PULSO

 Eduardo Meraz  

La inquietud en el morenismo por ser sacados de Palacio Nacional en 2024, los incita a dejar en condiciones de minusvalía a las autoridades electorales y, para compensar, derrocha el dinero público en campañas y obras fallidas.

El proyecto de Presupuesto 2024, a punto de ser aprobado por la mayoría oficialista, conforme al espíritu vengativo y los caprichos presidenciales,  implica cercenar las capacidades del INE, el TEPJF, el INAI y la Corte, encargados de calificar los comicios.

Los recortes presupuestales previstos por Morena y aliados en la Cámara de Diputados supera los 13,000 millones de pesos, lo que dejaría a estas instituciones en condición de parapléjicos, frente al derroche e ilegalidad del cuatroteísmo.

Los procesos electivos en Puebla, Veracruz, Ciudad de México y a nivel nacional son muestra clara de cómo se las gasta Morena y partidos satélites en eso de infringir la ley,  moverse a sus anchas sin vigilancia ni sanciones.

En busca de ese escenario, el «mundo ideal» que tanto añora el presidente totalmente Palacio Nacional, les urge dejar sin dientes a las autoridades y la mejor manera de hacerlo, es reducir su capacidad operativa de organización, desarrollo y supervisión del proceso electoral 2023-2024.

Bajo el falso argumento de la austeridad, el mandatario sin nombre y sin palabra, prefiere quitarle recursos a los ámbitos electoral y judicial, con la esperanza de obtener altos rendimientos políticos y mantenerse en el poder.

Poco le importa los cientos de miles de sepulcros que va dejando a su paso durante su mandato, ni los millones de víctimas de sus desastrosas políticas de seguridad, medio ambiente, salud y educación.

Mucho menos le interesa echarle carretadas de dinero bueno al malo en sus obras insignia -Tren Maya, refinería de Dos Bocas, aeropuertos-, equivalentes a más de un billón de pesos, en vez de  ayudar a los damnificados de desastres.

Presume 61 mil millones para ayudar a la gente de Acapulco, pero es incapaz de disminuir los sobrecostos de casi tres veces el valor previsto originalmente para dichos proyectos, además de esconder cómo se ha gastado el dinero de la población. Este tratamiento presupuestal diferenciado está  orientado a brindar ventajas electorales indebidas al cuatroteísmo. Y si no le alcanza con eso, apelar al fraude será su última carta.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Los ex presidentes Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón ya le pusieron el cascabel al habitante temporal de Palacio Nacional; ¿podrá con el estigma?

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@Edumermo

Por ello, la instrucción presidencial de quitar millones al poder judicial y organismos autónomos, nada tiene que verla austeridad