• Collares, aretes y pisapapeles son parte de las figuras que ofrece.

Elizabeth Camacho se declara enamorada de los usos, costumbres, tradiciones y riqueza natural de Xochimilco. De su ingenio y de ese amor, nació su proyecto de crear ajolotes de pasta flexible.

“Tengo para adornar los escritorios de las oficinas, los libreros, así como aretes, collares, los cuales promuevo entre los turistas y habitantes. Incluso diseñé un disfraz el cual, uso con el grupo de los huehuenches de San Lorenzo. Me lo pongo y bailó en las festividades populares”, narra con orgullo.

Elizabeth es jefa de familia con dos hijos, Alan y Aníbal, quienes también son parte de este proyecto. El precio de sus artesanías va de los 10 hasta los 120 pesos. Ofrece aretes de cinco centímetro hasta ajolotes de tamaño real de 30 centímetros.

La artesana destaca que para ella, el ajolote es muy parecido a los seres humanos. “Mientras que estos animales regeneran sus extremidades amputadas, tejidos y órganos. Nosotros, renovamos nuestra historia de vida cuando caemos, tal como sucedió durante la pandemia que resurgimos como comunidad tras los contagios por COVID-19”, dice entusiasmada.

Elizabeth es ejemplo de perseverancia e ingenio, además de mantener vivo un profundo amor por su tierra.