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FILANTROPÍA/ Tras la búsqueda de la felicidad

Por Felipe Vega, Fundador y director general de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

Empresas, marcas y el Tercer Sector deben saber que la felicidad ya no es una utopía, sino un modelo altamente aspiracional en el estilo de vida que persiguen las nuevas generaciones.

Por ende, es momento de cambiar la manera en la que interactuamos, gestionamos y dirigimos las asociaciones civiles. Ya no basta una sólida misión social. Se requiere incorporar el disfrute y una filosofía holística de bienestar.

La Generación Z representa los grandes cambios generacionales que ahora testificamos. Al modificar radicalmente su perspectiva, deseos, gustos, expectativas y actitudes en comparación con los grupos generacionales anteriores, nos enfrentan a las nuevas expectativas en las comunidades donde las Organizaciones de la Sociedad Civil trabajan.

Los nacidos entre mediados de la década de 1990 y principios de la de 2010, hacen de la salud y el bienestar un elemento central de su estilo de vida.

El ochenta por ciento de la base de miembros de muchos gimnasios, incluso, está compuesta por la Generación Z y los millennials, conocidos colectivamente como Generación Activa. Y no se detiene en el gimnasio, ya que el 85% de los que van al gimnasio complementan sus entrenamientos presenciales con contenido en línea y rutinas en casa. Esto es, para muchos, una forma de vida.

Las generaciones más jóvenes cambian paradigmas convencionales en todo. Por ejemplo, no asumen que la educación superior sumada al trabajo duro genera el éxito financiero. Para este cohorte generacional se trata menos de lo que tienes, lo que prevalece es la noción de cómo existes.

Entonces suelen imponer una verdadera flexibilidad para encontrar tiempo para pasatiempos, mantenerse en forma, estar mentalmente bien, pasar tiempo en la naturaleza y disfrutar del tiempo sin prisas con los amigos. Verse, sentirse y vivir de manera saludable lo consideran indicadores de éxito más importantes respecto al reloj que usa, el automóvil que conduce, la casa que no puede permitirse comprar …

Asimismo, la Generación Z anhela las conexiones sociales, y las clases grupales de gimnasia a menudo se tratan de algo más que hacer ejercicio. Son un lugar para conocer gente nueva, vincularse a través de desafíos compartidos y celebrar los logros colectivos.

Crear un ambiente amigable y acogedor puede crear una afinidad real con las marcas. ¿Y con las Organizaciones de la Sociedad Civil por supuesto!

Por cierto, las Organizaciones No Gubernamentales deben considerar que el organigrama plano y el atractivo visual de los lugares de trabajo son importantes para las nuevas generaciones.

Ahora, la Generación Z suele investigar e interactuar con una marca digitalmente antes de comprometerse con una membresía o compra.

Para “enamorar a las nuevas generaciones la autenticidad es la clave. Las ONG deben cuidar el marketing falso o demasiado pulido. Incluso, es momento de considerar la posibilidad de colaborar con microinfluencers que se alineen con los valores de la AC. Mostrar historias reales de transformaciones de clientes o miradas detrás de escena del negocio resultan atractivas.

Por otra parte, el contenido debe posicionar a la AC como un socio, por ello se debe generar confianza y demostrar cómo la oferta apoya su estilo de vida más saludable y feliz.

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FILANTROPÍA/¿Qué es la economía solidaria?

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

Las Organizaciones de la Sociedad Civil impulsan la economía solidaria, una alternativa a los modelos económicos tradicionales, basada en principios de cooperación, equidad, y sostenibilidad. Así, en lugar de centrarse en el beneficio individual o empresarial, promueven el bienestar colectivo, inclusión social y respeto al medio ambiente.

Este modelo busca transformar las estructuras económicas y sociales. Trata de promover un desarrollo más justo y equilibrado.

Una de las figuras más emblemáticas con las cooperativas de trabajadores. Ellos también son socios de la empresa. Esto les otorga voz y voto en las decisiones clave de la organización, además de compartir las ganancias de manera equitativa. Esta estructura fomenta la democracia económica, promueve el compromiso y la lealtad de los trabajadores.

