LA PAZ, 19 jun (Xinhua) — Las principales agrupaciones de periodistas en Bolivia denunciaron hoy jueves ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que son víctima de una «preocupante escalada» de violencia, hostigamiento y censura en el contexto preelectoral y de crisis económica. «Existe una tendencia sostenida de censura, violencia y criminalización del ejercicio periodístico», denunció la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) y la Asociación de Corresponsales de la Prensa Internacional (ACPI). La denuncia formal fue enviada a la relatora especial sobre la Libertad de Opinión y de Expresión de la ONU, Irene Khan, así como al relator especial para la Libertad de Expresión de la CIDH, Pedro Vaca. Los periodistas aclararon a través de un comunicado que «no se trata de hechos aislados ni coyunturales», sino de una escalada suscitada sobre todo entre enero y junio de este año. Durante el período mencionado se han documentado al menos 51 casos de agresiones, restricciones o amenazas contra periodistas en distintas regiones del país, muchos de ellos durante las protestas vinculadas a la crisis económica y a las promovidas por simpatizantes del expresidente Evo Morales (2006-2019). «En La Paz, varios periodistas -incluidos corresponsales internacionales- fueron heridos durante una marcha, en la que también hubo uso desproporcionado de la fuerza policial, incluyendo gases y balines dirigidos a los reporteros», denunciaron en el pronunciamiento conjunto aprobado durante la Conferencia Nacional de Asociaciones de Periodistas realizada el miércoles. Según la ANPB y la ACPI, la libertad de prensa se convirtió entre 2022 y 2024, en la segunda categoría de derecho más vulnerada en Bolivia con 495 registros, además de que se ha registrado un «preocupante» incremento de la violencia de género contra mujeres periodistas. «Además, se denuncia la participación directa o permisiva de actores estatales en la estigmatización de la prensa y se subraya que funcionarios públicos y autoridades locales han proferido calificativos como ‘prensa vendida’ o ‘mentirosa’, reforzando un clima de descrédito que fomenta la hostilidad y alimenta la impunidad», advirtieron. Los periodistas bolivianos solicitaron a los dos relatores internacionales realizar un «seguimiento riguroso y permanente a la situación de la libertad de prensa en Bolivia». Fin