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ABANICO/ La eterna e irreconocible dualidad

Por Ivette Estrada

El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde nos fascina porque exhibe un trastorno de personalidad en el que podemos ver los claro-obscuros que todos poseemos, aunque no de manera tan drástica y tajante. Sin embargo, si existe una personalidad dulce, candorosa y amable a la que la parte más pragmática impone actos de defensa o contra ataque.

Es aquel personaje rudo que nos fustiga a “no dejarnos, no confiar e imponernos”. Es quien nos alerta de un peligro inminente y nos dicta órdenes contundentes para impedir agravios. Es el dragón que habita en cada uno de nosotros, el destructor que paradójicamente nos cuida sin imaginarlo siquiera.

Soñé que era víctima de un robo y temía recuperar lo mío, incluso levantar la voz. Me veía encogida y lacrimosa, como una víctima. Entonces una figura enorme me comenzó a acicatear para ir por lo mío.

-Tengo miedo. Yo no soy tan grande y poderosa como tú. Yo no puedo…

-Lo vas a hacer. Aunque aparentemente no obtengas nada debes pelear por tu propia dignidad. Por tu autoconcepto, porque sólo tú debes preservar la mejor imagen de ti.

Voltee a ver a quien me imponía acabar la inercia de indefensión. Me sorprendió mirar que era yo.

Ah, los sueños, los velos que esconden al subconsciente…fue en ellos que hallé la dualidad. Nadie es totalmente blanco o negro. Todos poseemos infinitos matices. Todos ellos conforman nuestra unicidad. Nada es un tajante bueno o malo. El maniqueísmo es una mentirosa interpretación de lo real.

No es la dualidad el extremismo, la intersección de dos polos opuestos. Es parte de lo que somos, lo que nos describe e impulsa. Rehusar a ver nuestro “otro” rostro, es un artilugio simplista y mezquino de lo que no aceptamos.

Por ello, aunque prefiramos arquetipo de creador o mago, debemos ver que en cada uno existen muchos otros como el el asceta, el héroe o rebelde. Pero incluso los 12 paradigmas de Carl Gustav Jung aparecen incompletos para tratar de definir lo que cada uno de nosotros es.

¿Para qué adentrarnos en conocer nuestros matices y aparentes sombras? Por que es parte de un ejercicio eterno de auto reconocimiento. Logra multiplicar posibilidades de experiencia y vida.

Pero al unísono, lograr admitir dos personalidades contrapuestas en cada uno logra que nuestra mente se enriquezca de percepciones sobre percepciones y propuestas del mundo, que se enciendan ideas y podamos crear narrativas menos acotadas de lo que es el mundo y las ideas.

La propia aceptación de una dualidad, sólo por simplificar el caleidoscopio de lo que somos, nos lega una importante cimiente para percibir el mundo. Y no, no es necesaria una bifurcación tajante como los personajes del escritor británico Stevenson. La realidad es más que luz y oscuridad. Es un lienzo lleno de matices.

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ABANICO/ Trabajadores felices

Por Ivette Estrada

La felicidad es la piedra filosofal de nuestro tiempo. El “oro” que genera riqueza y desarrollo en las organizaciones. Y contrario a lo que asume comúnmente, se trata de una condición que puede aprenderse. Literal.

¿Cuáles son las aptitudes con mayor demanda en el mercado de trabajo? Iván Guerrero y Rosalinda Ballesteros, autores de Enfoque en liderazgo positivo, aseveran que una de las principales es la autoeficacia.

Es decir, resiliencia, flexibilidad y agilidad, motivación y autoconocimiento. También curiosidad y aprendizaje a lo largo de la vida, confiabilidad y atención al detalle. En suma: la capacidad de las personas para adaptarse a entornos adversos.

En el Foro Económico Mundial la autoeficacia aparece entre las diez aptitudes necesarias para el trabajo de hoy y del futuro. No parece raro si consideramos que la supervivencia está ligada a la rapidez de adaptación del entorno y no a la fuerza de una especie según Charles Darwin.