Los bancos de tiempo son una forma innovadora de economía solidaria en la que el tiempo, y no el dinero, es la unidad de intercambio. Las personas pueden intercambiar horas de trabajo, como ayudar en tareas domésticas, enseñar idiomas o cuidar a personas mayores, sin recurrir a la moneda convencional. Este sistema promueve la solidaridad entre los miembros de una comunidad y fomenta el uso de habilidades locales.

La agricultura orgánica comunitaria es otro claro ejemplo de economía solidaria, ya que promueve la producción local, sostenibilidad y consumo responsable.

Las finanzas éticas, por otra parte, buscan redirigir el flujo de dinero hacia proyectos que beneficien a la sociedad en lugar de financiar actividades que dañen el medio ambiente o fomenten la desigualdad.

Las energías renovables comunitarias, por otra parte, son una respuesta a la necesidad de descarbonizar la economía y reducir la dependencia de combustibles fósiles. Mediante la creación de cooperativas de energía, las comunidades pueden generar su propia electricidad a partir de fuentes renovables como la solar, eólica o hidroeléctrica.

El consumo colaborativo, asimismo, es un modelo en el que los bienes y servicios son compartidos entre varias personas o grupos, en lugar de ser adquiridos por cada individuo de forma independiente

Los centros de reciclaje y reutilización comunitaria son espacios dedicados a dar una segunda vida a productos y materiales que de otro modo serían desechados. Estos centros operan bajo principios de economía circular, donde los materiales se reutilizan, reparan o se transforman para crear nuevos productos, contribuyendo a la reducción de residuos y el ahorro de recursos naturales.

Las cooperativas de vivienda son otra muestra de economía solidaria, donde un grupo de personas se organiza para desarrollar, construir y gestionar viviendas de manera colectiva. Este modelo permite a los miembros acceder a viviendas asequibles y de calidad, a la vez que promueve la cooperación entre los residentes y el sentido de comunidad.

La economía solidaria, en sí, no solo tiene beneficios inmediatos para los individuos y comunidades involucradas, sino que también juega un papel crucial en la sostenibilidad a largo plazo. Al poner el foco en el bienestar colectivo y la sostenibilidad ambiental, este modelo ayuda a reducir las desigualdades económicas y a promover un desarrollo social inclusivo. Además, al implicar a las comunidades en la toma de decisiones, fortalece el tejido social y aumenta la cohesión y cooperación entre los distintos actores.

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FILANTROPÍA/ Dominio emocional, asignatura pendiente

Por Felipe Vega, Fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

Manejar la preocupación, el miedo, la ansiedad, la presión y el estrés es una habilidad que nadie debe desdeñar. Ni los grandes corporativos, Pymes o Organizaciones de la Sociedad Civil.

Independientemente de la situación, cada miembro de una empresa lucrativa o social tendrá que centrarte en hacer lo correcto. A continuación, te explicamos cómo hacerlo.

Hoy hay innumerables causas de insomnio, especialmente para los líderes. Las incursiones de la IA en el lugar de trabajo, bombardeos incesantes de las redes sociales y aumento de la polarización son factores que deben considerarse.

Sin embargo, es importante designar 15 minutos cada noche a l autorreflexión. Es el momento para evaluar lo que salió bien y lo que no en ese día. Determinar que si se logró o no cumplir en las metas del día y tratar de hacer lo correcto y lo mejor que se puede.

Estos dos objetivos son las formas más efectivas de combatir cinco emociones negativas a las que todos somos susceptibles: preocupación, miedo, ansiedad, presión y estrés.

Para algunas personas la atención plena puede ser útil, pero no suficiente. Sin embargo, todos podemos beneficiarnos de dedicar tiempo a la autorreflexión y darnos la orientación y tranquilidad que se derivan de esta práctica.

Centrarse continuamente en hacer lo correcto refuerza el liderazgo basado en valores, que hace hincapié en influir y relacionarse con los demás.

