Afectado por un muy doloroso problema en el pie, Rafa Nadal se vio cerca de retirarse hace dos semanas, reconoció el jueves, al margen del torneo de Wimbledon, asegurando que ahora que la dolencia parece controlada está determinado a seguir compitiendo.

“Hace un par de semanas estuve cerca de eso, ahora ya no me siento así”, afirmó el tenista de 36 años, al ser interrogado sobre la retirada de los deportistas veteranos como él.

“Así que eso no me preocupa, pero por supuesto cuando llegue ese día será un cambio y todos los cambios en la vida llevan tiempo y tienes que adaptarte a ellos”, afirmó.

El mallorquín sufre en el pie izquierdo el denominado síndrome de Müller-Weis, una enfermedad rara y degenerativa que puede causar dolores crónicos o incluso una artrosis.

“Nunca me ha asustado ese día, creo que estoy contento de haber tenido una vida muy feliz más allá del tenis, incluso si el tenis es una parte muy importante de mi vida en los últimos 30 años”, aseguró.

Ganó su 14º título de Roland Garros utilizando inyecciones anestesiantes en los nervios para dormir el pie. Pero tras realizar esa proeza, que implica riesgos, dijo no querer seguir jugando así hasta encontrar una solución.

Un portavoz informó hace tres semanas que era sometido en una clínica barcelonesa a un “tratamiento de radio frecuencia pulsada en los diferentes nervios involucrados en el área de la lesión que padece”.

El objetivo era “desactivar” el nervio, con menos intensidad que con una anestesia, pero de forma más duradera, lo que podría ayudar a “disminuir la sensación de dolor permanente en el pie”.

“Es normal que la gente hable de la retirada de los grandes atletas”, consideró el jueves Nadal.

“De algún modo los deportistas que han estado ahí tanto tiempo, en lo más alto de su juego y aún más en deportes muy populares, se convierte en parte de las vidas de tanta gente”, afirmó refiriéndose a sus propios ídolos, como el golfista Tiger Woods, y dispuesto a seguir en las pistas.