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ABANICO/ Emprendimiento, la asignatura pendiente

“Lo que quieras ver en el mundo, créalo tú”

Por Ivette Estrada

Aunque el emprendimiento se asocia significativamente a una mejor empleabilidad y solo 40 de cada 100 profesionistas en México logran obtener un empleo relacionado con su formación universitaria, no existe un programa holístico y formal que catapulte las startups en todas las universidades del país.

Y aunque el 40% de los estudiantes manifiesta interés en generar un negocio relacionado con su formación profesional, no todos cultivan una mentalidad emprendedora, y muchas tienen que ver con educación, cultura, personalidad y contexto económico.

Las razones del “no” son por la educación tradicional que prioriza la estabilidad laboral sobre la creación de negocios, miedo al fracaso o mantener una zona de confort.

Sin embargo, hay varias estrategias para fomentar el emprendimiento entre recién graduados y mejorar su inserción laboral, como educación emprendedora, mentoría y redes de apoyo, acceso a financiamiento y desarrollo de habilidades clave como fomentar la creatividad, resiliencia y capacidad de gestión para enfrentar los desafíos del emprendimiento.

Conviene entonces difundir casos de éxito y oportunidades para inspirar a más jóvenes a emprender para reducir el desempleo y la informalidad en muchas economías, especialmente aquellas con mercados laborales poco desarrollados o altamente competitivos.

Emprender implica generar empleos, profesionalizar el trabajo informal, diversificar el mercado laboral, adaptarse a cambios económicos, responder a nuevos imperativos sociales y económicos y generar desarrollo social.

Ahora, un taller de generación de negocios adaptado a los estudios profesionales de los participantes podría ser una excelente forma de conectar la teoría con la práctica.

Podría estructurarse de esta manera:

Identificación de oportunidades. Implica analizar cómo cada profesión puede generar soluciones innovadoras en su sector.

Modelos de negocio aplicables. Es explorar esquemas de emprendimiento dentro de cada disciplina mediante el formato de consultorías, productos, servicios, plataformas digitales…

Desarrollo de propuesta de valor. Implica aprender a diferenciarse y aportar soluciones únicas basadas en la especialidad de cada participante.

Estrategias financieras y legales. Conocer costos, fuentes de financiamiento, estructuras legales y herramientas financieras.

Marketing y posicionamiento. La capacitación debe centrarse en branding, redes sociales, captación de clientes y presencia digital.

Si el emprendimiento se incorporara de manera sistémica en la educación universitaria, sin importar la carrera, las materias clave podrían incluir pensamiento crítico y resolución de problemas, creatividad e innovación, administración y modelos de negocio, habilidades de negociación y liderazgo, marketing y comunicación, tecnología y digitalización.

También finanzas y gestión de recursos así como ética y responsabilidad social.

 

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ABANICO/ Deepfakes al desnudo

Por Ivette Estrada

La tecnología basada en inteligencia artificial que permite modificar imágenes y videos de manera hiperrealista, que sustituye rostros o crea escenas falsas, se llama deepfake.

El camuflaje, máscara o “engaño” se empleó desde siempre en la cinematografía, educación o entretenimiento. Sin embargo, ahora reviste intereses oscuros en la construcción -o pulverización- de la reputación.

Esto no es nuevo. Antes de la inteligencia artificial, ya existían formas de alterar la percepción de la realidad mediante diversas técnicas como la edición fotográfica manual, montajes cinematográficos, propaganda y manipulación mediática e incluso el ilusionismo y la magia.

Stalin borraba a sus enemigos de las fotografías oficiales, National Geographic alteró imágenes de las pirámides de Giza para que estuvieran más cerca entre si y se acomodaran mejor en su portada mientras el rostro de Abraham Lincoln se traspuso al cuerpo del político estadounidense John C. Calhoun.

De los nuevos usos del truqueo de imágenes y videos pueden dar cuenta los votantes eslovacos, que escucharon el audio falso de un candidato que hablaba de manipular las votaciones y aumentar el precio de la cerveza.

