En una carta dirigida a los ejecutivos de Baker Hughes, un grupo de accionistas solicitó la apertura de una robusta y completa investigación relacionada con la residencia en Houston ocupó José Ramón Beltrán, el primogénito del presidente López Obrador y su esposa, Carolyn Adams.

El exanciller Jorge G. Castañeda, difundió en su cuenta de Twitter la misiva que, en nombre de un grupo de accionistas, escribió Juan Carlos Luna.

La residencia que ocupó López Beltrán pertenece a Keith Schillings, un alto ejecutivo de Baker Hughes, una empresa proveedora de Petróleos Mexicanos (Pemex), sin que hasta el momento el señalado hable sobre el presunto conflicto de interés.

“Como probablemente ya están enterados, en las últimas semanas ha habido un número relevante de noticias apuntando a posibles conflictos de interés haciendo señalamientos de algo impropio, y posibles irregularidades legales de Baker Hughes, derivados del hecho de que un alto ejecutivo de Baker Hughes tuvo una relación directa con el hijo del Presidente mexicano y su esposa, ambos políticamente expuestos, al mismo tiempo que Baker Hughes obtuvo una extensión de un contrato multimillonario de Petróleos Mexicanos”, se lee en la misiva.

“Por circunstancias que aun no han sido aclaradas -lo que genera una justificación válida y preocupación de posibles acciones ilegales- el señor Keith Schilligs, un ejecutivo de Baker Hughes que cedió el uso de una residencia en Conroe, Texas, registrada a su nombre, a José Ramón López Beltrán, hijo del presidente de México y su esposa, Caroline Adams”, señala Juan Carlos Luna.

Detalló que “el matrimonio López ocupó dicha propiedad durante un periodo entre 2019 y 2020, mismo tiempo en que Pemex otorgó extensiones significativas e incrementos de costo a contratos de Baker Hughes.

“La óptica y el momento de estos hechos simplemente no son buenas. Estos al menos crean la percepción de un posible conflicto de interés y un potencial escenario que pudo haber cruzado la línea de lo legal y de obligaciones éticas de Baker Hughes. Por esta razón una queja se justifica y una investigación es necesaria.

“Como se ha mencionado antes, esta desafortunada serie de coincidencias ocurridas en el mismo tiempo de contratos entre Pemex y Baker Hughes fueron expandidos en su alcance y su costo y cuando uno de nuestros ejecutivos permitió el uso de una residencia de lujo, donde la mencionada pareja vivió, son hechos que no se pueden ignorar y tienen un deber de actuar en consecuencia.  Deberían considerar la urgencia para ejecutar una más robusta y completa investigación en este asunto, e informar a las autoridades, inversionistas y medios apropiadamente. Eso es lo que debe hacerse”, se lee.