En el mercado laboral esta autoeficacia, asociada al propio bienestar, asciende en importancia junto con la capacidad de trabajo en equipo que implica empatía y escucha activa, liderazgo e influencia social.

“Si en las organizaciones aspiramos a la alta satisfacción, compromiso e involucramiento de las personas, es necesario comenzar a incorporar las habilidades del bienestar y del liderazgo positivo en los esquemas formativos. En otras palabras, enseñar a las personas a que sean felices y a que sean altamente productivas en el trabajo”, remarcan los directivos del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral de la Universidad Tecmilenio.

La conexión emocional de las personas en sus trabajos es la clave para augurar mayor productividad y catapultar la innovación. Sin embargo, sólo 23% de las personas a nivel mundial se sienten involucradas en su trabajo, dice la consultora Gallup en su informe State the Global Workplace.

Ante esto, y una ascendente “renuncia silenciosa” que se evidenció globalmente tras la pandemia de Covid-19, las organizaciones deben generar acciones que incidan en el mayor bienestar de sus colaboradores.

Entre las más importantes Ballesteros y Guerrero enumeran la flexibilidad laboral, protocolos contra el acosos y hostigamiento psicológico, procesos de promoción transparentes, igualdad en las remuneraciones, promover la filosofía organizacional y realizar acciones en beneficio a la comunidad.

Sin embargo, existe una herramienta crucial en las empresas: incrementar el aprendizaje de nuevas habilidades. Ampliar el conocimiento contribuye a desarrollar recursos que elevan las capacidades para desempeñarse mejor, afrontar las exigencias laborales y fomentar una mayor autoeficacia.

La autoeficacia también eleva la autoestima y genera mayores mecanismos de resiliencia y automotivación. Paradójicamente, en México sólo 5 de cada 10 personas reciben capacitación en su trabajo según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Ante esto, crear diferencial y ostentar el liderazgo en la industria implica comenzar a invertir en programas orientados al desarrollo de habilidades interpersonales y de liderazgo. Es el corazón de estrategias para aumentar la productividad y eficacia organizacional. Las personas son primero.

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ABANICO/ Tecnología contra las mentiras

Por Ivette Estrada

La originalidad y la realidad de videos y grabaciones caminan en la cuerda floja. Se mimetizan con creaciones y manipulaciones de Inteligencia Artificial y cada vez se consolida más la interacción del mundo real y el virtual.

La difusión deepfakes se multiplica año a año, pero paradójicamente las tecnologías de IA que se usan para ello, también permiten crear herramientas de detección cada vez más eficientes. Avanzamos en tecnologías que desenmascaran los engaños.

Sólo en Latinoamérica, de 2022 a 2023, aumentaron los videos falsos en 450 % en ese periodo, según un informe de SumSub, plataforma de identificación de identidad. Los sectores más afectados son periodismo, política, entretenimiento y finanzas. Curiosamente iniciaron en el ámbito de la pornografía.

Actualmente, el mercado de las deepfake tiene un valor actual de 534 millones de dólares y puede crecer 961% en 2030.

Los deepfakes son medios sintéticos “mentirosos”. Se generan mediante técnicas de aprendizaje profundo (Deep learning), e incluyen imágenes, vídeos y grabaciones de audio manipulados para retratar a alguien que dice o hace algo que en realidad nunca dijo o hizo.

Las acciones de estos deepfakes son propagar noticias falsas, generar desinformación, desacreditar a alguien, cometer delitos relacionados con el honor, la imagen o el fraude, influir en las votaciones o toma de decisiones o pensamiento grupal, llevar al cabo venganzas, manipular los mercados financieros o desestabilizar las relaciones internacionales.

Si consideramos que lesionan la reputación de personas, empresas (partidos políticos) y marcas, se atenta contra el 80% del valor de una firma o nombre.