Hoy el límite entre realidad y virtualidad parecen diluirse. ¿Qué es verdad y mentira? La pregunta es exagerada: La idea de que Internet está inundado de imágenes y videos falsos difíciles de detectar simplemente no es cierta. Los deepfakes de vídeo convincentes son muy difíciles de hacer. Requieren una inmensa cantidad de tiempo, recursos y habilidad.

No se limita a colocar un algoritmo a un video. Incluso para un deepfake de solo voz, se tendría que comenzar con el conjunto de clips (muestra breve de sonido) que no tengan ruido de fondo y que se hablen en el tono correcto para generar un deepfake convincente.

Entonces, si los deepfakes perfectos requieren tanto esfuerzo para crearse, no existirán infinidad de medios sintéticos indistinguibles de la realidad.

Y aquí surge una herramienta no imaginada para develar al deepfake: intuición. Si, aunque suene paradójico en medio de la alta tecnología empleada en este momento, una capacidad eminentemente humana es la que nos “instruye” acerca de la veracidad o no de una imagen o un video.

El mero hecho de ver o escuchar los medios en línea de manera más atenta, permite aprovechar la propia intuición y reducir las posibilidades de creer a un deepfake.

El clérigo Thomas Fuller sintetizó este conocimiento intuitivo como “ver para creer, pero sentir es la verdad”.

Por otra parte, la alfabetización digital y enseñar a las personas a usar las herramientas de IA y  jugar con ellas, puede ayudarlas a comprender de qué son capaces las herramientas y dónde se quedan cortas, lo que hace que las personas detecten mejor las falsificaciones cuando surgen. Las corazonadas y conocimientos son quienes logran desnudar a las deepfakes.

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ABANICO/Futuro y emociones

Por Ivette Estrada
En Cien años de soledad, Aureliano Babilonia descubre los manuscritos de Melquíades y comprende que el destino de su familia ya estaba escrito. Su sentimiento de desesperanza y resignación lo lleva a aceptar su futuro sin intentar cambiarlo, lo que culmina en la desaparición de Macondo.
Pero la relación emoción/sentimientos con el futuro no se confinan a la novela de Gabriel García Márquez. Salta también a la palestra de nuestra realidad y puede optarse por enfrentar irrupciones mediante el amor o el miedo.
El amor está imbricado en la felicidad y, por ende, incide en mayor autodeterminación, creatividad y emprendimiento mientras el miedo se asocia con la paralización o renuencia. Ambas establecen marcos referenciales diversos en la percepción y uso de la Inteligencia Artificial (IA).
Desde el amor, la IA puede verse como una herramienta que potencia creatividad, conocimiento y la conexión entre personas. Desde el miedo, se percibe como una amenaza o peligro latente: desempleo, un ciberataque cada 39 segundos sólo en México…
El futuro, ante una IA poderosa que domina diversos ámbitos y cambia radicalmente la manera de trabajar, interactuar, comprender y realizar, presenta una dicotomía emocional: abordarla desde el amor o temerla.
¿Se puede aprender a encontrar oportunidades y autodesarrollo en lugar de visualizar desempleo y retos inconmensurables en la ética y cibercrímenes? La Universidad Da Vinci dice que si.
Para su Vicerrector, Víctor Manuel Cab, todo inicia con la incorporación a una columna esencial en la movilidad social: la educación.
Con ello “mejora la calidad del aprendizaje personalizado, forma profesionistas preparados para un entorno laboral en constante evolución, impulsa la innovación educativa, evalúa desempeño y creación de experiencias de aprendizaje más eficientes e interactivas. También desarrolla el pensamiento crítico y las habilidades digitales avanzadas”.
Fernando Osnaya, country manager de Edca EdTech Group, por su parte, asevera que “se debe apostar por un modelo educativo flexible, personalizado y orientado a la práctica, que responde a las dinámicas del mercado laboral actual y del futuro”.
Así, la IA se convierte en una herramienta de empleabilidad inteligente, donde el conocimiento técnico se combina con habilidades humanas y digitales para impulsar trayectorias laborales sostenibles, relevantes y alineadas con los nuevos desafíos globales.
Según Cab y Osnaya, la investigación, experimentación y desarrollo de herramientas IA propias benefician a los estudiantes al recomendar contenido e itinerarios educativos personalizados.
Se abre así un abanico de pensamiento crítico, resolución de problemas, trabajo en equipo y otros que permiten que la productividad y habilidades de un profesionista y empresa crezcan exponencialmente.
Según el Fondo Monetario Internacional, la IA automatizará hasta 40% de las industrias en los próximos años, pero al unísono “abrirá puertas a nuevas áreas de trabajo y especialización”.
En un momento en el que el mercado laboral evoluciona y demanda nuevas habilidades y competencias, se puede optar por ser agentes de cambio o sucumbir al miedo de la IA y otras tecnologías.
Si Macondo no sobrevivió, hoy sabemos que esta era digital puede adaptarse a nuevos imperativos al sobrepasar la cultura del miedo.
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ABANICO/ ¿Quieres ser influencer?