Al hacer lo mejor que podemos, nos convertimos en modelos a seguir de cómo deberían pensar y actuar los demás. En tercer lugar, e igualmente importante, hacer lo correcto reduce significativamente el estrés, lo que respalda su salud y bienestar en un momento en que las investigaciones muestran que el 55 por ciento de los directores ejecutivos y el 50 por ciento de los miembros de su equipo experimentan problemas de salud mental como ansiedad, depresión y agotamiento.

No existe una sola persona cuya vida mejore cada vez más, como si siguiera una trayectoria ascendente en línea recta. En cambio, es mucho más probable que la vida siga un patrón de sinusoidal, hacia arriba y hacia abajo, mientras que es de esperar que tenga una tendencia al alza.

A lo largo del camino, habrá picos en los que las cosas van bien, así como valles en los que se experimentan pérdidas, decepciones y fracasos, tanto personales como profesionales. Así, uno debe prepararse con anticipación para saber cómo responderás a lo que suceda, en lugar de esperar a que ocurra.

Cuando las cosas van bien experimentar gratitud y celebración. Es importante que los líderes agradezcan a todos los miembros del equipo y los recompensen por contribuir al éxito de la organización. Lo mismo ocurre con los logros personales, tal vez reunir a todos los que brindaron apoyo.

Sin embargo, lo que demasiadas personas pasan por alto es ¿qué voy a hacer cuando las cosas se pongan feas? Las dificultades y los desafíos no son una cuestión de si ocurrirán, sino más bien de cuándo.

Cuando suceden decepciones y dificultades, no conviene sorprenderse ni conmocionarse, sino saber exactamente cómo responder. A través de la autorreflexión, obtener información sobre lo que sucede y por qué, así como lo que se puede hacer para abordarlo.

Ninguno de nosotros sabe lo que va a pasar mañana. Sí, tenemos nuestras prioridades y nuestros planes, pero es inevitable que en algún momento nos encontremos con lo inesperado. «¿Qué es lo peor que podría pasar mañana?» En lugar de que este sea un pensamiento aterrador, puede ser esclarecedor.

 

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FILANTROPÍA/ Secretos no divulgados del mal comportamiento

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

Lo bien que las personas se conocen a sí mismas significa mucho cuando se trata de cómo se comportan. Aquellos que tienen un «autoconcepto» menos definido, o una comprensión de los pensamientos y creencias que usan para definirse a sí mismos menos clara, son más propensos a generar comportamientos negativos o controvertidos respecto a quienes tienen definiciones más claras de quiénes son y cuáles son sus propósitos de vida.

Sin embargo, lidiar con el «autoconcepto», es decir, los pensamientos y creencias que usamos para definir quiénes somos, puede parecer un ejercicio filosófico profundo. Pero hasta un punto quizás sorprendente, puede afectar su vida diaria de manera tangible.

Los estudios demuestran que las personas que no tienen un autoconcepto claramente definido tienen más episodios de ansiedad y depresión, relaciones menos satisfactorias y menor bienestar general, en comparación con las personas que sí lo tienen.

La profesora asociada de marketing de Kellogg, Rima Touré-Tillery, y Jane Jiaqian Wang, de la Universidad Nacional de Singapur, van aún más allá, y descubren que tener un autoconcepto poco claro también conduce a un mal comportamiento.

«Cuando las personas no saben quiénes son, piensan que sus acciones morales no reflejan realmente quiénes son», dice Touré-Tillery. «Los límites entre el bien y el mal no funcionan de la misma manera. Si piensan que no se conocen a sí mismos, puede llevar a mentir y engañar».

Pero no todo está perdido. Las personas pueden fortalecer su autoconcepto. E incluso si las personas no pueden (o no quieren) solidificar su sentido de identidad, hay formas de reducir su mal comportamiento.

En el primer estudio, reclutaron a 149 participantes de una universidad de Estados Unidos para completar una encuesta establecida de doce preguntas que evaluó su nivel de claridad de autoconcepto. Calificaron su acuerdo con afirmaciones como: «En general, tengo un sentido claro de quién soy y qué soy».