Anteriormente la detección de estos deepfakes era sólo la observación y encontrar fallos en las imágenes digitales, como bordes borrosos, piel artificialmente lisa, movimientos entrecortados o antinaturales…

Una forma sencilla de detectar si estamos ante un posible Deepfake es fijarse en cuántas veces parpadea la persona de la imagen. Los videos muy cortos son otro indicio de falsedad y un recurso para detectar el engaño es detectar quien empezó a compartir el material-

Desajustes entre el audio y la imagen es otro signo de engaño y algo que resulta común en los videos falsos es el interior de la boca de las personas: Los algoritmos de inteligencia artificial son incapaces de copiar con precisión la lengua, los dientes y el interior de la boca al hablar.

Sin embargo, hoy las tecnologías identifican y aprenden de grandes cantidades de datos para generar medios falsos de apariencia realista.

Ahora, ¿cómo descubrimos si un video o grabación de audio no es real? Mario Micucci, Investigador de seguridad informática de ESET Latinoamérica, menciona herramientas basadas en IA que utilizan algoritmos de aprendizaje automático para analizar patrones en videos y audios. Busca inconsistencias que podrían indicar manipulación.

Micucci menciona a Sentinel, Oz Liveness, HyperVerge, FakeCatcher Deepware, Phoneme-Viseme Mismatch y DuckDuckGoose.

También existen herramientas basadas análisis de metadatos como la fecha de creación del archivo o la ubicación de la grabación. Herramientas como MediaInfo y ExifTool facilitan la extracción y el análisis de estos metadatos.

Finalmente existen herramientas buscan patrones inusuales en el movimiento facial, la voz o el contenido del video que podrían indicar deepfakes. Algunos ejemplos incluyen FaceForensics y Audio Fingerprinting.

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ABANICO/ ¿Bienes de consumo a la lona?

Por Ivette Estrada

Bastaron cuatro rounds para que la industria de bienes de consumo esté en la loma. ¿Logrará levantarse? Esta es la cronología de la pelea que disminuye cada vez más a una industria ya debilitada tras el Covid-19.

La derrota estaba anunciada: La industria de bienes de consumo, alguna vez favorita de los inversores, presentaba un rendimiento inferior en los últimos años.

En el primer round se presentó una desaceleración macroeconómica general. El crecimiento de la población se estancó y la expansión de la riqueza se desaceleró tanto en los mercados desarrollados como en los emergentes. Éstos representaron el 70 por ciento del crecimiento de la industria general de bienes de consumo envasados en los últimos 20 años.

China, por ejemplo, representaba hasta el 30% del crecimiento de la industria y ahora sólo es del 12 al 14%. Asimismo, los bienes de consumo envasados se benefician cuando una economía crece. Pero cuando se tienen alrededor de 22,000 en ingresos familiares, los consumidores comienzan a gastar su riqueza adicional en categorías premium.

En el segundo round aparece la fragmentación de los consumidores, impulsada principalmente por el cambio a lo digital y el aumento de la consciencia medio ambiental.

Llegamos así al tercer round o la pérdida de cuotas de los supermercados. En la última década estos pisos de venta perdieron cinco puntos. Esto les impone luchas para preservar su propia rentabilidad.

Por último, en la cuarta parte del enfrentamiento aparece la cuestión de los costes crecientes y volátiles. Está claro que todavía estamos en un período inflacionario donde se disminuyen compras y no se reinvierte. Aparecen aquí continuas de pérdida de cosechas y otras fuentes de costos impulsadas por el cambio climático.

Pero la derrota es “aparente”: las marcas son muy importantes para los consumidores. Sin embargo, los consumidores se fragmentan en sus preferencias, por lo que todas las marcas deben renovarse para las mentes de los consumidores más jóvenes. Y muchos consumidores valoran cada vez más el valor de marca del supermercado en el que confían; Le dan mucho valor a eso y, como resultado, ven muchas marcas privadas como de buena calidad.

