Alejandro Armenta dio su respaldo la política del presidente Andrés Manuel López Obrador para asegurar la soberanía energética de nuestro país, con el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos, la construcción y rehabilitación de refinerías.

Durante una conferencia de prensa, el presidente del Senado mexicano dijo que en los últimos cuatro años se ha logrado lo que se dejó de hacer durante cuatro décadas, para no depender de la exportación de los productos derivados del petróleo.

Expuso que México importa para la industria materias primas para prendas de vestir, fibras sintéticas, acrilanes, poliésteres, los plisados para muebles, tanques, el dacrón para tejidos resistentes; teflones, plásticos y pinturas.

Además de fertilizantes para el sector agropecuario; herbicidas, fungicidas; edulcorantes, preservativos y saborizantes, colorantes para la industria farmacéutica; así como polímeros y biomateriales para fabricar prótesis odontológicas, resinas, acrílicos; “sin contar la gasolina.

Señaló quien se opone a la construcción de refinaría desconoce lo que ocurre en el sector, no sólo en México, sino a nivel internacional.

Alejandro Armenta puso como ejemplo el caso de China, que tiene 179 refinerías. Estados Unidos tiene 135 “y hay todo un escándalo porque Deer Park logró recuperarlo el Presidente Andrés Manuel López Obrador para el beneficio de México”.

El senador agregó que Rusia tiene 40 refinerías; la India tiene 23 y construye la refinería más grande del mundo en este momento, “cuando hay voces que dicen que construir una refinería es regresar al pasado”, insistió.

“Seguramente desconocen todos los usos de la petroquímica, hay que darles clases de petroquímica, hay que regresarlos a la secundaria para que estudien la importancia de la petroquímica en el desarrollo industrial, en todas las cadenas de producción”.

Comentó que las principales naciones del mundo se han preparado con el aprovechamiento de recursos naturales de otros países como México, y a esos países a los que les extraen sus recursos naturales les regresan productos procesados, “lo que es un círculo vicioso de explotación, saqueo, contaminación, enfermedad para nuestros mineros y trabajadores”.