Tres meses después, el equipo de investigación pidió a los mismos participantes que respondieran a una encuesta que evaluaba cómo podrían responder a doce escenarios morales. Por ejemplo, comprar una camisa, usarla y luego devolverla a la tienda. O permitir que se culpe a alguien en el trabajo por algo que hizo. El equipo descubrió que aquellos con una puntuación más baja en la escala de claridad del autoconcepto de la encuesta inicial tenían menos probabilidades de hacer lo correcto.

Los resultados muestran que el nivel de claridad del autoconcepto de las personas puede predecir su comportamiento moral a lo largo del tiempo.

Los investigadores descubren que el vínculo entre la claridad del autoconcepto y la moralidad también se aplica a los comportamientos prosociales, como las donaciones caritativas, y abarca todas las culturas.

El equipo reclutó a casi 300 participantes chinos para completar la misma evaluación de claridad del autoconcepto que en el primer estudio. A los participantes se les pagó por su tiempo y, posteriormente, recibieron una nota de agradecimiento por su participación, junto con medio yuan chino (unos siete centavos de dólar). Se les preguntó si les gustaría conservar su bono o donarlo al Fondo Mundial para la Naturaleza.

Los participantes con una puntuación más baja eran menos propensos a donar su bono.

Esto también nos permitió comprobar las posibles diferencias interculturales, dice Wang. Dado que los chinos a menudo adaptan su comportamiento en función de la situación y, por lo general, tienen una menor claridad de autoconcepto, nos preguntamos si los resultados serían diferentes. Pero descubrimos que las personas tenían esta misma tendencia a actuar moralmente en función de la claridad de su autoconcepto.

Un tercer estudio demostró un vínculo causal entre el autoconcepto y la moralidad, y mostró que la claridad del autoconcepto podía manipularse temporalmente. Esta vez, el equipo reclutó a 638 participantes de un mercado de encuestas y los dividió en dos grupos.

Un grupo leyó una lista de afirmaciones que describían un autoconcepto claro («Mis creencias sobre mí mismo no cambian con frecuencia»), mientras que el otro leyó una lista de afirmaciones que reflejaban un autoconcepto poco claro («Mis creencias sobre mí mismo cambian con frecuencia»). Los participantes eligieron una de las afirmaciones y dedicaron un minuto a escribir sobre una experiencia relevante.

Luego se les dijo a los participantes que eran parte de un estudio que ayudaría a los investigadores a comprender las probabilidades de que diferentes monedas estadounidenses cayeran en cara o cruz. Los participantes elegían una moneda, la lanzaban cinco veces y reportaban sus resultados. Pero antes de comenzar, a algunos participantes se les dijo que recibirían cinco centavos cada vez que la moneda cayera en cara.

Aquellos a los que no se les había informado de este incentivo financiero informaron haber volteado números similares de cara y cruz. Y los participantes que habían leído declaraciones que reflejaban un claro autoconcepto también informaron un número similar de cara y cruz, incluso si se les informó sobre el incentivo financiero.

Pero las personas que sabían sobre el incentivo financiero y que habían sido preparadas para sentir que tenían un concepto de sí mismo poco claro informaron haber obtenido más cara que cruz.

 

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FILANTROPÍA/¿Empresas comprometidas con los activistas?

Por Felipe Vega, Fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

A medida que los llamados a un cambio social se hacen más fuertes, las corporaciones que permanecen en silencio corren el riesgo de pasar desapercibidas tanto para los clientes como a los empleados. Dejan de ser significativas t relevantes.

Durante mucho tiempo, los activistas asumieron que las corporaciones les permitirían lograr un cambio social. Esa percepción se recrudeció con el tiempo.

Ahora, ¿qué tan efectivos son estos activistas para convencer a las empresas de que cambien? ¿Y cuáles son las mejores maneras para que las empresas reaccionen a las demandas de los activistas sin dejar de mantener los intereses de sus propias organizaciones en primer plano?