El entrenamiento que los bienes de consumo envasado deben seguir a partir de hoy, bajo esta derrota táctica, es remodelar la cartera. Consiste en exponerse más a las categorías y geografías de alto crecimiento a través de la asignación de recursos. También utilizar las fusiones y adquisiciones y las desinversiones para actualizar la cartera.

Se necesitan reasignar el 5 por ciento de sus recursos cada año.

Los bienes de consumo envasado también deben innovarse. Es decir, que entre el 20 y el 30 por ciento de sus ingresos provengan de nuevas fuentes, nuevas categorías o geografías cada 10 años. Ese es el nivel de actualización que vemos que los ganadores hacen históricamente.

«Escalar verdaderamente la excelencia comercial» es una actividad crucial para mejorar el desempeño. Implica asignar parte del 80 por ciento o más de sus ingresos al marketing más relevante y con mayor personalización.

Y para finalizar el entrenamiento se deberá «reinventar la productividad». Todos los actores deben pensar en sus próximos 250 puntos básicos de reducción de costos. Esto permitirá que la categoría de los bienes de consumo enlatados se levante de la lona y se convierta en retador. La revancha está en el aire.

 

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ABANICO/ Paradojas de la soledad

Por Ivette Estrada

Soledad es un nombre paradójico en mi vida. Mi bisabuela paterna se llamaba así, pero era la mujer más alegre que conocí. Era el paradigma de “niña mágica” según el análisis transaccional. Pero a la par, esa soledad llena de indulgencias y brillo se contraponía al dolor, porque es lo más solitario que existe.

Si. El dolor posee una inmensidad egoísta que lo confina a uno mismo. La empatía puede acercarnos a él, pero es tan único como quien lo experimenta. Incluso el más “terrenal” y asequible, como el físico, es incompatible con otros. El lamento puede ser su voz, el llanto un signo externo, pero quien lo padece sabe que está atrapado en la soledad más absoluta cuando le duele algo en el cuerpo…o en la psique.

A veces duelen las ausencias y recuerdos. Los fantasmas que revolotean como mariposas en tardes de octubre, la voz aplastante del silencio, el horror de mirar el desencanto en el espejo.

El dolor es un campo enigmático y diverso. Puede dolor un pie o la incertidumbre, las perspectivas, los anhelos que engatusarnos y que no nos atrevemos a nombrar, las sombras…pero esa soledad insondable no es toda. Ese es un solo reducto, la cárcel del dolor. A veces es pasajero, otras tantas es la perniciosa compañía que nos endilga una enfermedad o síndrome crónico.

El dolor físico da cuenta del verdadero mal: la imposibilidad de conversar con nosotros. De auto aislarnos de nuestras motivaciones y arrancarnos la voz interna que aparece con nuestra propia voz, a veces como “consciencia” o reflexión, y otras veces es recuerdo o inusitada aparición de los consejos y sentencias de los seres que amamos.

La soledad perniciosa es la que nos arrebata el soliloquio.

A través de la conversación con otros creamos nuestro propio mundo porque nos permite escuchar nuestra propia voz. Es en el intercambio con los demás como detectamos nuestros propios sesgos, conclusiones y caminos. Cuando hacemos presente la sabiduría interior y damos formas a los credos, mitos, referencias, filias y miedos. No conversar con otros reduce la propia riqueza interior.

Ahora, la incapacidad de establecer un diálogo con uno mismo, como en el caso del dolor, nos arrebata todo. Nos aleja de nuestro centro de poder que es la conexión con nuestro cuerpo emocional, mental y espiritual. Es un acto de reduccionismo implacable. Es la muerte en vida.

La conversación es el don de la vida. Pero a veces requiere silencio. En momentos la voz de otros puede tornarse en un parloteo incesante, en ruido que impide digerir y abrazar ideas, puntos de vista, nuevas perspectivas. Se requiere soledad para reconstruir quiénes somos, develar en que creemos, reconfigurar nuestra misión de vida, adaptarnos al entorno.

