La venganza de la Monina se ha convertido en una demostración de su escasa calidad moral y poca ética.

La diputada Mónica Caballero Garci-Crespo ha llevado a niveles mayúsculos su venganza en contra de la heredera de Socorrito Romero, Estela Romero Bringas y, de paso, a sus albaceas Miguel y Alfonso Celis Romero.

La diputada que hoy se autonombra Olga Lucía Romero Garci-Crespo es una mujer ambiciosa y carente de todo escrúpulo. Ha pasado por encima de los derechos humanos de una mujer mayor como la heredera de 200 millones de pesos. Ha profanado la imagen y la última voluntad de la Señorita Socorrito Romero, a quien asume como su tía. Si la política es capaz de pasar por encima de su propia familia, es capaz de las más terribles bajezas. Los delitos cometidos en el proceso de injusticia de este juicio se siguen acumulando día tras día, mes tras mes, a lo largo de los más de 6 años de juicio.

Claro que la diputada a por la herencia de Socorrito, pero no sólo eso, ella quiere todo lo que pueda arrebatarles a los legítimos dueños, quienes han trabajado para construir el gran emporio internacional que es hoy Grupo Socorro Romero Sánchez. Podría pensarse que por la importancia y el éxito de esta empresa, la diputada resultaría solo una política insignificante, frente al monstruo que es Grupo Socorro Romero. Pero nada más lejos de la realidad, por eso la poblana esperó hasta tener el poder político y pervertirlo para usarlo a su favor. Se ha encargado de usar el poder público para intimidar y acosar a doña Estela.

La Garci-Crespo es una mujer ambiciosa que pasa por encima de cualquiera para seguir acumulando dinero fácilmente. Además, este caso responde a la añeja venganza que se gestó en su infancia, cuando la legisladora se sintió rechazada porque nunca fue del agrado de Socorrito Romero. La inmadura actitud de esta mujer deja mucho que desear, esa es la política que se llena la boca pidiendo a la prensa que la llamen Señora Diputada.