En general, la acción colectiva contra las corporaciones a menudo funciona. Así, si un boicot recibe la atención de los medios nacionales, los activistas obtienen algún tipo de concesión de la empresa objetivo el 25 por ciento de las veces.

El poder de los activistas proviene de poner el foco en las actividades de una empresa en particular de manera que crean responsabilidades.

Las protestas son un tipo de señal de información que hace que la gente preste atención a un problema, o tal vez se replantee un tema. Hace que los inversionistas, los legisladores, los ejecutivos y el público en general miren a esa organización de una manera diferente.

Se encuentra que, en promedio, existe una caída del 1 por ciento en el precio de las acciones dentro de un período de 26 días de una protesta dirigida a esa empresa.

Sin embargo, existe mucha variación en los resultados. La cobertura de los medios es el factor clave. Las empresas que recibieron mucha cobertura antes de una protesta no vieron un descenso tan grande. Las protestas no son tan efectivas para generar información si ya hay mucha información sobre la compañía para que el público la vea.

Las protestas también crean una amenaza para la reputación más amplia de una empresa, lo que puede poner en peligro las relaciones de la empresa tanto con los clientes como con sus propios empleados.

Dado que las protestas representan un riesgo para las empresas, ¿cómo deberían responder si se encuentran en el punto de mira de una campaña activista?

Emitir una declaración pública de apoyo hasta incluir a los activistas en las discusiones de la empresa, cada respuesta viene con su propio conjunto de riesgos y recompensas potenciales. Un error común es limitarse a apoyar verbalmente una causa sin que haya acciones contundentes y claras, más allá de la mera manifestación de apoyo. Esto genera desconfianza en los públicos.

Ahora, la acción más significativa que puede tomar una empresa es dar la bienvenida a los activistas en las discusiones de la empresa. Se miran como socios que pueden ayudarlos a mejora la reputación empresarial y acercarlos a temas claves que atañen a sus consumidores.

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FILANTROPÍA/10 tendencias de fundraising

El fundraising es la captación de recursos por parte de entidades sin ánimo de lucro para sus proyectos sociales. Su metodología se renueva continuamente para responder a los cambios sociales y tecnológicos de las comunidades donde opera.

Entre las tendencias más sobresalientes tenemos estas:

Uso de la inteligencia artificial (IA): Las organizaciones sin fines de lucro están utilizando IA para analizar el comportamiento y las preferencias de los donantes, permitiendo una comunicación personalizada y eficaz.

Dado mensual: Los programas de donaciones mensuales están en auge, proporcionando ingresos predecibles y fomentando la lealtad de los donantes.

Enfoque en la comunidad: Las organizaciones están enfocándose en eventos comunitarios y la creación de círculos de apoyo para construir relaciones duraderas con los donantes.

Interacciones digitales y móviles: Hay un cambio hacia estrategias de recaudación digital, utilizando redes sociales, correos electrónicos y plataformas de crowdfunding.

Transparencia y reporte de impacto: Los donantes quieren ver el impacto de sus contribuciones, por lo que la transparencia y los informes detallados son cruciales.

Colaboración con influencers: Colaborar con influencers puede amplificar el alcance y el impacto de una organización sin fines de lucro.

Personalización: Los donantes esperan experiencias personalizadas, similares a las que reciben de marcas comerciales.

Generaciones más jóvenes: Las generaciones más jóvenes, como los Millennials y la Generación Z, prefieren apoyar causas que se alinean con sus valores y que demuestran transparencia.

Eventos virtuales: Los eventos virtuales, como webinars y transmisiones en vivo, están ganando popularidad para fomentar la participación comunitaria y recaudar fondos.

Estrategias de recaudación digital: La creación de campañas en línea atractivas y la integración de plataformas de donación fácil de usar en los sitios web son esenciales para conectar con los apoyadores.

Las Organizaciones de la Sociedad Civil se renuevan continuamente para cumplir sus objetivos sociales. La recaudación de fondos no podía ser la excepción.

