La mafia en Morena Puebla no conoce límites

Feliz jueves para todos, menos para esos que pervierten descaradamente la fama, de por sí cuestionable, de un partido como Morena que, en el discurso, se vende como el protector de los más necesitados en México, un partido honesto y trabajador, pero que, al menos en Puebla, se ha convertido en una banda de privilegiados funcionarios de cuello blanco que tienen mucha cola que les pisen.

El efecto Morena ha favorecido tremendamente a la descarada mafia del partido guinda en el estado de Puebla. Pese a que la Garci-Crespo amenazó con abandonar a su partido si fuera necesario, los altos mandos morenistas la premiaron y siempre sí se queda en Morena como dirigente estatal del partido.

Es sabido por los tehuacaneros y algunos poblanos que la diputada ha militado en las filas del PAN y que ha obstaculizado el trabajo de sus compañeros legisladores en el Congreso estatal. Además de sus relaciones directas con los bufetes de abogados del PRIAN. En cualquier momento la diputada Olga Lucía Garci-Crespo o Mónica Caballero Garci-Crespo salta de regreso al PAN o al PRI, dejando al partido en mayor ridículo del que ya está.

El nombre de la diputada se llevó la venia del partido de manera sospechosa pero contundente, sobre otros nombres que sobresalen en la misma mafia morenista como Agustín Guerrero Castillo, perredista de origen y militante de Morena desde sus inicios, y quien todos pensaban que era la persona indicada para suplir a Carlos Evangelista, actual dirigente. Julio Miguel Huerta Gómez también sonó como sucesor, pero de ser elegido, las críticas al gobernador serían directas. Así que la carta elegida de la misma mafia fue la Garci-Crespo.

Según parece, la designación oficial se hará este fin de semana, pero queda claro que, a este paso, a los morenistas poblanos poco les interesa el proyecto de nación del presidente Andrés Manuel López Obrador. Parece una mala broma designar a la Lady Demandas como dirigente estatal de Morena en medio de toda su mala fama ganada a pulso por el pleito por la herencia de la empresaria Socorro Romero y de las demandas abiertas que enfrenta por lavado de dinero.

Los medios locales ya aseguran que la hoy diputada fue una imposición y que tendrá que dejar su cargo como diputada local para asumir el nuevo puesto. Y debe ser así, porque con la mala fama que se carga entre los electores y entre sus mismos compañeros de partido, lo único que queda claro es que Lady Demandas sale ganando con su cercanía con los altos mandos y con los dedazos que, hasta hoy, se practican en todos los partidos.