Rusia pidió el martes a todos los militares ucranianos que “depongan las armas” inmediatamente y lanzó un ultimátum a quienes defienden la ciudad de Mariúpol para que pongan fin a su “insensata resistencia”.

“No pongan a prueba a la suerte, tomen la decisión correcta, la de poner fin a las operaciones militares y depongan las armas”, dijo el Ministerio de Defensa ruso, dirigiéndose a las fuerzas ucranianas.

“Nos dirigimos a todos los militares del ejército ucraniano y a los mercenarios extranjeros: les espera un destino poco envidiable debido al cinismo de las autoridades de Kiev”, insistió el ministerio.

Por otra parte, haciendo referencia a quienes resisten en la zona industrial Azovstal de Mariúpol, el ejército ruso les prometió que “salvarán su vida” si se rinden.

Concretamente propuso un alto el fuego a partir de mediodía de este martes, para que entre las “14:00 y las 16:00, hora de Moscú, todas las unidades del ejército ucraniano sin excepción y todos los mercenarios extranjeros salgan (de Azovstal) sin armas ni municiones”.

“Pedimos a las autoridades de Kiev que hagan gala de sentido común y den la orden a los combatientes de poner fin a su insensata resistencia”, dijo el Ministerio ruso de Defensa.

Desde el inicio del asedio a esta ciudad portuaria estratégica a principios de marzo, Rusia ha pedido en varias ocasiones a las fuerzas ucranianas que depongan las armas.

La semana pasada, más de 1,000 soldados ucranianos se rindieron en Mariúpol, pero otros centenares, según los separatistas prorrusos, siguen atrincherados en esta inmensa fábrica de Azovstal, desde donde responden a los ataques de las fuerzas rusas.

El martes, un responsable militar de los separatistas del Donetsk, Eduard Bassurin, afirmó que “grupos de asalto” apoyados por artillería y aviación rusas comenzaron una operación en la zona industrial de Azovstal.

Bassurin dijo en la televisión rusa que ningún civil se encontraba en esta zona industrial, una versión que se opone a la de los combatientes ucranianos en el lugar.