Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas.

El avance y posibilidades de algunas Tecnologías de la Información no se detienen. Algunas presentan crecimientos vertiginosos y otras se renuevan momento a momento para multiplicar adeptos. Este es el caso de la computación en la nube.

La computación en la nube es el uso de capacidades digitales integrales entregadas a través de Internet para que las organizaciones operen, innoven y sirvan a los clientes. Elimina la necesidad de que las organizaciones alojen aplicaciones digitales en sus propios servidores.

Con la computación en la nube, las organizaciones compran esencialmente una gama de servicios ofrecidos por los proveedores de servicios en la nube (CSP). Los servidores del CSP alojan todas las aplicaciones del cliente. Las organizaciones pueden mejorar su potencia informática de forma más rápida y económica a través de la nube que compra, instala y mantiene sus propios servidores.

El modelo de computación en la nube ayuda a las organizaciones a escalar nuevas soluciones digitales con mayor velocidad y agilidad y a crear valor más rápidamente. Los desarrolladores utilizan los servicios en la nube para crear y ejecutar aplicaciones personalizadas y para mantener la infraestructura y las redes de empresas de prácticamente todos los tamaños, especialmente las grandes globales.

Los CSP ofrecen servicios como análisis para manejar y manipular grandes cantidades de datos. El tiempo de comercialización se acelera y agiliza la innovación para ofrecer mejores productos y servicios en todo el mundo.

Ahora, la computación en la nube entró en escena mucho antes de que llegara la pandemia mundial en 2020, pero la consiguiente carrera digital ayudó a demostrar su poder y utilidad. Estos son algunos ejemplos de cómo las empresas y otras organizaciones emplean la nube:

Los pedidos en línea de una cadena de restaurantes de comida rápida se multiplicaron exponencialmente durante los cierres pandémicos de 2020. El sistema de pedidos en línea de la empresa podía manejar el volumen, porque ya había migrado a la nube.

Una empresa de biotecnología aprovechó la computación en la nube para entregar el primer lote clínico de una vacuna candidata contra la COVID-19 para los ensayos de fase I en solo 42 días, gracias en parte a innovaciones revolucionarias que utilizan el almacenamiento de datos escalables en la nube y la computación para facilitar los procesos que garantizan la seguridad y eficacia del medicamento.

Los bancos utilizan la nube para varios aspectos de la gestión del servicio al cliente. Automatizan las llamadas de transacciones mediante algoritmos de reconocimiento de voz y agentes cognitivos (asistentes de autoservicio en línea basados en IA que dirigen a los clientes a información útil o a un representante humano cuando es necesario).

En el análisis de fraude y deudas, las soluciones en la nube mejoran el poder predictivo de los sistemas tradicionales de alerta temprana. Para reducir la pérdida de clientes, fomentan la lealtad de los clientes a través de programas de retención holísticos administrados completamente en la nube.

Los fabricantes de automóviles también se suman al viaje a la nube. Una empresa utiliza una plataforma común en la nube que da servicio a 124 plantas, 500 almacenes y 1.500 proveedores para consolidar los datos en tiempo real de las máquinas y los sistemas y para realizar un seguimiento de la logística y ofrecer información sobre los procesos de la planta.

El uso de la nube podría reducir en un 30 por ciento los costos de fábrica para 2025 y, al mismo tiempo, impulsar la innovación.

Eso sin mencionar las experiencias que todos damos por sentado: usar aplicaciones en un teléfono inteligente, transmitir programas y películas, participar en videoconferencias. Todas estas cosas pueden suceder en la nube.

La revolución de la nube ocurre desde hace más de 20 años, si se piensa que el punto de despegue fue la fundación de Salesforce, ampliamente considerada como la primera empresa de software como servicio. Hoy en día, la próxima generación de la nube, que incluye capacidades como la computación sin servidor, facilita a los desarrolladores de software ajustar las funciones del software de forma independiente, acelera el ritmo de lanzamiento y lo hace de manera más eficiente. Por lo tanto, las empresas pueden atender a los clientes y lanzar productos de una manera más ágil. Y la nube sigue evolucionando.