En sí, existe una soledad que nos aleja de todo, incluso de nosotros, y otra que es semilla de reflexión, consciencia y creación. Es la que empleamos para establecer nuestra presencia en el aquí y ahora, la que nos permite confrontarnos y evaluar el significado de la vida y del amor y lo que hacemos en ella (la proactividad). También es la soledad en la que creamos y donde emerge el significado de Dios y del arte.

Soledad, mi bisabuela, siempre serás para mi luz.

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ABANICO/ De ruidos, prejuicios y otros demonios

Por Ivette Estrada

En la mitificación del líder tendemos a asumirlo como fuerte, motivado, decisivo y seguro. Pero en la realidad también debe transitar por habilidades como autoconciencia, humildad y compasión. Implica cruzar de la efectividad y confianza convencionales a atreverse a reconocer la propia vulnerabilidad y humanidad.

La transición de la efectividad legendaria y del poder sólido a la capacidad de motivar con los miembros de un equipo de trabajo y partes interesadas, es una necesidad. Se evidenció a partir de la pandemia mundial de Covid-19. El éxito empresarial no se limitó a “hacer bien” las cosas, como siempre se hicieron, sino emprender diálogos y establecer faros de motivación dentro de la incertidumbre donde deambulábamos todos.

Traspasar la obscuridad y el miedo implicó revalorar la fuerza del convencimiento y la unión. El líder debió asumir un rol de inspirador. Y esto prevalece hasta ahora.

En este momento, el mundo cambia rápidamente. La geopolítica es muy compleja, la tecnología presenta un gran impacto y el cambio climático es una realidad que no desaparecerá. El paradigma de liderazgo entonces cambia radicalmente.

Ya no es el mejor el que nos guía, sino quien es capaz de inspirar y crear. Aquel que ya develó su propio propósito y la capacidad de dar algo único al mundo. Solo esta convicción interna permite inspirar. Es la argamasa con la que se edifica la voluntad y el sentido.

La autorreflexión devela para cada uno sus fortalezas y propósitos de vida, en sus diferentes facetas y roles. También permite estar más conscientes del propio comportamiento, ideas, palabras emitidas y logros parciales de la gran tarea autodevelada. Es, al unísono, la columna vertebral del liderazgo humanitario.

La gran fortaleza de los líderes es descubrir quiénes son, cuál es su propósito y qué los motiva. Es detentar el poder de dentro hacia afuera. Acallar el ruido del trajín cotidiano, de los insustanciales reclamos de autoridad que por años se endilgaron, resquebrajar modelos antiguos de acción y decisión, adentrarse en un silencia que permite conformar una idea fidedigna de quiénes somos, para qué y por qué.

Son las preguntas milenarias, las que llevan al destino y el que imbuyen de un propósito toda gestión.

El autoconocimiento, que aparece tras la autorreflexión, de los largos soliloquios e introspección, es lo que conlleva a liderar a otros. Es un proceso en el que se hallarán valores como humildad, confianza, altruismo, vulnerabilidad…es lo que permitirá el liderazgo humanista, porque ya se arrancaron las caretas e imposiciones sobre “lo correcto”. Porque es cuando se permite al líder simplemente ser.

La conversación con uno mismo, abrir las puertas de la propia conciencia, inicia en momentos de soledad y silencio, de calma plena. No cuanto el ruido ensordece y embauca, no con escenarios de velocidad y caos. No en medio de los demonios que socavan paz ya abonan a la confusión. Es acallar los ruidos de todo, hacer a un lado prejuicios y reflexionar sobre uno. Es rehusarse a despertar con la conexión inmediata a los teléfonos móviles y computadoras para adentrarse en la fantástica aventura de poder comulgar con quién es verdaderamente el incipiente líder, aquel que se atreve a dar un salto al humanismo que prevalecerá hasta siempre.

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ABANICO/ Replantear el significado de la vida

Por Ivette Estrada

La sustentabilidad es un sistema de vida que rebasa el cuidado medio ambiental. Es reformular filosofía, acciones y creencias para generar un impacto positivo en la manera en la que vivimos, nos relacionamos, trabajamos y configuramos el placer.

