PULSO

Eduardo Meraz

La confusa e imprecisa aclaración presidencial sobre el simbolismo y uso del bastón de mando, queda en evidencia -como todo en el actual gobierno- el mal uso de la representación de sabiduría indígena, por lo cual puede concluirse que en realidad entregó a Claudia Sheinbaum una prótesis, a fin de mantener a flote su movimiento.

La escenografía montada para el espectáculo de la “cesión de derechos” a quien representará a Morena en las próximas elecciones por la primera magistratura, carece de significado y de validez y ha sido ofensivo para los pueblos originarios, a quienes el mandatario totalmente palaciego ignoró, aun cuando manifiesta haber pedido permiso.

Consciente de las limitaciones discursivas y de imagen de la coordinadora de los comités de defensa de la cuarta transformación y ulterior candidata de la alianza oficialista, el habitante temporal de Palacio Nacional cree ilusamente en las virtudes mágicas del adminículo, inclusive por encima de la voluntad ciudadana.

En tanto, las “bastonera” guinda, por más esfuerzos realizados, no logra convencer ni a sus propios correligionarios, como sucede con Marcelo Ebrard, decidido a dar forma política a su tribu-lación, para no quedarse chiflando en la loma y dejar desamparados a sus seguidores más cercanos.

Por lo visto en los primeros días de haber iniciado un nuevo recorrido por el territorio nacional, Sheinbaum Pardo está a una enorme distancia de alcanzar la popularidad y arrastre del mandatario sin nombre y sin palabra. Los eventos masivos preparados por los “queda bien” son anodinos, carentes de entusiasmo.

Aun cuando la conectaran a un acelerador de simpatía, la chica de cola de caballo es refractaria, y ni por ósmosis podría corregir las insuficiencias de las cuales adolece, sobre todo si tomamos en consideración el tiempo faltante para la jornada electoral.

La excesiva publicidad previa a la encuesta de Morena para impulsar a Claudia Sheinbaum fue insuficiente, pues fue necesario la aplicación de “ponderadores racistas y clasistas” para poderla declarar ganadora del sondeo; es decir, no obstante, los dados cargados a su favor, su triunfo dejó un tufo de autoritarismo.

Si bien durante cinco años mantuvo su condición de consentida, esta circunstancia tampoco le ayudó en demasía para adquirir la gracia necesaria para conquistar al electorado.

Si consideramos que al innombrable presidente le tomó casi dos décadas y tres intentos para llegar a la titularidad del ejecutivo federal, está demás hablar de la inutilidad de crearle una nueva personalidad a la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, ni porque la metan a un horno de microondas.

La prótesis del bastón defenestrado tendría para la usuaria más incomodidades que ventajas. La mala técnica en su utilización en vez de favorecer un avance fluido y rápido puede no sólo entorpecer sus pasos, sino crearle ampollas que ni toda la vitacilina podrían curar. Las definiciones para las nueve gubernaturas y para el Senado de la República serán un indicador claro de si al bastón lo acompaña el mando.

En el fondo, la prótesis entregada a Claudia Sheinbaum no descansa en el bastón de mando de los pueblos indígenas, sino en la utilización de todos los recursos gubernamentales a su alcance, ya sea de forma lícita o ilícita.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

De continuar con la dinámica de las recientes semanas en materia de detenciones y extradiciones de cabecillas del narcotráfico y confiscaciones de drogas, en particular de fentanilo, seguramente se registrarán cambios en la correlación de fuerzas entre el crimen organizado y de éste con algunas autoridades, que pueden incidir en las elecciones de 2024.

[email protected]

@Edumermo