El gobierno alemán acordó el miércoles un marco para legalizar el cannabis de uso recreativo para adultos que haría del país uno de los más liberales de Europa, informó el ministro de Sanidad Karl Lauterbach.

Las grandes líneas del proyecto, que deberá ser aprobado por la legislación europea, apuntan a poner la producción y el comercio de cannabis bajo “control público” y permiten la compra y posesión “de una cantidad máxima de 20 hasta 30 gramos” para el consumo personal, dijo el ministro en una conferencia de prensa.

En cambio, el uso por los menores de 18 años sigue estando estrictamente prohibido.

“Si todo va bien, creo que la legalización podría producirse en 2024”, subrayó el ministro socialdemócrata al presentar la hoja de ruta aprobada en el Consejo de Ministros.

Pero todo dependerá del examen de la Comisión Europea.

“Estamos verificando que las líneas generales que hemos elaborado en este documento son compatibles con el derecho internacional y europeo”, subrayó.

En caso de que la Comisión Europea no diera su aprobación, el documento no desembocaría en una legislación, precisó, mostrándose relativamente seguro de que superará el obstáculo.

Frenar el mercado negro

El ministro justificó esta reforma por la voluntad “de obtener una mejor protección de los niños y de los jóvenes”, al considerar la política actual ineficaz en un contexto de aumento del consumo de cannabis.

Unas 4 millones de personas en el país consumieron esta droga considerada blanda el año pasado, un cuarto de ellos tenían entre 18 y 24 años, indicó.

En la misma línea, el ministro de Justicia Marco Buschmann consideró que la política puramente represiva había “fracasado”.

“Es por ello que queremos legalizar de manera responsable el consumo de cannabis. Eso significa productos de mejor calidad y por lo tanto protección sanitaria” y un alivio para la justicia que puede “centrarse en cosas más importantes”, dijo en su cuenta de Twitter.

El documento adoptado el miércoles prevé “un control público de la cadena de suministro” del cannabis con el objetivo de “garantizar la protección sanitaria y de frenar la delincuencia organizada y el mercado negro”.

El plan organiza “la producción, el suministro y el comercio de cannabis recreativo en el marco de licencias controladas por el Estado”, y autoriza el cultivo de tres plantas de cannabis por adulto para uso personal.

Su venta estará “estrictamente controlada”, los vendedores no podrán hacer publicidad y el empaquetado deberá ser “neutro” e informar de los riesgos.

“No queremos cometer los mismos errores que con el alcohol o el tabaco, porque los jóvenes y los niños son los que reaccionan más a las promesas de la industria publicitaria”, indicó el comisario gubernamental encargado de las cuestiones de droga y adicción, Burkhard Blienert.

Los ingresos por la venta de cannabis para uso recreativo estarán sujetos a un impuesto, y se prevé la introducción de un impuesto especial de consumo (+impuesto cannabis+), según el documento.