en blanco y negro el pipeline de oportunidades y riesgos, priorizarlas, y accionar sobre ellas.
  5. Decidir actuar: pasar a la acción lo antes posible, la única manera de saber si la estrategia que definimos es adecuada, es ejecutándola para aprender de los errores.

Una empresa o sociedad puede recuperarse en un periodo de entre seis meses y hasta tres años según el avance y actualización del plan de contingencia que la organización tenga.

En general las empresas que invierten en innovación y tienen la capacidad de reinventarse, son las que presentan mayor crecimiento.

La tendencia para los negocios que desean salir de una recesión siempre estará alineada a alcanzar las utilidades, pero en esta nueva oportunidad, deberá velar por el bienestar de las personas y el cuidado del planeta, por lo que existe un acercamiento orgánico a la sociedad civil organizada.