Por Ivette Estrada

Primero fue el glamour y un deseo acendrado de lograr gran visibilidad lo que convirtió a los influencers en las profesiones más deseables. El dinero jugó un rol esencial en catapultar esta actividad respaldada por marcas de distintos sectores económicos.

Las cifras respaldaban tal decisión: Las empresas ganan aproximadamente 5.78 por cada peso gastado en marketing de influencers, el 69% de los consumidores confía en sus recomendaciones, 50.2% de los consumidores realizó una compra después de ver un producto promocionado por un influencer y 63% de los usuarios interactúa con contenido publicitario creado por influencers.

Pero “los magos del mercado” ahora se transforman. Ya no es el azar lo que los posiciona entre los consumidores, apariencia, personalidad y una atracción abstracta y muchas veces inexplicable lo que los vuelve “famosos”.

En este momento, los símbolos falsos de poder, como apariencia, relaciones o dinero, se diluyen para posicionar la verdadera credibilidad en grupos específicos de consumidores.

Hoy los influencers ya no son solo promotores de marca ni “amplificadores” digitales, sino aliados estratégicos que nos exigen escuchar a las audiencias antes de hablar, colaborar con comunidades antes de imponer, y construir conexiones desde la autenticidad y la transparencia, asegura un estudio de ThinkY, primera agencia de Influencer Marketing Creativo.

La agencia marca una diferencia sustancial en la mercadotecnia de influencia: ya no es un canal, es un ecosistema creativo, cultural y estratégico.

Ahora, el influencer debe tener la capacidad de generar impacto cultural que se traduce en resultados de negocio. Debe actuar como puente entre comunidades, creadores y marcas, transformar distintos lenguajes, así como códigos en tendencias capaces de detonar campañas memorables además de exitosas.

Las audiencias comienzan a mirarse como microcomunidades con códigos, referentes y lenguajes propios. Por ello se requiere crear perfiles de audiencias segmentadas quirúrgicamente”. Deben considerarse datos para generar un impacto cultural.

Hoy, cada influencer es elegido, además de sus números, por su capacidad de activar comunidades reales.

La creatividad ya no está solo en el spot o anuncio publicitario breve, generalmente en formato audiovisual. Está en el feed infinito o estrategias donde los usuarios pueden desplazarse sin límite por contenido recomendado o publicado y en la diversidad de comunidades de seguidores apasionados por una marca así como en la conversación junto a múltiples comunidades de interés.

Lo importante ahora no son los números de vibes, checklists, clics ni likes. Es construir alianzas profundas impulsadas por data y lideradas por la cultura. Y em esta meta existen dos elementos insoslayables ahora: la autenticidad y congruencia, ADN de la credibilidad.

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ABANICO/ De las candilejas al verdadero liderazgo

Por Ivette Estrada

¿Cómo transitar de jefe a líder? Esta pregunta campea los ámbitos corporativos desde hace muchos años. Tradicionalmente, dadas las calificaciones, remuneraciones y recompensas, el desempeño profesional individual lo era todo. Muchos perciben el trabajo en equipo como una “monserga”: todo realmente dependía de uno mismo.

Pero cuando se asciende a una gerencia por primera vez, la perspectiva cambia radicalmente; ya no es la visión individual la que impera, sino que gran parte de la evaluación es que rendimiento y resultados presenta el equipo de trabajo que se encabeza.

