Por unanimidad, la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) eligió a Leonardo Lomelí Vanegas como el rector número 35, sucesor de Enrique Graue.
Se trata del primer economista que llegará a Rectoría desde que se fundó la UNAM, en 1910, lo cual pone fin a la hegemonía de los médicos al frente de la máxima casa de estudios, periodo que duró 24 años.
Al ofrecer su primer mensaje como rector designado, Lomelí dijo que en la universidad hay espacio para el diálogo y la cooperación con el gobierno federal, por el bien del país.
El también historiador adelantó que durante su encargo habrá cambios prudentes y sin estridencias que permitan a la institución estar al día, conservando aquello que forma parte sustancial de la UNAM.
Lomelí, quien se desem-peñó como secretario general de la universidad durante ocho años, estudió en ésta desde el bachillerato. Cursó la licenciatura en la Facultad de Economía, mientras que la maestría y el doctorado en Historia también los realizó en la máxima casa de estudios.
El rector designado tomará posesión del cargo el próximo 17 de noviembre, cuando concluye el periodo de Enrique Graue Wiechers.
Lomelí, rector; primer no médico en 24 años
La Junta ponderó detenidamente la calidad, pertinencia y viabilidad del proyecto, la defensa de la autonomía, la libertad de cátedra e investigación.
Por unanimidad, y en el proceso de deliberación más largo en su historia, la Junta de Gobierno eligió a Leonardo Lomelí Vanegas como el rector número 35 y el primer economista que llegará al sexto piso de la Torre de Rectoría desde que se fundó la UNAM en 1910, rompiendo así la tendencia de elegir a médicos como la máxima autoridad administrativa de la UNAM, que mantuvieron una hegemonía de 24 años.
Ayer, la presidenta de la Junta de Gobierno, Gina Zabludovsky Kuper, dio a conocer que Lomelí dirigirá a la UNAM para el periodo 2023-2027, luego de que se valoró su trayectoria, su proyecto de trabajo, su desempeño en la entrevista y la opinión de la comunidad.
“Ponderó detenidamente la calidad, pertinencia y viabilidad del proyecto, la defensa de la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y el compromiso social de la Universidad. De igual manera reconoció el equilibrio entre las propuestas de cambio institucional con la estabilidad para que sigamos siendo una de las mejores universidades del mundo. Se valoró que el plan de trabajo considerara afianzar y promover la democracia universitaria a través de sus instancias colegiadas de participación, representación y deliberación, la erradicación de cualquier forma de violencia y discriminación, y el papel de esta casa de estudios en el entorno nacional e internacional”, dijo.
A las 18:00 horas en punto, de ayer jueves, el pleno de la Junta de Gobierno salió al auditorio de la Torre de Rectoría para hacer el anuncio de quien será el jefe nato de la institución durante los próximos cuatro años, tras 81 días de proceso, confirmando así su tendencia de un rector reelegible para ocho años.
En el mensaje de 5 minutos y medio, Zabludovsky destacó que la Junta aquilató las propuestas para mejorar los planes y programas de estudio de todos los niveles y modalidades, así como la investigación en los diversos campos del conocimiento; consideró que las y los candidatos promovieran el fortalecimiento de la carrera del personal académico, de la salud física y mental de la comunidad y la necesidad de impulsar cambios tecnológicos en la docencia, la investigación, la extensión de la cultura y la administración. También tomó en cuenta la proyección nacional e internacional, tanto de la institución como de sus integrantes y la vinculación con todos los sectores de la sociedad y en la reflexión sobre las políticas públicas.
“Con base en lo anterior, la Junta de Gobierno resolvió que la persona que cumple de mejor manera estos criterios es el doctor Leonardo Lomelí Vanegas”, expuso.
Desde las 11 de la mañana, en la Torre de Rectoría, comenzó el movimiento. La primera señal de “humo blanco” fue la activación de la planta de luz, –que sólo se enciende cuando hay un evento– y las instrucciones que giraron al personal de seguridad de la UNAM para estar preparados para el anuncio.
