La migración no debería ser criminalizada ni estigmatizada, sino vista como una expresión legítima de la búsqueda de un mejor porvenir, aseguró Ricardo Monreal, quien estimó que es esencial comprender que la lucha migrante es reflejo de un sistema global injusto.

En un texto difundido en redes sociales, subrayó que la crisis migratoria que viven actualmente México y Estados Unidos ha cobrado especial protagonismo en la agenda internacional durante las últimas semanas.

Y nos recuerda, agregó, la necesidad de darle un enfoque humanitario y de justicia social, sobre todo tomando en cuenta que más de ocho mil personas están llegando todos los días a la frontera norte de nuestro país esperando ingresar al territorio de la Unión Americana.

El coordinador de organización y Enlace Territorial de la Coordinación de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, expuso que México mismo tiene una importante tradición migratoria que ha ayudado a conformar nuestra cultura en ambos lados de la frontera.

En tal sentido, conviene reflexionar en torno al llamado a humanizar la migración, que hizo la canciller Alicia Bárcena, a nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador, en el marco del 78 Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La capacidad de México y Estados Unidos para recibir un mayor número de migrantes se rebasó, lo que habla de la complejidad de la situación en la región. De ahí la importancia de buscar soluciones conjuntas que promuevan el bienestar de todas estas personas y, sobre todo, que se respeten a cabalidad sus derechos fundamentales, dijo.

Monreal Ávila recordó que la frontera entre Estados Unidos y México se convirtió en la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo, según señala un informe reciente de la ONU. La travesía de miles de migrantes que buscan una vida mejor está llena de peligros y marcada por la violencia y la explotación. Las cifras de muertes y desapariciones en la frontera son alarmantes y deben encender las alertas en ambos países, sostuvo.

La crisis migratoria que enfrentamos no es sorprendente ni inesperada. Las causas del fenómeno son complejas y están relacionadas con pobreza, violencia, falta de oportunidades e inestabilidad política en varios países de América Latina. Asimismo, se trata de una respuesta desesperada a condiciones inhumanas que muchas personas enfrentan en sus lugares de origen, externó.

Manifestó que esta crisis no es responsabilidad exclusiva de México ni de los países de origen de las y los migrantes: Estados Unidos desempeña un papel principal en ella, ya que muchas de sus políticas de migración y comercio tienen un impacto negativo directo en la región.

El senador con licencia dijo que es esencial que México y Estados Unidos trabajen en estrecha colaboración con otros países y organismos internacionales. La respuesta no puede ser simplemente militarizar las fronteras o endurecer las políticas migratorias.

“Debemos abordar las causas fundamentales de la migración y buscar soluciones conjuntas que promuevan el bienestar de todas las personas”, remarcó.

Consideró fundamental recordar que esta crisis no es responsabilidad exclusiva de México ni de los países de origen de las y los migrantes, dado que Estados Unidos desempeña un papel principal en ella, pues muchas de sus políticas de migración y comercio tienen un impacto negativo directo en la región.

Ricardo Monreal señaló que es hora de dejar de ver a la migración como un problema y comenzar a abordar sus causas fundamentales. México y Estados Unidos tienen la oportunidad de liderar un enfoque más humano y justo, finalizó.