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FILANTROPÍA/ Medio ambiente en el corazón empresarial

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación para OSC y figuras no lucrativas

Muchas veces las Organizaciones de la Sociedad Civil se vuelven precursoras de tendencias que impactan en la generación de ganancias empresariales. Es el caso de la sustentabilidad natural y medio ambiental.

Las empresas que desarrollan e implementan estrategias efectivas de gestión del capital natural pueden obtener ventajas duraderas a través de una mayor resiliencia y acceso a oportunidades relacionadas con la naturaleza.

Incluso en este 2025, la acción corporativa sobre la naturaleza pasó de ser una obligación ambiental para convertirse en una necesidad estratégica. Ya no se trata solo de preservar os recursos naturales. Es un elemento clave de la estrategia empresarial. Vale recordar que más de la mitad del PIB mundial depende de ella.

Así, si durante mucho tiempo las OSC trabajaron para eliminar o limitar la degradación de la naturaleza, como la pérdida de biodiversidad, el colapso de los ecosistemas y la escasez de recursos naturales, tales tareas se convierten en acciones cruciales para paliar uno de los principales riesgos económicos globales del mundo.

Así, las empresas comienzan a desarrollar estrategias naturales para mitigar los riesgos para sus cadenas de suministro, operaciones y reputación.

Debe considerarse que los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el clima costaron dos billones de dólares en todo el mundo durante la última década.

Ahora, la acción sobre la naturaleza no se trata solo de mitigar el riesgo. También representar el acceso a oportunidades significativas si adoptan una postura proactiva. El sector industrial, de agua y residuos, representan un valor de nueve billones de dólares y más de 12 billones de dólares en ingresos anuales para 2030.

Al mismo tiempo, inversores, consumidores y reguladores presionan a las empresas para que prioricen la naturaleza con otros objetivos de sostenibilidad.

Incluso, en 2024, la Iniciativa FAIRR, una red de inversores que representa 51 billones de dólares en activos, clasificó a la biodiversidad como el segundo tema más crítico después del cambio climático.

Sin embargo, a pesar de ser fundamental para el éxito empresarial, la naturaleza a menudo no se beneficia de la atención, enfoque estratégico y comprensión necesarios para un progreso significativo. La estrategia empresarial sigue siendo un desafío

¿Qué es una estrategia de naturaleza? Al igual que con la estrategia corporativa general, no hay una única respuesta correcta. Cada enfoque debe adaptarse a las necesidades individuales de la organización.

Las OSC creen que el punto de partida debe ser un autoanálisis que revele la relevancia de la naturaleza en el negocio. Es decir, la dependencia de los ecosistemas y su impacto en ellos.

Una pregunta crucial es: ¿Cuáles de los activos, productos y capacidades podrían representar una verdadera ventaja competitiva a medida que aumenta el énfasis en la naturaleza?

Para la protección del valor, las herramientas de planificación de escenarios estratégicos pueden ayudar a modelar futuros potenciales, identificar riesgos y proporcionar información procesable sin imponer demandas significativas a su equipo.

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FILANTROPÍA/ La esperanza en la cooperación mundial no está extinta

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

La cooperación mundial se estanca. Pero al unísono, también hay algunos focos de impulso positivo, como la firma del Pacto del Futuro de las Naciones Unidas.

Desde el «oportunismo planificado» hasta la «segmentación estructural», los líderes pueden adoptar nuevas estrategias para reactivar la cooperación. Esto, en un momento cuando el mundo se enfrenta a una serie de desafíos ambientales, económicos y de seguridad urgentes. Sin embargo, e l tiempo se agota para abordarlos.

La seguridad mundial se encuentra en un punto crítico, con el mayor número de conflictos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Incluso se suman otros desafíos: Se prevé que el crecimiento mundial en 2025 se mantenga estable, pero sólo de 3,2%.

Esto mientras solo el 17% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas van por buen camino. La salud y el bienestar están en juego y la tendencia de los años de vida ajustados a la discapacidad a nivel mundial comienza a estancarse después de los avances recientes.