Hoy, hasta el 20 por ciento de los gerentes primerizos hacen un mal trabajo según sus subordinados directos. Incluso el 26 por ciento de los gerentes primerizos dicen que no se sentían listos para liderar a otros. Es revelador que casi el 60 por ciento de esos líderes primerizos dijeron que nunca recibieron ninguna capacitación cuando asumieron el papel de liderar a otros.

¿Qué desafíos enfrentan los nuevos líderes?

El primer problema es que están acostumbrados a hacer todo por sí mismos. De hecho, confían tanto en sus propias capacidades que dudan en delegar tareas, pues saben que otras personas probablemente tardarán más en realizar el trabajo.

El segundo problema es la microgestión. Aunque los gerentes primerizos saben que se espera que deleguen, verifican una y otra vez todo lo que hace cada miembro del equipo. Asumen que esto es una señal de compromiso con el equipo, pero en realidad resulta desmoralizante.

En tercer lugar, incluso cuando un nuevo gerente conoce la importancia de desarrollar a los demás, todavía se enfoca en quedar bien con su jefe. Entonces suele recopilar información del equipo y hace la presentación por sí mismo.

Los siguientes consejos son fundamentales para los gerentes primerizos y los líderes que los apoyan, asesoran y entrenan. Se parte de redefinir el liderazgo como la capacidad de influir en los demás. Es el liderazgo basado en valores que se construye con autorreflexión, perspectiva equilibrada y humildad genuina.

La autorreflexión, es la práctica de dar un paso atrás, filtrar el ruido y las distracciones, y hacerse preguntas para obtener claridad sobre sus valores, prioridades y objetivos, y determinar, incluso, lo que más importa.

La perspectiva equilibrada es recabar opiniones de otros sobre la mejor manera de abordar un proyecto, así como a la interacción con personas que tienen puntos de vista diferentes y contradictorios.

Asimismo, la humildad genuina aparece con la convicción de que las mejores ideas pueden provenir de cualquier parte. Para despertar tal creatividad y cooperación dentro de su equipo, los gerentes deben aprender a motivar a los demás y saber que, cuanto más se sientan vistas y escuchadas las personas, más motivadas estarán para hablar y ofrecer su opinión.

Estos tres elementos permiten la metamorfosis de jefe a líder.

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ABANICO/ Mitos que enceguecen

Por Ivette Estrada

Una mentira que se repite infinidad de veces no se vuelve verdad…o si: al creerlo y actuar en consecuencia. Esto ocurre con el talento. Cuando se hizo evidente que no podía comprarse, lo alejaron de todos con una mentira: es inaccesible, naces o no con él. No aspires a poseerlo.

La meritocracia se pulveriza con afirmaciones como: «Yo no nací con eso», «lograr tal cosa no es lo mío», «si intento hacer algo parecido, quedará forzado y la gente lo notará» y un largo etcétera que nos remite al no poder, al intento infructuoso, al rotundo fracaso.

Ocurre en infinidad de áreas esa negación primigenia que impide lograr metas y avanzar. Resulta muy obcecada en las habilidades sociales que cobran relevancia, paradójicamente, en la era omnicanal.

Es hora de desmitificar tres “axiomas” que prevalecen en nuestros días.

Mito 1: «Las habilidades sociales son algo con lo que naces —o no». Esta idea corta de tajo cualquier intento de aprendizaje. Parte de una peligrosa creencia de predestinación con la que se encumbraron por mucho tiempo reyes, héroes y magos. Se consideraban “elegidos” y “sabios” por una suerte de privilegio del Creador del mundo. Pero esto es falaz.

Las grandes habilidades y dominios de competencias aparecen con el estudio y trabajo continuo. No existen “genios naturales”. Cualquier habilidad es susceptible de aprenderse.

Concretamente la comunicación, asertividad y persuasión son habilidades que se aprenden y practican. La neurociencia demuestra que el cerebro es plástico. Lo que hoy parece inalcanzable, con el entrenamiento adecuado se vuelve natural.