Esta tendencia se asume como una panacea a largo plazo para confrontar estilos de vida vertiginosos, caóticos y superficiales que inciden en enfermedades mentales como ansiedad y depresión. Es poner un alto a estándares sofisticados y volver al centro y principio.

Este viraje a la simplicidad y serenidad de vida involucra a los tres sellos: vida, muerte y tiempo. Estamos en una era en la que se pasan de largo los tres conceptos y se deambula en el sinsentido e insensibilidad, en una evasión constante y aletargamiento. El síndrome “zombie” aparece con mayor tenacidad sin percibirlo. Su signo es una indolencia ascendente.

¿Cómo contra restamos el vacío? Al replantearnos qué haríamos si nos alcanzara la vida. Al menos 8 de cada 10 personas asumen que buscarían tener un impacto en el mundo. La muerte inminente nos fuerza a replantearnos lo que es importante y valioso para nosotros. Es el principio del fin del consumismo, la banalidad y superficialidad.

Tras irrupciones tajantes en nuestra vida, aquellas que rompen de tajo la cotidianeidad como un accidente, la muerte de un ser querido o un peligro inminente, como la aparición del Covid-19 en el mundo, nos obliga a replantear la antiquísima pregunta de ¿por qué estoy aquí?

Es muy probable, entonces, que busquemos respuesta en el amor, el trabajo o el arte. Son las tres llaves de sublimación perfectas para que nuestra vida adquiera un sentido válido para nosotros. El amor es la primera justificación, razón y nodo de existencia. Este se fortalece al asumir al amor como el factor de humanidad por antonomasia.

Ahora, generalmente una actividad cotidiana, nuestro trabajo, es la punta de lanza para hallar significados a nuestra existencia y asumir que la vida que poseemos no es vana. Es el reconocimiento de nuestro poder de cocreación de la realidad y capacidad creadora.

Ahora, el arte como expresión tiene un profundo rol en la búsqueda de sentido y significado de vida. No se limita a la autotelia de lo estético en un objeto determinado, sino que involucra a las experiencias de vida. La atención plena puede enriquecer nuestra percepción a los momentos hermosos y hallar belleza hasta en personas, objetos y escenarios que pasarían por insulsos y anodinos de no fijar la atención en cada uno de ellos y los detalles que involucran.

Antídotos contra la depresión, ansiedad, caos y sin sentido, en suma, son hurgar en nuestras destrezas y disfrutes para encontrar aquellas actividades en las que podemos desplegar nuestros dones y que sirven, a la vez, para enriquecer la autopercepción y bienestar de los otros. Es más que vocación, es tener la valentía de encontrar para qué somos relevantes para la vida de los otros. Esa “otredad” paradójicamente, es la que nos mostrará nuestra propia esencia y autorealización.

Fortalecer la misión de vida, asimismo, debe involucrar a un profundo amor por los seres sintientes, nuestro momento y realidad tridimensional, por la gratitud a quienes nos precedieron y la convicción de que podemos generar un mejor mundo con lo que realizamos, por pequeño y humilde que parezca y sea.

Y en el camino habrá oquedades y sombras, heridas milenarias y una gran incertidumbre, pero también una inmensa e inmarcesible belleza que deberemos descubrir.

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ABANICO/ Baraja del consumo

Por Ivette Estrada

La industria detallista funciona como la gran mesa de juego que determina las tendencias que se presentarán en todos los ecosistemas de negocios. Sin embargo, es un secreto a voces que los clientes B2B son los que determinan las partidas ganadoras e inspiran los patrones y pautas del consumo retail.

Estas son las cinco partidas ganadoras del B2B que definen al consumo en la era exponencial:

La tercia de reyes. En cualquier etapa del proceso de compra, un tercio de los clientes espera interacciones en persona, el 33% quiere comunicaciones remotas y otra tercera parte prefiere opciones de autoservicio digital. La tercia de reyes es una carta válida en todas las geografías, industrias y tamaños de empresas, en todo tipo de ocasiones de compra, desde compras nuevas hasta compras reiterativas y aquellas de alto y bajo valor.