Conforme transcurrieron las horas, creció la especulación respecto al momento en el que se daría a conocer el nombre del nuevo rector.
A las 14:30 horas llegó la segunda señal: la Junta de Gobierno tomó un receso y sus integrantes salieron a la terraza del piso 3 de la Torre. Excélsior pudo registrar que conversaron unos minutos y hasta se tomaron selfies.
Tres horas después, en sala de prensa donde ya había reunidos varios medios de comunicación, se alertó: “La Junta dará anuncio a las 18:00 horas”.
Como históricamente sucede, previo a su mensaje ante medios, la Junta de Gobierno informó a Leonardo Lomelí su decisión. Tras dar a conocer el nombramiento, los integrantes de la Junta subieron a su oficina de la secretaría general ubicada en el séptimo piso.
El doctor Lomelí, les agradeció el trabajo que realizaron durante el proceso y el ejercicio inédito de reunirse con cuerpos colegiados con los que anteriormente no lo hacían.
En seguida, recibió al director de la Facultad de Derecho, Raúl Contreras Bustamante, quien llegó a felicitarlo y posteriormente bajó a dar un mensaje a los medios de comunicación.
De manera tradicional el rector designado puede invitar a sus allegados a un brindis privado en su casa.
Lomelí tomará posesión en el cargo el próximo 17 de noviembre cuando concluye su periodo el rector Enrique Graue.
Luego del anuncio, un grupo de seis alumnos acudió a la Torre de Rectoría a manifestar su inconformidad por lo que consideró un proceso “antidemocrático”.
Las puertas de Rectoría se cerraron mientras el grupo externó su inconformidad, al tiempo que Leonardo Lomelí ofreció sus primeras palabras como rector designado.
Llega con apertura al diálogo
En sus primeros minutos como rector designado para el periodo 2023-2027, Leonardo Lomelí Venegas, dijo que hay un espacio para el diálogo con el gobierno federal para el bien del país.
Al filo de las 18:35 horas, Lomelí bajó de su oficina de la secretaría general ubicada en el séptimo piso de la Torre de Rectoría, poco después de que la Junta de Gobierno dio a conocer su nombramiento.
“Yo creo que hay disposición al diálogo de parte del gobierno; el Presidente de la República hizo esta semana una declaración en el sentido de que le interesa la Universidad y que le interesa al país, y bueno, nosotros lo suscribimos y creo que hay un espacio para dialogar y para cooperar”.
“Se requiere de un mayor apoyo a la educación, a la ciencia, a la tecnología y a la cultura en general y yo considero, por lo que he visto, por las personas que en este momento tienen la posibilidad de encabezar el próximo gobierno de la República que podría haber una buena disposición para ello, para acompañar este proceso y la Universidad por supuesto estará abierta por su parte apoyar todas aquellas iniciativas que redunden en beneficio del país”, afirmó.
Cuestionado sobre si su rectorado será de continuidad, adelantó que habrá cambios sin estridencias y prudentes que permitan a la institución estar al día, pero también se conservará aquello que forma parte sustancial de la Universidad.
“Entonces va a ser una gestión en la cual se dará continuidad a unas cosas, pero se deberán de emprender cambios también por el bien de la Universidad”, respondió.
Al referirse al tema del presupuesto, el economista expuso que si bien siempre se necesitan más recursos, también se tiene que ser sensible con la realidad del país, y la situación que dejó el huracán Otis, en Guerrero.
“En este momento yo creo que con los recursos que nos ha dado la Cámara de Diputados podríamos sacar adelante nuestros compromisos más inmediatos y ya hacia adelante sería que veríamos necesidades más específicas”, comentó.
Leonardo Lomelí es el segundo universitario que fue ocho años secretario general, después de Efrén del Pozo, quien permaneció por dos periodos en el cargo durante el rectorado de Nabor Carrillo entre 1953 y 1961.