Mito 2: «Si fueras más extrovertido, todo sería más fácil». Pero introvertido no significa antisocial, sólo que demasiados estímulos sociales saturan.

Incluso personas muy carismáticas se consideran introvertidas: Steve Jobs, Keanu Reeves o Barack Obama. Paralelamente, alguien extrovertido puede resultar tremendamente aburrido.

El problema entonces no es la introversión, sino la falta de herramientas para comunicarse. Y esas se pueden desarrollar.

Mito 3: «Si intento cambiar, se notará que no soy yo mismo»

En una sociedad llena de apariencias, donde la credibilidad aparece flaca y casi inexistente, no debemos confundir autenticidad con falta de pericia en habilidades, como las sociales. No es engañar, fingir o aparentar. Es mostrar una mejor versión de cada uno al mostrar una mejor versión de uno mismo, con dominio de ciertas habilidades.

Ya no hay pretextos. Es momentos de comenzar a dialogar, comunicarnos, negociar y enriquecer nuestras redes sociales. Es parte de la transformación que se requiere para catapultar nuestro desempeño laboral. Si, las pericias sociales hoy son simbióticas con aquellas que creíamos habilidades insustanciales.

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ABANICO/ Nueva misión en la industria de la verdad

Por Ivette Estrada

Periodistas y comunicadores emprenden una labor que los escépticos tachan de utópica: la alfabetización mediática para eliminar los fake news y la información tendenciosa en el mundo.

La herramienta para hacerlo es la alfabetización mediática o capacidad de acceder, analizar, evaluar, crear y actuar con todas las formas de comunicación. Es lo que le permitirá a las personas navegar por los espacios digitales y reconectarse con fuentes de información de alta calidad.

En medio de infoxicación, información errónea y narrativas tendenciosas, es urgente la lectura lateral, esa comprensión del texto que se pueden enseñar en todos los ámbitos. Se prevé que genere siete resultados: Precisión, compartir el discernimiento, análisis de la fuente, cambios de perspectiva, compromiso, participación y concienciación.

La capacitación presencial sobre esta habilidad, un curso trimestral, permite discernir mejor la información verdadera de la falsa, privilegiar datos científicos y reducir la dependencia a fuentes de noticias poco confiables. También genera mayor permanencia de la habilidad respecto a los cursos virtuales de cinco minutos donde no se aumenta significativamente el discernimiento y cambio del comportamiento.

Ahora, las cohortes generacionales muestran que los Z son más susceptibles a la desinformación. Tienen más dificultades para distinguir lo real de lo falso. Curiosamente, cuanto más tiempo los participantes estaban «en línea», peor les iba en la prueba.

Al parecer, esta generación no tuvo la oportunidad en la escuela secundaria de reflexionar sobre cómo los medios afectan sus creencias, sentimientos o acciones.

Al unísono, los adultos tienen que navegar por las nuevas tecnologías, redes sociales y encontrar informes basados en estándares en una infinidad de contenidos engañosos.

Hoy se necesitan intervenciones de alfabetización mediática más sólidas y evaluadas a lo largo de toda la vida. Y quienes trabajamos en la industria de las palabras, así de amplio el contexto, requerimos invertir en herramientas de alfabetización. Requerimos blindar a nuestros lectores de la chatarrización y de datos polarizantes que sirven a intereses obscuros.

El mapa de las primeras navegaciones en un universo de información física o virtual puede comenzar con preguntas sencillas: ¿quién dice qué, por qué y cómo lo sustenta?

Somos proclives al consumo de historias conspirativas, de secrecías y teorías negras. Es posible que fundamenten los cuentos y nos atraigan las historias de espantos. Pero debe dividirse ya la falacia del mundo real para lograr mejores perspectivas, decisiones y criterios.

Las ventajas de la alfabetización mediática es que la demanda por contenidos más ricos que apelen a la congruencia, pragmatismo y alienten la igualdad, participación y sustentabilidad aumentarán.

Al mismo tiempo, periodistas y comunicadores nos blindaremos de la obsolescencia al generar historias que enriquezcan a nuestras audiencias.