La omnicanalidad como el as indiscutible. Los clientes B2B utilizan una media de diez canales de interacción en su proceso de compra frente a los cinco que prevalecían en 2016. Sin embargo, ofrecer múltiples canales no son suficientes. Más del 50% quieren una verdadera experiencia omnicanal, una en la que puedan interactuar y comprar mientras cambian sin problemas a través de múltiples canales. Es probable que cambien de proveedor si no tienen una experiencia fluida en todos estos puntos de contacto. El campo de juego está en todas partes.

Comercio electrónico es el joker o naipe de comodín en la baraja inglesa. Las ventas en persona ya no son el principal canal de generación de ingresos entre las organizaciones que ofrecen el comercio electrónico como opción. Los ingresos presenciales caen cinco puntos porcentuales año tras año. La comodidad de los clientes con el gasto remoto y de autoservicio se dispara, especialmente para pedidos de más de 10 mil pesos mexicanos

El trabajo híbrido representa la escalera real. Las empresas en las que los empleados trabajan en varias ubicaciones como en casa, en la oficina o en las instalaciones de los clientes, tienen más probabilidades de experimentar un crecimiento de los ingresos superior al 10 por ciento que las empresas en las que los empleados trabajan desde una sola ubicación.

La IA generativa es la campeona. Los equipos comerciales basados en datos que combinan experiencias personalizadas de los clientes con Inteligencia Artificial generativa, tienen 1.7 veces más probabilidades de aumentar la cuota de mercado que los que no lo hacen.

Ahora, ¿por qué necesitamos conocer las cartas y juegos que mayores partidas ganan? Para no dejar que escapen de nuestra baraja de consumo, para obtener mayor porción de mercado y para establecer estrategias que nos permitan más productividad, ventas y vigencia en un mercado impredecible, volátil e incluso restrictivo que negocia a la baja. ¡Que inicie la partida!

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ABANICO/ Síndrome de Wendy

Por Ivette Estrada

No quiero ser Wendy: priorizar los deseos y necesidades de otros a los míos. Me rehúso a ser perfecta, a escuchar siempre, a anteponer a los otros sobre mis propias necesidades, a desgastarme por gustar, o hacer todo por aceptación o amor… Debo recobrar mi propia voz.

A veces analizo circunstancias y trazo rutas en las que la protagonista de mi historia soy yo, creadora de mi destino. Pero mi firmeza flaquea. Me imbuyo de una densa empatía. ¿Qué siente o requiere el otro, por qué no olvido mi egoísmo, por qué por educación, amor o amabilidad caigo en trampas de abuso y desconsideración?

Si, a veces, muchas veces, soy extremadamente protectora. Yo, que nunca tuve hijos, adopto el paradigma de madre abnegada. Convierto a los otros en hijos a costa de mi propio bienestar y agenda personal. Dicen que temo al rechazo. Tal vez. Estoy hecha para complacer, para sonreír con dulzura aún en los agravios, para anticiparse incluso a los deseos de los demás.

En la película de Peter Pan me reconozco como la complaciente Wendy. ¡Y no quiero serlo!

¿Soy una eterna buscadora de aprobación? Confieso que a veces me siento imprescindible y me lanzo de lleno a resolver los problemas de los demás. Y aunque la mayoría cree que soy muy inteligente, tengo creencias perniciosas e inconfesadas ante mi: entiendo el amor como sacrificio y resignación.

Logré escribirlo, aunque racionalmente es reprobable.

Si. Siento la necesidad de cuidar y proteger a los demás. Incluso evito a toda costa que las personas a mi alrededor se enfaden. Odio discutir tanto como amo hacer feliz a los demás constantemente. Y si: busco agradar siempre a quienes me rodean.

