La Corte de Apelaciones de Texas detuvo la ejecución de Melissa Lucio, la mujer mexicana de 52 años acusada de matar a su hija Mariah y cuya ejecución con una inyección letal estaba prevista para el próximo miércoles.
Debido a las múltiples dudas despertadas por su condena en 2007 y que varios de los miembros del jurado que la condenó se retractaran públicamente de su veredicto, la corte ordenó a la Cámara Baja del Congreso texano que “examinen la posible inocencia” de la mexicana.
Los abogados de Lucio afirman que hay nuevas pruebas de que las lesiones de Mariah, incluido un golpe en la cabeza, fueron causadas por una caída por una escalera.
Además señalan que la condena a muerte se basó en una confesión forzada, producto de un prolongado interrogatorio y de un historial de abusos sexuales, físicos y psicológicos de que fue víctima Lucio.
Agregan que no se permitió a la mujer presentar pruebas que ponían en duda la validez de su confesión.