El Instituto Nacional de Migración (INM) de México ha anunciado la suspensión de los retornos asistidos o deportaciones, así como los traslados de migrantes irregulares vía aérea y terrestre, debido a la falta de recursos económicos.

Esta decisión se produce en medio de una crisis migratoria en la que miles de extranjeros cruzan territorio mexicano.

En un documento fechado el 1 de diciembre y firmado por el titular del INM, Francisco Garduño, se informó que en “noviembre se suspendió el pago de las obligaciones contraídas”. El texto también reveló que se suspende el pago de viáticos y se restringen las comisiones de los agentes migratorios debido a la falta de recursos económicos.

La medida ha generado preocupación, ya que la frontera sur de México, en particular la ciudad de Tapachula, que limita con Guatemala, podría enfrentar un aumento en la llegada de miles de migrantes que podrían quedar varados o continuar su travesía por el país.

Grupos de migrantes han expresado su intención de avanzar hacia Estados Unidos, incluso si eso implica caminar y trasladarse por su cuenta.

La situación plantea desafíos significativos tanto para las autoridades mexicanas como para los migrantes que buscan una vida mejor. Organizaciones promigrantes han señalado que, a pesar de la suspensión de los traslados por parte del INM, muchos migrantes seguirán avanzando por sus propios medios en busca de un futuro más prometedor.

Esta crisis migratoria plantea importantes desafíos para México y sus esfuerzos por gestionar los flujos migratorios que se avecinan.