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ABANICO/ Duelos

Por Ivette Estrada

De manera automática tendemos a ejecutar acciones, pensamientos y emociones que encajen en moldes establecidos. Nos aferramos a ser parte de la “normalidad”, vigilamos incluso inconscientemente seguir las etapas de duelo enunciadas por la tanatóloga Kubler Ross. Queremos, en el fondo de nuestro criterio, ser “normales”, pare del comportamiento homogéneo, el de las mayorías, el de todos.

Estamos tan habituados a “no desentonar” en la sinfonía social que incluso tendemos a preguntar cuál es el tiempo adecuado de llorar una pérdida, que es lo políticamente correcto al expresar una condolencia, el tiempo pertinente de orar, incluso la vestimenta que debemos llevar a un sepelio.

En aras de lo correctos, nos olvidamos de sentir. Nos volvemos zombis, apagamos la propia humanidad e incluso los propios sentidos.

En algún momento, convencionalismos acendrados, prisas, superficialidad y apariencia nos desviaron del camino del ser para conducirnos al parecer. Y en ese olvido inadmisible del “camino del corazón”, tildamos de irracionales o locos a quienes no siguen las férreas rutas convencionales trazadas por otros.

Nos volvemos, sin percibirlo, partes de un engranaje. Y Entonces, un día encontramos que lloramos inconsolables porque olvidamos el rostro de nuestros muertos.

Los hemos tapiado de distractores diversos, hemos rehuido la conversación con ellos, abrazamos con frenesí el olvido y entonces, un día ya no los tenemos. Ignoramos verdades grandes como que el amor nunca termina, que va más allá del hilo de la vida.

La verdadera orfandad es no reconocer que la materia sólo es una parte de la verdad, que los cuerpos mentales y espirituales no son finitos, que más que el recuerdo en cada uno impera lo que cada uno de los seres que trascendieron dejaron en la vida.

Evitar el dolor lo aviva. Es la paradoja de los duelos. De ahí el énfasis de los viejos que desde siempre nos animaron a “cerrar círculos”, a dejar ir. Pero no es un proceso automático y libre de lágrimas o consciencia. Es la gratitud por legados riquísimos e innumerables, por el tiempo compartido, por las enseñanzas silentes, por los sueños que perviven y lo harán siempre.

Soy católica. Mi familia lo es. Y ahora estoy en duelo. Oró por el Santo Padre y me diento despojada y rota. Lloro y sé que está en el cielo. Pero no puedo evadir el dolor, ponerle una “Vendetta”. Y es una admisión para mí, un acto de respeto a lo que siento, a los significados que tengo de su Santidad,

Actúo “normal”. Me levanto, trabajo, río. Pero el dolor no se va. Y no trato de racionalizar nada. Estoy triste y lo asumo como parte de mi verdad.

La intensidad con la que vivimos es lo que nos recuerda que aún poseemos vida. Y muchas veces la contradicción es parte de nuestra verdad, no la que los demás tratan de tomar como fidedigna o correcta. Seamos incorrectos, disruptivos o locos. Pero seamos. No renunciemos a nuestros sentimientos y lo que somos.

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ABANICO/ Anatomía secreta de la inteligencia emocional

Por Ivette Estrada

Creímos que era indescifrable y asumimos que sólo algunos afortunados la poseían. Hoy, cuando los expertos muestran las “entrañas” de una de las inteligencias más demandadas en la era digital, es posible que cualquiera pueda desarrollarla y enriquecer la experiencia, oportunidades y conocimiento de los otros.

La inteligencia emocional (EQ) es una comprensión de las propias emociones y de las personas que nos rodean. Representa un mapa fidedigno de cómo actuar en función de esa información.

Los cuatro componentes de la EQ son autoconciencia, autogestión, conciencia social y gestión relacional.

Representa una habilidad imprescindible del liderazgo, incluso más allá de las habilidades técnicas. Los expertos lo resumen de una manera tajante: «Puedes ser la persona más inteligente de la sala, pero no va a tener una correlación tan fuerte con tu éxito como lo hace EQ».

Ahora, ¿cómo podemos conceptualizar cada uno de los elementos que integran el EQ?

