Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)

Invertir en ciberseguridad para garantizar la continuidad de la enseñanza y el aprendizaje en línea es crucial.

Los esfuerzos apresurados para trasladar el aprendizaje en línea durante la pandemia mundial de Covid 19 aumentaron los riesgos de amenazas cibernéticas. Las universidades sufrieron ciberataques en los que usuarios no deseados interrumpieron las clases.

A esto se suma el ascenso de soluciones tecnológicas y digitalización, lo que presupone mayor sofisticación de los crímenes en línea.

Las universidades pueden prevenir estos problemas al asegurarse de que sus equipos de ciberseguridad estén a la altura de la tarea, cerrar las brechas que los atacantes pueden explotar y realizar las inversiones necesarias para garantizar la seguridad y la privacidad de los datos.

Las áreas para una supervisión intensificada incluyen plataformas de aprendizaje remoto y herramientas de colaboración, monitoreo de redes en busca de malware y monitoreo de endpoints de estudiantes y profesores para detectar incidentes relacionados con los datos antes de que se conviertan en problemas graves.

Los equipos de riesgos de seguridad y tecnología pueden realizar las siguientes acciones para respaldar el aprendizaje en línea:

Proteger las herramientas utilizadas para la enseñanza y el aprendizaje mediante la implementación de protocolos seguros de aprendizaje remoto.

Esto incluye el escalado de redes privadas virtuales (VPN) para las transmisiones de datos por parte de estudiantes y profesores, implementar la autenticación multifactor para aplicaciones de aprendizaje, emplear software antivirus, limitar el acceso a las aplicaciones de aprendizaje a estudiantes y profesores verificados y garantizar un almacenamiento adecuado en la nube para las conferencias grabadas.

Conviene, asimismo, construir un cuerpo docente y estudiantil resiliente a través de la educación sobre los ataques de phishing y malware. Es aconsejable crear recursos específicos para informar a su comunidad sobre ciberseguridad “empatada” a la agenda nacional e internacional.

Otra acción crucial que minimiza los riesgos de ciberataques en la formación en línea es adaptar la forma en que la universidad trabaja, enseña y asegura sus capacidades de aprendizaje. Esto al agregar capacidad de soporte para la tecnología de la información, probar y aclarar los protocolos de respuesta a incidentes y confirmar la seguridad de las herramientas de terceros utilizadas para el aprendizaje y la enseñanza.

En una era donde el control de riesgos se vuelve crucial, la seguridad en la enseñanza on line no debe soslayarse. Es parte sustancial del avance en la educación en línea y la percepción de confiabilidad en las instituciones educativas.

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