PULSO

 Eduardo Meraz

El 3 de junio, los mexicanos seremos distintos. Para bien o para mal habremos sobrevivido, excepto el millón que perdió la vida en este sexenio por la mediocridad del gobierno, a una de las etapas más oscuras.

Ese lunes -dentro de una semana- sabremos si la decisión adoptada el día previo fue la mejor para todos nosotros y para nuestros hijos y nietos.

Conoceremos cuál será el futuro de la vida democrática, las libertades y derechos individuales y colectivos, escatimados y disminuidos en estos últimos cinco años, terminarán por sernos arrebatados o lograremos rescatarlos para su pleno disfrute.

Sabremos si la voluntad de los votantes se respetará a cabalidad o será sometida por los poderes fácticos oficiales y oficiosos; si finalmente, tuvieron más peso el hostigamiento y las amenazas o, en su defecto, el hartazgo fue más fuerte.

Los días siguientes a la jornada electoral serán, según se han presentado las campañas electorales, difíciles y no exentos de crispación.

Sería lo ideal, pero es casi imposible que haya, de parte de cualquiera de las alianzas, la aceptación de la derrota ante el adversario.

Ojalá los estados de ánimo no se desborden, se seren, tanto en el gobierno como entre los partidos políticos y sus simpatizantes, y dejen a las autoridades realizar la calificación del proceso sin contratiempos.

Lo único cierto es que México será diferente a partir de este día, porque la renovación de poderes traerá una nueva reconfiguración en la integración de las fuerzas políticas y, muy probablemente, a un nuevo pacto social.

De cómo se vayan a conformar los más de 20 mil cargos en disputa, sabremos la dimensión de los retos a futuro.

La personalidad de las dos principales candidatas presidenciales, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez nos revela que son mujeres de carácter.

Sin embargo, la presencia e intervención política del crimen organizado, es un elemento desafiante en extremo; es una hidra con capacidad de cogobernar, como ya lo hace en buena parte del territorio nacional.

Más allá del resultado electoral, los mexicanos debemos ocuparnos de consolidar una pacto social encaminado a desterrar los vicios de los gobiernos del presente siglo, si queremos llegar a nuevos estadíos de desarrollo.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Siguen las muertes en Tabasco de niños y adolescentes. Asesinatos no para dañar al presidente palaciego, sino como manifestación del fin del paraíso.

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@Edumermo