La transición energética hacia un futuro de cero emisiones netas, por otra parte, aún se encuentra en sus primeras etapas. Solo alrededor del 10% de las tecnologías de bajas emisiones requeridas para 2050 se implementan en la mayoría de las áreas.

Este contexto desafiante plantea una pregunta fundamental: ¿Qué forma de cooperación global se necesita para abordar los desafíos de esta nueva era?

La cooperación mundial es superior a los niveles anteriores a la pandemia, pero se estancó en los últimos tres años.

El continuo deterioro de la paz y la seguridad mundiales es un factor clave en esa inmovilidad. El aumento de los conflictos y el elevado número de personas desplazadas por la fuerza son problemas importantes y persistentes.

Esto ocurre mientras la cooperación comercial y de capital también disminuye ligeramente. Sin embargo, se detectan flujos crecientes de capital, servicios y personas en general.

Ante esta avalancha de desafíos no todo está perdido. Hay algunas señales positivas de que la agenda de cooperación avanza. En septiembre de 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó el ambicioso Pacto del Futuro, la culminación de nueve meses de negociaciones diseñadas para sumar trabajo y recursos entre naciones.

La cooperación en torno al clima y el capital natural son un referente emulable y en salud mejora la esperanza de vida. Además, la digitalización de la economía mundial impulsa una mayor cooperación en la innovación y tecnología.

Así, se necesitan nuevos mecanismos para trabajar juntos en prioridades clave, incluso cuando no están de acuerdo en otras. Los últimos años sugieren que esto es posible y hay fuertes señales de cooperación.

Para avanzar, se tendrán que abordar los desafíos urgentes de seguridad mundial. También deben permanecer abiertos a nuevos enfoques de cooperación que puedan ofrecer la mayor oportunidad de soluciones eficaces.

Las Organizaciones de la Sociedad Civil tienen un papel central en el avance de estas iniciativas de colaboración entre diversas economías.

 

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FILANTROPÍA/ Retrocesos y esperanza en la cooperación mundial

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

La cooperación mundial se estanca. Pero al unísono, también hay algunos focos de impulso positivo, como la firma del Pacto del Futuro de las Naciones Unidas.

Desde el «oportunismo planificado» hasta la «segmentación estructural», los líderes pueden adoptar nuevas estrategias para reactivar la cooperación en 2025 y más allá justo cuando el mundo se enfrenta a una serie de desafíos ambientales, económicos y de seguridad urgentes… pero el tiempo se agota para abordarlos.

La seguridad mundial se encuentra en un punto crítico, con el mayor número de conflictos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Incluso hay otros desafíos: Se prevé que el crecimiento mundial en 2025 se mantenga estable, pero sólo de 3,2%.

Esto mientras solo el 17% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas van por buen camino. La salud y el bienestar están en juego y la tendencia de los años de vida ajustados a la discapacidad a nivel mundial comienza a aplanarse después de los avances recientes.

La transición energética hacia un futuro de cero emisiones netas aún se encuentra en sus primeras etapas: solo alrededor del 10% de las tecnologías de bajas emisiones requeridas para 2050 se implementan en la mayoría de las áreas.

Este contexto desafiante plantea una pregunta fundamental: ¿Qué forma de cooperación global se necesita para abordar los desafíos de esta nueva era?

La cooperación mundial es superior a los niveles anteriores a la pandemia, pero se estancó en los últimos tres años.

El continuo deterioro de la paz y la seguridad mundiales es un factor clave en esa inmovilidad. El aumento de los conflictos y el elevado número de personas desplazadas por la fuerza son problemas importantes y persistentes.

Esto mientras la cooperación comercial y de capital también disminuye ligeramente. Sin embargo, se detectan flujos crecientes de capital, servicios y personas en general.

Ante esta avalancha de desafíos no todo está perdido. Hay algunas señales positivas de que la agenda de cooperación está avanzando. En septiembre de 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó el ambicioso Pacto del Futuro, la culminación de nueve meses de negociaciones, diseñadas para «sacar al multilateralismo del borde del abismo», como declaró el secretario general de la ONU, António Guterres.

