La camiseta que llevó Diego Maradona el día que pasó a la historia con los dos goles legendarios que marcó a la selección inglesa en cuartos de final del Mundial de México-1986 ha sido vendida por casi 9.3 millones de dólares en una subasta organizada por la casa de remates Sotheby’s, un récord absoluto.

La subasta, que se inició el pasado 20 de abril y que hasta pocos minutos antes del cierre solo había recibido una oferta de casi 5 millones de dólares, concluyó con 7 apostantes.

El último se adjudicó esta camiseta sobre la que planeaban las dudas si era la que llevó en la segunda mitad cuando marcó los goles ante Inglaterra (la famosa Mano de Dios y el considerado tanto más bonito en la historia de los Mundiales) por 7.142.500 millones de libras, o el equivalente a 9.284.536 millones de dólares, anunció Sotheby’s.

¿Es la camiseta original?

Una parte de la familia de Diego Maradona, fallecido el 25 de noviembre de 2020 a los 60 años, aseguró, pese a las garantías repetidas de Sotheby’s, que la camiseta rematada no es la que llevaba el capitán argentino cuando marcó los dos goles legendarios contra Inglaterra en el segundo tiempo del partido de cuartos de final, sino la que usó en la primera parte.

Maradona intercambió la camiseta al final del encuentro con el centrocampista inglés Steve Hodge, que fue su propietario durante 35 años y la prestó al museo de Manchester. Los dos jugadores contaron el episodio en sus respectivos libros.

Estos cuartos de final en México, lleno de simbolismos cuatro años después de la guerra de las Malvinas entre Inglaterra y Argentina, entraron en la historia y contribuyeron a apuntalar la leyenda controvertida de Maradona. En el minuto 51, justó después de un despeje de Steve Hodge, el capital argentino marcó con la mano -“la mano de dios” justificó el jugador- pero el gol fue validado por el árbitro.

Solo cuatro minutos después, el Pibe de Oro marcó un gol antológico, elegido como “el gol del siglo” en una votación de la FIFA, partiendo de su campo con la pelota y deshaciéndose de cuatro jugadores ingleses y después del portero Peter Shilton para acabar con el balón en el fondo de la red.