La autoconciencia es el autocontrol. Es un momento para evaluar dónde están tus propias emociones en un momento dado. Esto es importante porque cuando nos sentimos a la defensiva, agotados o estresados, las tendencias naturales afloran y solemos discutir, cerrarnos, ser iracundos o inflexibles. No solemos presentarnos de la mejor manera.

Los consejos para fomentar la autoconciencia incluyen desde simplemente respirar profundamente para conectarte a tierra hasta escribir un diario para comprender cuáles son nuestros desencadenantes.

El mindfulness es una técnica para conectar con el “aquí y ahora” que privilegia la autoconciencia.

La autogestión, por otra parte, elude a tomar conciencia y luego elegir qué hacer al respecto. A veces implica esperar, salir a caminar, haz yoga o llamar a un amigo.

Es importante recordar que la autogestión también se aplica al buen humor. Esas rachas de optimismo implican compartir el buen ánimo y hacer algo bueno para los demás. Para algunos es un acto “rejuvenecedor”.

La conciencia social y la gestión de las relaciones siguen el mismo patrón que la autoconciencia y la autogestión. Es “leer” o inferir cómo se sienten las personas, luego decidir cómo actuar en función de esa información.

Existen tres maneras de saberlos: observación, experimentación e interrogación. Esta última es la más fidedigna.

La gestión relacional, finalmente, es poner límites cuando el líder se implica en los sentimientos de alguien que atraviesa por una mala racha. No se trata de eliminar la empatía, pero si de no convertirse en terapeuta y actuar en beneficio del grupo, no de una persona.

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ABANICO/ La huella digital y el Tribunal de disciplina judicial

Por Ivette Estrada

Los ciudadanos olvidan. La tecnología no.

Y bajo esa hipótesis, algunos personajes tratan de ocultar yerros pasados mediante distintas triquiñuelas como la generación de interacción falsa, manipulación de métricas y difusión masiva de contenido

Con la obsesión por alcanzar fama y notoriedad, incluso a cualquier costo, apuestan por lo efímero e ignoran la reputación. Se les puede hallar en cualquier gripo etario e incluso en lugares insospechados, como la contienda para integrar el Tribunal de Disciplina Judicial.

Aquí aparecen los dos extremos, los que tienen el síndrome de Eróstrato, el griego que incendió el Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, sólo para ser “recodado” y quienes tienen la certeza de un buen nombre y presentan propuestas claras de transformación.

¿Quiénes son unos y otros? La huella digital los señala.

Martí Batres estuvo involucrado en la venta de leche contaminada, Leche Betty, enfrentó una demanda de pensión alimenticia por parte de la madre de uno de sus hijos, participó en un homenaje al líder de la iglesia La Luz del Mundo e incluso gestionó donaciones destinadas a Turquía, tras los sismos de 2023, que nunca llegaron a su destino.

Otro de los personajes mencionados en una encuesta por GobernArte, consultoría política de México, es Jaime Santana Turral, señalado por utilizar su cargo como secretario ejecutivo de la Comisión de Disciplina en el Consejo de la Judicatura Federal entre 2019 y 2023 para presionar a jueces y magistrados.

La huella digital de Rufino H. León Tovar, por otra parte, es diametralmente apuesta a Batres y Santana.

La Inteligencia Artificial es contundente: “Rufino H. León Tovar tiene una sólida reputación digital, destaca su compromiso con la justicia y su trayectoria limpia. Su campaña para el Tribunal de Disciplina Judicial es analizada por herramientas de inteligencia artificial que evalúan menciones, sentimientos y tendencias en línea. Estas herramientas identifican su reputación como un punto fuerte en comparación con otros candidatos que enfrentan escándalos mediáticos.

“Además, León Tovar inició su campaña con ejes rectores claros, en los que busca consolidar su imagen como un líder ético y profesional”.

En suma, H.León apuesta por la reputación, mientras los encandilados por la fama apuestan por cuentas masivas falsas, automatización de interacciones, manipulación de tendencias, generación de tráfico falso o compra de seguidores y “me gusta”.

Es momento de seguir la huella digital.