Lomelí ya había intentado ser rector en 2015, cuando fue designado Enrique Graue, quien a su vez, lo nombró como su segundo al mando, desde la secretaría general de la Universidad.
Entonces, el también historiador era director de la Facultad de Economía y con 45 años el aspirante más joven que contendía por la Rectoría.
En 2019, no alzó la mano para participar en el proceso de sucesión, tras considerar que la reelección de Graue era la mejor opción para la máxima casa de estudios, cerrando así filas en torno al rector.
Pero esta vez decidió participar y en su segundo intento para llegar a la Rectoría lo consiguió, convirtiéndose en el tercer universitario que llega a la máxima responsabilidad administrativa de la UNAM, siendo antes secretario general, como José Narro y Francisco Barnés, pero el primero que salta directamente desde la secretaría general hacia la Rectoría.
Leonardo Lomelí es unamita desde la cuna. A los 15 años ingresó a la Universidad, a través de la Escuela Nacional Preparatoria, plantel 9; cursó la licenciatura en la Facultad de Economía, mientras que la maestría y el doctorado en Historia, también los realizó en la UNAM.
Hijo de una maestra del bachillerato de la UNAM, como alumno de la preparatoria le tocó vivir las reformas del exrector Jorge Carpizo para aumentar las cuotas en la Universidad y el nacimiento del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) en contra de la medida.
A sus 53 años, Lomelí es Profesor Titular “B” de Tiempo Completo; es nivel II en el Sistema Nacional de Investigadores y hasta ahora nunca ha salido de la Universidad para desempeñar algún cargo público.
Desmarcado de cualquier grupo o facción al interior o al exterior de la UNAM, la experiencia que acumuló en la secretaría general le permite reconocer que se requiere un rector tanto político como académico y está seguro que tiene la capacidad de tender puentes con la comunidad para resolver conflictos.
Tiene claro que la autonomía siempre se tiene que estar defendiendo, no solamente frente al gobierno, sino ante los intereses económicos que pueden querer influir en el tipo de formación que se brinda en la Universidad, así como de grupos de encapuchados que se montan en protestas legítimas, pero luego las desvirtúan.
Sabe que siempre han existido tentaciones por parte de actores políticos y otros grupos para intervenir en la vida interna de la Universidad, pero confía en que la mayor parte de los actores en la actualidad entienden la importancia de preservar la autonomía universitaria y que los universitarios están en posibilidades de seguir gobernándose a sí mismos.
Con el reconocimiento de que la relación con este gobierno ha tenido sus etapas y los últimos tiempos ha habido menos comunicación, asume la necesidad de mejorarla.
En el plan de trabajo, que presentó ante la Junta de Gobierno, plantea como parte de sus propuestas subsanar los desequilibrios que se han generado en medio del crecimiento de la UNAM, principalmente en el bachillerato, reforzar la participación de la comunidad en la toma de las decisiones más relevantes de la institución a través de sus cuerpos colegiados, buscar incorporar otro tipo de becas para grupos vulnerables, con énfasis en las becas conectividad, atender la salud física y mental de la comunidad y reformar el Estatuto de Personal Académico con miras a establecer mejores condiciones para algunas figuras académicas como los profesores de asignatura y los técnicos académicos.
En diversas conversaciones que sostuvo con este diario, así como en los mensajes que emitió a través de los medios de comunicación universitarios durante el proceso de sucesión que terminó con su designación como rector para el periodo 2023-2027, Lomelí se refirió a la necesidad de encontrar nuevas fuentes de financiamiento, que no sólo provengan de México, sino también de fondos internacionales ante la reducción de apoyos federales para la UNAM.
El sucesor de Enrique Graue, admite que hoy más que nunca México necesita de su Universidad Nacional para contribuir a construir soluciones y plantear cambios donde sean necesarios.