Mónica Caballero Garci-Crespo, la dos veces diputada por el Distrito de Tehuacán tiene larga cola que le pisen, aunque  ella se vende ante los medios de comunicación y los electores como una funcionaria que tiene las manos limpias, pero está llena de mentiras…

Presume de una intachable imagen, y,  bajo el tapete, esconde mucho polvo. Son muchos los delitos cometidos por la Señora Diputada, quien se asume como familiar cercana de la fallecida filántropa poblana Socorrito Romero Sánchez, la “Hija predilecta de Tehuacán”.

En la historia delictiva de la Monina sobresalen los delitos cometidos en la pelea de la diputada por la herencia de Socorrito Romero, ampliamente sabidos, como el comprar a la jueza que declaró a la política como albacea de un testamento que, además, ya estaba cedido a sus beneficiarios; desaparecer expedientes del caso, ocultar pruebas, falsificar documentos, falsear testimonios, intimidar y amenazar, etcétera.

Por otro lado, desde que la Diputada resultara electa por segunda vez por el distrito 25 en Tehuacán, carga con al menos 3 demandas en su contra. Algunas por enriquecimiento ilícito, defraudación fiscal y lavado de dinero. Procesos de los que no aún no ha sido exonerada.

Además existen quejas de irregularidades en el proceso de elección por parte de sus opositores políticos quienes saben su delito de contender con identidad doble al cambiarse el nombre.

Argumentan también que la diputada se dice egresada de la Escuela de Medicina Veterinaria de la UNAM, cuando es falso. Además de decir que es licenciada en derecho, otra mentira más.

Ahora no sólo es la escasa calidad moral de esta mujer, sino la serie de delitos que ha cometido y la impunidad que la sigue protegiendo esta delincuente de cuello blanco que sólo trabaja por sus intereses y ambiciones.