Por Joana Elizabeth Salinas, Psicopedagoga especializada en salud laboral y Socia Directora de Coperva
Tanto en trabajos convencionales como híbridos y a la distancia, ahora que ya se anunció que no habrá más semáforos de control del Covid-19 y las vacunas ya se universalizaron, se nota un gran cansancio en muchos trabajadores de distintos sectores. Los síntomas son muy parecidos a los detectados en el Síndrome del quemado o Burnout: depresión y ansiedad.
Las soluciones no sólo son corporativas, ya que las “curas” más efectivas son unipersonales e impensadas, como éstas:
1. Buscar diversión. Es importante remitirnos a una actividad feliz en la infancia para generar una ruptura total con las actuales condiciones estresantes en el trabajo. Ver caricaturas, dibujar, armar un rompecabezas son actividades lúdicas que pueden generar un “shot” energético para continuar.
2. Indagar. Si ante cualquier desafío se ignora el “no puedo· y se involucra activamente en la búsqueda de cómo podría hacerse, existen muchas posibilidades de que los desafíos se vuelvan excitantes y no una condena cotidiana.
3. Hábitos. Ayudan a reducir el proceso consciente de tomar decisiones, como comer alimentos sanos o hacer ejercicio, actividades que en general desaparecen cuando aumenta la presión laboral. Los hábitos nos ayudan a sobrevivir. Hay quien sobrepasa con éxito la presión al escribir actividades a realizar durante el día, de manera muy puntual y específica.
4. Dividir las metas grandes en pequeños objetivos. Esto permite que el cumplimento sea menos atemorizante.
5. Modificar el ambiente de trabajo. Esto cambia la energía laboral. No es sólo cambiar de escenario, a veces basta arreglar el escritorio, incorporar un pequeño objeto de ornato, abrir una ventana…
6. Redefinir el éxito. No se trata de cumplir por cumplir las metas laborales, sino de disfrutar cada acción tendiente en lograrlo e incorporar nuestro objetivo de vida a lo que hacemos de manera cotidiana.
7. Solo hacer tres cosas. Marcar sólo tres actividades importantes cada día. Esto ayuda a priorizar mejor los pendientes y no sentirse tan presionado.
8. Buscar una opinión externa. Esto ayuda a desarrollar un plan saludable para salir de la situación agobiante. Esto implica tener contacto permanente con familia, amigos, colegas y extender nuestras redes sociales y laborales.
9. Diario de gratitud. Estar consciente de lo que nos gusta y disfrutamos del trabajo puede ser muy relevante para no “sentirnos quemados”. También permite redescubrir que amamos de las tareas cotidianas y cuáles son las habilidades o destrezas que poseemos.
10. Asumir que lo único permanente es el cambio. Así, debemos darnos permiso de cambiar de empleo, industria e incluso profesión. Nuestro trabajo debe impactarnos positivamente para que logremos extender los beneficios de todo lo que generamos a los demás.

El trabajo feliz no puede construirlo la organización solamente. Cada uno debemos crear nuestro trabajo idóneo. Esto implica meditación e introspección acerca de quienes somos y qué queremos lograr. La autoconsciencia es la principal barrera al hartazgo laboral.

Las organizaciones, por otra parte, pueden contribuir a ambientes de trabajo más felices mediante el uso de espacios lúdicos y reforzamiento de los lazos sociales de cada colaborador. La interacción personal nos vuelve más conscientes de nuestra propia valía y bienestar.