/COMUNICAE/ La inversión en bienes raíces en Estados Unidos ha sido durante décadas un pilar fundamental para quienes buscan diversificar sus carteras y asegurar retornos sólidos a mediano y largo plazo
Tradicionalmente, esta clase de inversión implicaba la compra directa de propiedades, ya fueran residenciales, comerciales o industriales. Sin embargo, la era digital ha traído consigo grandes cambios a este mercado, con la aparición de innovadoras plataformas que permiten adquirir porcentajes de propiedades, facilitando el ingreso a negocios de inversión en Real Estate sin necesidad de contar con grandes capitales.

De la manera tradicional, invertir en bienes raíces requiere de un conocimiento profundo del mercado, una considerable inyección de capital inicial y una disposición a manejar o delegar el mantenimiento y administración de las propiedades. Esto implica tener que estar familiarizados con las regulaciones locales, los impuestos y los procedimientos de compra y alquiler, que, en el caso de Estados Unidos, pueden variar significativamente de un estado a otro. Además, para los inversionistas extranjeros, existen regulaciones adicionales y consideraciones fiscales que pueden complicar la adquisición y gestión de propiedades.

Si bien este método ofrece control total sobre la propiedad, también conlleva responsabilidades como el mantenimiento continuo, la búsqueda de inquilinos y la gestión de cualquier problema legal o financiero que pueda surgir. La inversión directa en bienes raíces exige un compromiso significativo de tiempo, recursos y conocimiento especializado.

Contrastando con el enfoque tradicional, la evolución digital ha introducido plataformas digitales que permiten participar en el mercado de bienes raíces a través de la compra de cuotas partes de propiedades. Estas ofrecen una forma de acceso más simple, disminuyendo muchas de las barreras de entrada asociadas con la inversión directa en una propiedad. Los inversores pueden diversificar sus carteras ingresando a negocios de múltiples propiedades en diferentes ubicaciones o a través de fondos de inversión posicionados en activos inmobiliarios, todo desde la comodidad de su dispositivo móvil.

Además, en muchas ocasiones, las compañías que ofrecen este tipo de servicios brindan análisis de mercado, proyecciones y reportes de los negocios. La gestión de la propiedad en la que el inversor destina su capital, el mantenimiento y la búsqueda de inquilinos son manejados por profesionales, liberando a los usuarios de las responsabilidades diarias. Para los inversores internacionales, estas plataformas ofrecen una solución eficaz para sortear las complejidades de invertir en un país extranjero.

A través de la inversión fraccionada, los inversores pueden obtener rendimientos proporcionales a su inversión sin necesidad de comprometer grandes sumas de dinero. Esta dinámica de negocio inmobiliario abre el mercado a una audiencia más amplia, incluidos aquellos que inician en el mundo de las inversiones.

«La tecnología ha permeado cada aspecto de la vida; gestionamos el día a día a través de los celulares y, actualmente, las inversiones inmobiliarias no son la excepción. Esta evolución permite que incluso los inversionistas primerizos se adentren con confianza en el mundo de los bienes raíces. Es, en esencia, una redefinición del mercado que abre el acceso a oportunidades de inversión, antes reservadas para un grupo selecto de personas», comentó Ezequiel Chomer, CFO de Dividenz.

Dividenz ofrece a los latinoamericanos la oportunidad de invertir en Real Estate en Estados Unidos sin salir de su país. A través de su plataforma, los usuarios pueden acceder de manera rápida y 100% remota a productos de inversión basados en activos inmobiliarios multifamiliares e industriales, ubicados en los estados americanos con mejor performance del país. El ticket mínimo es de USD 2.000 y los inversores pueden obtener rentabilidades en dólares desde el primer día. 

La revolución digital está transformando la inversión en bienes raíces, haciéndola más accesible, eficiente y adaptable a las necesidades de una nueva generación de inversores. 

Fuente Comunicae