El presidente Andrés Manuel López Obrador se quejó de que la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), asegurara que el hallazgo del cuerpo de José Noriel Portillo Gil, alias El Chueco, señalado por la muerte de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Chihuahua, “no es un acto de justicia”, sino una acción ilegal.

“Acuérdense que antes de encontrar a esta persona asesinada ya se había llevado a cabo la detención de un número importante de integrantes de su grupo. Esto que estoy diciendo ahora, que no podría decir por cuestiones de seguridad, es también un informe para el comisionado de Derechos Humanos de la ONU que sólo se ha dedicado a acusarnos”, señaló López Obrador.

En su conferencia matutina, el mandatario federal llamó a que la ONU-DH tome en cuenta el trabajo llevado a cabo por las Fuerzas Federales, y apuntó que dicho organismo fue omiso en violacones a derechos humanos en Gobiernos anteriores, tales como el Caso Ayotzinapa.

“Ojalá y tome en cuenta el trabajo que se hizo por parte de la Guardia Nacional y la Sedena, que reconozca que ya no son los tiempos de antes, que había impunidad y sucedían estos hechos lamentables, estos asesinatos y no se castigaba a los responsables, porque estoy seguro de que este señor de Derechos Humanos de la ONU sí estaba aquí cuando desaparecieron los jóvenes de Ayotzinapa, no dijo nada, no hablaba”, subrayó.

López Obrador aseguró qque lo ocurrido en Cerocahui en junio del año pasado se originó porque hubo complicidades y tolerancia de autoridades locales para con grupos criminales: “Lo ajusticiaron a lo mejor pensando que con eso ya se iba a terminar la búsqueda e iban a salir los elementos que están ahí desde el primer día”, dijo.