El presidente de Estados Unidos Joe Biden anunciará este jueves la liberación de un millón de barriles por día de sus reservas estratégicas durante seis meses en un intento por abatir su precio, dijo la Casa Blanca.

“Tras consultas con aliados y socios, el presidente anunciará la mayor liberación de reservas de la historia, colocando a diario un millón adicional de barriles por día en los próximos seis meses”, dice el comunicado.

“La magnitud de esta liberación no tiene precedentes: nunca en el mundo se vertieron (al mercado) reservas a un ritmo de un millón de barriles por día durante tanto tiempo. Esta liberación récord aportará una histórica cantidad para servir de puente hasta fin de año, cuando aumente la producción doméstica aumenta”, añade la nota.

La medida arrojará una cantidad significativa al sobrecalentado mercado mundial del petróleo, que ha generado ondas inflacionarias en la economía estadounidense.

Batallando contra malos datos en las encuestas y con elecciones legislativas en las que la oposición se perfila como favorita para retomar el control del Congreso, la Casa Blanca trata de mostrar que Biden tiene una solución a un problema nacido en la pandemia y extendido por la guerra en Ucrania.

La liberación de reservas equivaldría a aumentar los suministros mundiales en aproximadamente en 1 por ciento.

El petróleo cayó bruscamente tras los informes iniciales del plan estadounidense, que llegaron cuando el grupo de exportadores de crudo OPEP+ decidió aumentar modestamente la producción ignorando los pedidos de aliviar la presión sobre los precios que provoca la guerra en Ucrania.

Biden en la picota

La liberación de crudo estadounidense empequeñecerá los usos anteriores de las reservas estratégicas anunciados por Biden en simultáneo con otros países el 1 de marzo después de la invasión rusa, y también el año pasado, en respuesta al aumento de la inflación.

A pesar de una economía en recuperación y el repliegue de la pandemia de covid-19, Biden recibe poco crédito de los votantes, quienes, en cambio, lo culpan por el aumento de los precios en todas partes, desde el supermercado hasta los concesionarios de automóviles.

Los trastornos en la cadena de suministros relacionados con los diferentes ritmos de la recuperación económica en el mundo son parte del fenómeno de la inflación.

También detrás de esa tendencia políticamente peligrosa subyacen los costos del combustible, que, a su vez, elevan los precios del transporte de casi todos los bienes.

Y para los conductores, el shock de precios en los puestos de gasolina es una constante fuente de irritación.

Los precios de la gasolina están actualmente en un promedio de 4.23 dólares por galón; un 47 por ciento por encima de hace un año.

El barril de crudo estadounidense WTI bajó 4.6 por ciento, mientras que en los contratos a futuro del barril de Brent, referencia europea, la caída fue de 5.5 por ciento, a 107.20 dólares.

Los precios del crudo llegaron en marzo hasta casi 140 dólares debido a la preocupación por Rusia, uno de los mayores productores mundiales, que desató una guerra en Ucrania y fue blanco de múltiples sanciones internacionales.

Los precios se replegaron un poco desde que Estados Unidos prohibió las importaciones rusas el 8 de marzo, pero oscilaron desde entonces en los 100 dólares.

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