PULSO

Eduardo Meraz

El presidente totalmente Palacio Nacional, decidió desprenderse de su raída y percudida investidura, para asumir su nuevo papel de cabecilla de los “queda bien” y, así, poderse saltarse la normatividad de las autoridades electorales, para promocionar, sin rubor, a su partido Morena.

Este nuevo rol asumido por el mandatario sin nombre y sin palabra oculta sus temores, pues mientras de dientes para afuera su gobierno es lo mejor de lo mejor del mundo mundial y todos los habitantes de México disfrutan de niveles nunca imaginados de salud, educación, seguridad, los otros datos de la realidad indican lo contrario.

Tras contemplar en el espejito mágico la obra cuatroteísta, asegura, que “vamos muy bien como país, mucho muy bien. México es ejemplo a nivel mundial en el manejo de economía, política social, la forma como enfrentamos el flagelo de la violencia. Nuestras relaciones con el exterior es un ejemplo”.

Como oráculo del cuatroteísmo, aventuró que “no existe ningún fenómeno político que pueda implicar el que se frene, se detenga, sea derrotada la transformación”.

Por eso y por muchas otras cosas más, el habitante temporal del palacete virreinal, siempre respetuoso del derecho de los demás, manifiesta que, “políticamente no tiene motivo para agredir a nadie”.

Y, sin embargo, casi de inmediato acusó que la oposición de mantener una campaña negra en su contra, si bien la manipulación mediática ya no funciona para persuadir a la gente.

Esta continua y sintomática doble visión presidencial, no sólo revela un elevado grado de miopía sino, además, distopia en las ideas, pues al dar a conocer dos encuestas en donde Morena aventaja a la alianza opositora para la renovación del poder ejecutivo en 2024, se contiene al no detallar los sondeos “porque entonces sí estaría yo, a lo mejor, infringiendo las normas”.

Más aún, para sobrealimentar su megalomanía, el presidente innombrable postula “no existe ningún temor a nada… no apostamos a la violencia, políticamente no tendríamos motivo para agredir a nadie y, eso es lo que quiero transmitir: no nos ocupemos ni nos preocupemos porque el pueblo de México está muy avispado”.

En este caso, se le podría aplicar el dicho: dime de qué presumes y te diré de qué careces, pues acto seguido desenfundó sus armas verborreicas para instigar y difamar a quienes piensan diferente o no comparten sus moditos de gobernar.

En un tono menos belicoso al de un día previo, hoy señaló que la idea de un magnicidio “es una invención, producto de un coraje exacerbado (de los opositores), porque no han podido detener el proceso de transformación y porque cada vez se les aleja más la posibilidad de regresar por sus fueros y por sus privilegios”.

El mandatario convocó a sus simpatizantes a no caer en las provocaciones, “serenos morenos”. Si bien es cierto la mayoría de los medios están en contra de nosotros, los medios de manipulación porque pertenecen a la oligarquía corrupta que dominaba el país; lo más importante es mantener la paz y tranquilidad y que no haya ninguna agresión a nadie”.

Ojalá es misma enjundia como “queda bien” la aplicara para, ya no digamos mejorar, sino para frenar la baja en la calidad de vida de la mayoría de los mexicanos.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

El Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza concluyó que el Estado Mexicano cometió el crimen de ecocidio y etnocidio, al considerar que el Tren Maya ha violado los Derechos de la Naturaleza y los derechos bioculturales del Pueblo Maya. Además, exige la reparación y restauración de los ecosistemas afectados por las construcciones, así como la suspensión de las mismas.

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