La cooperación en torno al clima y el capital natural sigue siendo un referente brillante y en salud mejora la esperanza de vida. Además, la digitalización de la economía mundial impulsa una mayor cooperación en la innovación y tecnología.

Así, se necesitan nuevos mecanismos para trabajar juntos en prioridades clave, incluso cuando no están de acuerdo en otras. Los últimos años sugieren que esto es posible, y hay fuertes señales de cooperación. Para avanzar, se tendrán que abordar los desafíos urgentes de seguridad mundial. También deben permanecer abiertos a nuevos enfoques de cooperación que puedan ofrecer la mayor oportunidad de soluciones eficaces.

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FILANTROPÍA/ El peligroso social washing

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

La simulación afecta las expectativas sociales y ambientales. Cuando se antepone el parecer al ser, es la sociedad la que recibe el mayor perjuicio. Esto ocurre con el social washing, estrategias manipulativas que aparentan un compromiso genuino con la responsabilidad social, pero solo buscan aprovecharse de esa tendencia sin generar un impacto real.

El social washing es una táctica que consiste en dar la impresión de que una empresa está comprometida con causas sociales y comunitarias, cuando en realidad sus acciones no coinciden con su mensaje.

Este tipo de prácticas se vuelve común en un contexto donde los consumidores buscan marcas que aporten al bienestar social, pero no todas las empresas logran ir más allá de la apariencia. Este es un nuevo reto al que se enfrentan hoy las Organizaciones No Gubernamentales.

Muchas empresas consideran a la responsabilidad social corporativa (RSC) como una herramienta de marketing, pero no establecen prácticas que respalden sus promesas. Es análogo al greenwashing, pero la diferencia radica en que el social washing se centra en las causas sociales, como equidad de género, derechos laborales o  inclusión, y no en el medio ambiente.

Este fenómeno  implica una explotación de los valores sociales que las organizaciones dicen defender. Las empresas se esfuerzan por proyectar una imagen positiva ante sus clientes, pero en lugar de invertir recursos en acciones concretas que beneficien a las comunidades o a los colectivos vulnerables, solo se enfocan en la comunicación superficial de su compromiso.

Esto genera una brecha entre lo que se dice y lo que realmente se hace. Tal incongruencia es uno de los factores que mayor afectan la credibilidad y confianza de las marcas.

El primer paso para combatir el social washing es visibilizar la falta de correspondencia entre lo que se dice y lo que realmente se practica.

La diversidad e inclusión, por ejemplo, deben tener una correspondencia con los integrantes de la C-suite. ¿Las estructuras internas reflejan estos valores? La diversidad presentada en los anuncios de una empresa, ¿tiene empleados de diversas etnias, géneros y orientaciones sexuales que tienen las mismas oportunidades dentro de la empresa?

Un proclamado empoderamiento femenino, ¿ofrece condiciones laborales adecuadas a sus empleadas?, la comercialización de productos en favor de la justicia racial ¿realmente apoya a las comunidades?

Una de las prácticas empresariales más comunes es emplear el movimientos LGBTQ+ sin tener una política inclusiva interna. También suele prevalecer el fomento de la educación pero sin aumentar el acceso real a recursos o la promoción de la salud mental sin apoyo integral.

Un segundo paso para desbaratar esta perniciosa práctica de simulación es visibilizar incongruencias a través de testimonios, opiniones, fotografías y hechos mediante redes sociales, web e incluso campañas.

Es crucial que las empresas se comprometan de manera genuina con las causas que promocionan y que sus acciones vayan más allá de la fachada publicitaria. La transparencia y el impacto real son esenciales para garantizar que las estrategias de RSC no sean percibidas como un simple «lavado social», sino como un verdadero aporte al bienestar de la sociedad. De lo contrario, las marcas corren el riesgo de perder credibilidad y confianza en un mundo donde la autenticidad es cada vez más valorada por los consumidores.

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