Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

Los desafíos legales se expanden y un departamento jurídico de alto rendimiento es más importante que nunca.
Los nuevos medios de colaboración, el aumento de la financiación de litigios y los avances en la tecnología cambian el ecosistema legal. Los desarrollos tecnológicos, por ejemplo, aumentan el volumen de datos a procesar, permiten arreglos de trabajo remoto, requieren nuevas medidas de seguridad y agregan habilidades tecnológicas a las necesidades de talento del departamento.
La inteligencia artificial, por ejemplo, puede acelerar el proceso de redacción de documentos legales mediante investigación automatizada, traducción, generación de documentos y otros. Los algoritmos de lectura automática de hoy en día también pueden revisar miles de documentos en minutos y dan a los abogados más tiempo para análisis y asesoramiento de alto valor.
Por otra parte, muchas empresas con presencia global están expuestas a nuevas olas de litigios provocados por litigantes profesionales que desarrollan estrategias elaboradas para presentar sus demandas, incluida la selección de jurisdicción y el uso del marketing en línea para llegar a posibles demandantes. La tendencia se acelera por una creciente industria de financiamiento de litigios que ahora tiene más de 11 mil millones de dólares para financiar reclamos a nivel mundial.
A menudo, estas demandas toman la forma de procedimientos masivos similares a las demandas colectivas. Los ejemplos recientes incluyen reclamos de contaminación del aire, violaciones antimonopolio y violaciones de los datos personales de los consumidores.
Los ataques también se pueden lanzar en el contexto B2B: más empresas ahora ven los litigios como una forma de luchar por la cuota de mercado y mantener a raya la competencia. Los reguladores litigan para hacer cumplir los estándares, y una nueva generación de litigantes de consumidores habilitados digitalmente buscan una compensación para sus clientes.
Mientras tanto, más organizaciones sin fines de lucro están demandando en nombre de otros, y utilizan procedimientos judiciales para impulsar el cambio social y proteger el medio ambiente, especialmente con respecto a las emisiones de dióxido de carbono.
Además de prepararse para defender a sus empresas contra demandas, se debe adoptar un enfoque preventivo y con visión de futuro para los riesgos legales.
Al tratar de contratar, desarrollar y retener al mejor talento, los departamentos legales corporativos deben competir con los bufetes de abogados y el sector público, aunque muchos graduados en derecho no consideran que los puestos internos sean su primera opción. Muchos creen, correctamente, que las promociones dentro de un departamento legal pueden ser raras. Cada vez más, los puestos en los rangos medios y superiores ahora son ocupados por abogados de la práctica privada.
Sin embargo, algunas empresas están haciendo que los roles sean más atractivos al abrir trayectorias profesionales y oportunidades de desarrollo de habilidades. Las carreras en un departamento legal corporativo generalmente comienzan de tres a cinco años después de la graduación y alguna capacitación en un bufete de abogados.