Pero esto no es bueno. A menudo me siento “quemada”, sobresaturada y agobiada. Entonces empiezo a luchar, a mirarme como la mujer que me convertí y no en una niña que se sintió desprotegida.

Es muy probable entonces que no me importe la complacencia y dulzura, que avance en el encuentro de mis propias metas y trace un concepto unipersonal de la realización. Entonces huyo del abuso, del trabajo fatigante para complacer, del paradigma asfixiante de perfección. Y entonces, y sólo entonces, me siento amada por la única persona con la estuve y moriré: yo misma.

Es posible que a esos bruscos virajes alguien los atribuya a la bipolaridad. En realidad es el único acto final de valentía y supervivencia. Es un salto al vacío para reencontrarme conmigo.

La cura a estos actos a veces “suicidas” es establecer límites. Ya no quiero ser Wendy.

 

 

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ABANICO/ El rey camaleón

Por Ivette Estrada

En la oficina el líder camaleónico es el rey. Es el que posee mayor versatilidad.

La versatilidad es el signo indiscutible de la adaptación al cambio. Es la característica de quien crea oportunidades y genera resiliencia. También es el innegable “don” del éxito y la vigencia.

Se presagió hace mucho tiempo. Charles Darwin identificó la capacidad de adaptación como signo de supervivencia, no la fuerza. El mensaje general hoy prevalece a nivel personal y empresarial al incidir en la capacidad de obtener oportunidades.

De manera simultánea, la creatividad e innovación también se asocian con el grado de versatilidad que se posea. Dominar más de una disciplina y luego combinarlas permite forjar nuevas ideas e inventos. Más aún, esta característica se impone en el liderazgo.

Incesantes desafíos como interrupciones de la cadena de suministro, inflación, polarización política y disturbios globales así como el aumento de la tasa de cambio tecnológico como la IA generativa y aplicada, hoy afectan drásticamente a los modelos de negocio y la forma en que trabajan las personas.

Aunado a esto, aparecen la convergencia generacional en el lugar de trabajo; miembros de la generación silenciosa y bbay boomer laboran con la generación X, Millenialls y miembros de la generación Z.

Para hacer frente a estos desafíos, los líderes requieren versatilidad en las experiencias en su carrera, aprendizaje de cosas nuevas e interacción con una variedad de partes interesadas.

Los buenos líderes continuamente se desafían a sí mismos y a sus organizaciones. Se rehúsan a estar mucho tiempo en su zona de confort. Esto contradice una práctica organizacional habitual: destacar en un reducido grupo de habilidades para llegar a la cima.

Sin embargo, tener una sola fuerza limita la dirección y gestión. Se requerirán otros conocimientos y habilidades a lo largo de la transformación de la compañía.

Alto aquí: conviene ser realistas. Un directivo exitoso no es un “sabelotodo” pero si está atento a rodearse de los mejores consultores sobre tareas específicas. Comúnmente esos expertos están en la línea media del organigrama: saber de funciones operativas concretas, pero también de la visión de la C Suite.

La versatilidad permite a un líder ayudar a los directivos a interactuar de manera efectiva con los empleados y otras partes interesadas y tener un gran impacto en el resultado final.

Pero, ¿cómo se obtiene la versatilidad, imbricada tan profundamente en el poder de adaptación?

Una variedad de habilidades operativas es el primer requisito previo para cultivar la versatilidad. La segunda es ser un pensador profundo y creativo que logre conocer las complejidades de su negocio. Es decir, pensar profundamente en lo que hace que una organización funcione y sus diferentes capacidades y activos.

Aunque la educación formal en una disciplina en particular ayuda, se requiere una basta dosis de curiosidad para entender lo que hace un producto, cómo y por qué lo hace.

Esto implica asumir una mentalidad de aprendizaje continuo. Es salir y ver a la gente para hacerles preguntas porque realmente queremos ser lo mejor que podemos ser. Esa es la materia prima de la versatilidad y el ADN de los camaleones: reyes del lugar de trabajo.