PULSO

 

Eduardo Meraz

A querer o no los morenistas saben y presienten la posibilidad de la derrota. Y como no les gusta perder, ya se preparan para desconocer triunfos de la oposición, sustentándose no en la decisión de las autoridades sino en la voluntad del pueblo.

Así de claro lo aseveró la bastonera de Morena, Claudia Sheinbaum, durante la entrevista que sostuvo con periodistas en el programa Tercer Grado.

Cuando le preguntaron si aceptaría los resultados de las elecciones, fueran cuales fueran, respondió que todo dependía del desarrollo del proceso electoral. Es decir, no aceptará el resultado si este no le favorece.

A pesar de comportarse en dicha entrevista como si ya ocupará la silla presidencial, la decisión de chica de la cola de caballo de no aceptar los resultados electorales, es signo de debilidad personal y fragilidad ante el presidente totalmente Palacio Nacional.

Una derrota del cuatroteísmo sería “frustrante” para el saliente habitante temporal del palacete, lo cual lo podría conducir a adoptar medidas que confirmen ”lo pero que se va a poner”.

Si se concretan los malos augurios para el oficialismo, debemos esperar un verano ardiente y peligroso post electoral, sobre todo si consideramos los brazos armados a los cuales puede recurrir el mandatario, milicia y crimen organizado.

Sin haberse celebrado los comicios, en el actual proceso electivo, ya van 45 políticos asesinados y cientos de renuncias de candidatos y funcionarios de casillas.

La ilegalidad es el terreno donde el cuatroteísmo mejor se mueve, así como culpar a otros de sus fracasos. De ahí la puesta en marcha de sus tácticas de ”fraude” y “golpe de Estado técnico”, en las cuales sustentaría el desconocimiento de las votaciones.

De hecho, a últimas fechas ocupa tales argucias -no argumentos- para atribuir a la oposición prácticas que normalmente Morena tiene grados de maestría y doctorado, pues son los únicos con dinero suficiente para chantajear con los programas sociales y realizar una amplia compra de votos.

Sin embargo, hay condiciones y condicionantes fuera del alcance del presidente palaciego y de quién espera sea su sucesora.

Primero, Sheinbaum carece de la simpatía y arrastre del ejecutivo actual, virtudes que posee de sobra Xóchitl Gálvez.

Segundo, la candidata presidencial opositora no tiene en sus hombros la pesadísima losa sobre sus hombros de un gobierno corrupto, mediocre, incumplido, mentiroso y que ha agraviado a millones de mexicanos, como sucede con la aspirante cuatroteísta.

Me resisto a decirlo, pero no se avecinan buenos tiempos para la tranquilidad y la paz de los mexicanos en caso de que la oposición triunfe, pues veríamos y padeceriamos a un oficialismo lleno de ira, coraje y sin compasión.

El único camino para desterrar los malos augurios es la fuerza de los votos, que cuenten y se cuenten bien.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Al “Palacio de la Pureza” está vedado el acceso de las pruebas y denuncias de corrupción contra cercanos y familiares del mandatario palaciego.

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@Edumermo