PULSO

Eduardo Meraz

La cercanía para conocer a quienes participarán en la rifa del tigre -la Presidencia de México- ha provocado transfiguraciones en varios de los políticos participantes en este sorteo, ya sean competidores, consejeros, funcionarios, líderes, porristas, creando un ambiente sórdido.

Clima en el cual se mueve como pez en el agua el habitante temporal del palacete virreinal, pues la mezquindad es uno de sus atributos, como quedó demostrado con la aparente sordera para no referirse a los jóvenes desaparecidos, tal vez ya muertos, en Lagos de Moreno Jalisco.

Y con ese pretexto de no escuchar nada contrario a lo que quiere oír, como cuando lo llaman gigante a la altura de Benito Juárez, se sintió sin el deber de ofrecer una disculpa a los familiares de las víctimas y, mucho menos, ofrecer sus condolencias, con lo cual caracterizó el “humanismo mexicano” del cual reclama derechos de autor.

Más de 163 mil asesinatos violentos y alrededor de 43 mil desapariciones durante casi cinco años de supuesta transformación, constituyen una de las etapas más oscuras y sucias en la historia de México en el presente siglo, gracias a la inmoral política de abrazos, no balazos.

Estrategia olvidada por su movimiento en tiempos pre sucesorios, donde la deshonestidad aparece por todos lados, manchando los procesos electivos de los aspirantes a suceder al presidente totalmente Palacio Nacional. El ejecutivo es el principal aportante a este escenario truculento.

Le gusta fingir no tener ningún interés en las candidaturas, tanto del oficialismo como de la oposición, aunque en realidad es el más preocupado por su futuro, que puede oscilar entre el paraíso de “La Chingada” y el infierno de una prisión.

Baste recordar su papel de “destapador” oficial y oficioso de casi la totalidad de los candidatos no candidatos. Y, en el caso específico de Morena, ha cumplido la función de “evangelista”, el escribano de las reglas del juego, para impedir la aparición de impurezas en el método de selección.

No obstante, el sórdido manejo de las “corcholatas” de los distintos grupos morenistas ha generado que prácticamente ninguna haya respetado las normas, pues está en el ADN morenista, lo cual ha motivado se hagan públicas disputas internas, que permanecían soterradas.

Las diferencias entre los pretensos aspirantes a convertirse en el nuevo “bastonero(a)” del cuatroteísmo, cada vez son más evidentes y profundas, restando valor a los llamados a la unidad, cuando es innegable que su interés no está en ganar la encuesta, sino en demostrar quién ofrece mayor grado de lealtad al presi palaciego.

En los próximos días sabremos si la sordera presidencial se traduce en autismo entre los morenistas, al negarse a escuchar las voces de descontento y no mirar el gasto desmesurado realizado por algunas de las corcholatas. Mal que, al parecer ya se incubó en el Instituto Nacional Electoral.

Esperemos que la sordidez no se vuelva la característica principal del proceso electoral 2023-2024, aunque ya se notan algunos síntomas.

He dicho.

 

EFECTO DOMINÓ

El gobierno de EU pidió iniciar un panel de resolución de disputas bajo el T-MEC, por la prohibición en México sobre el uso de maíz transgénico la cual, en opinión del vecino del norte, no se basa en ciencia y socava el acceso al mercado como se pactó en el acuerdo comercial.

 

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