PULSO

Eduardo Meraz

De acuerdo con las declaraciones de Jesús “El Rey” Zambada García son pocos los funcionarios públicos inocentes, no sobornados por el Cártel de Sinaloa o del Pacífico, relacionados con el combate al narcotráfico, a partir del año 2000 y hasta 2008, tanto a nivel federal como en la capital del país sobornados.

Durante el juicio seguido en Estados Unidos al ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna, durante el gobierno de Felipe Calderón, el hermano de “El Mayo” Zambada sostuvo haber entregado cinco millones de dólares a García Luna y 300 mil dólares mensuales a las autoridades de la hoy Ciudad de México.

De poderse comprobar las afirmaciones de Jesús Zambada, prácticamente nadie de los funcionarios de alto rango, a nivel nacional y en la sede de los poderes de la Unión, podrá decir “yo se bien que estoy afuera”.

Es decir, podrían verse involucrados dos ex titulares del ejecutivo federal -Vicente Fox y Felipe Calderón,y dos ex regentes del entonces Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard.

Sin duda se generarán muchas especulaciones sobre el papel de los mencionados, por lo cual serán necesarias también muchas explicaciones sobre su actuación gubernativa de estos cuatro personajes, sobre todo los dos últimos, actualmente con responsabilidades públicas de relevancia.

Y si bien su pasado puede condenar a los cuatro, la ausencia de pruebas contundentes hasta el momento, no los exculpa de su responsabilidad de estar al pendiente de sus colaboradores más cercanos.

De acuerdo con lo narrado por Zambada García, en el juicio que se le sigue en Nueva York, resultaría inverosímil que ninguno de ellos se diera cuenta de los malos pasos en los cuales andaban sus subordinados, sobre todo si nos atenemos a lo expresado por el presidente totalmente Palacio Nacional, de que los ejecutivos -federales y estatales en este caso- no estuvieran al tanto de los ilícitos negocios de sus colaboradores.

Aun cuando es entendible por la temporalidad que comprende el juicio a García Luna, cuando  ocupó altos cargos en la administración pública, no deja de llamar la atención el hueco en torno al lapso de 2012 a 2018.

Sin embargo, queda la impresión de que a partir del presente siglo, el Cártel de Sinaloa o del Pacífico, logró establecer sinergia con los gobiernos de todos los niveles, lo cual permitió convertirse si no en la principal organización traficante de estupefacientes, al menos en una de las más relevantes.

Las alianzas estratégicas con autoridades, por lo visto en los años recientes, trascienden los acuerdos económicos y se han ampliado al ámbito político-electoral, donde la participación “outsider” del crimen organizado se dejó sentir con mayor intensidad, a partir de 2019, permitiendo la consolidación del cuatroteísmo en los ámbitos estatal y municipal.

Para los delincuentes no hay amigos ni vínculos permanentes, sino intereses, por lo cual el apoyo a la hoy clase gobernante, presionada por el gobierno de Estados Unidos, puede verse disminuido o cancelado si deja de ser redituable o pone en riesgo a sus cabecillas.

Una presión mayor de parte del gobierno del país vecino puede derivar en que, a futuro, la tonada de “El Rey” ya no resulte tan agradable para el oficialismo, de cara a las elecciones de 2024.

He dicho.

 

efecto dominó

Si algo muestra el grado de genuflexión al que puede llegar Marcelo Ebrard, es el tuit en el cual agradeció al mandatario cubano Miguel Díaz-Canel el envío de médicos cubanos, que ya han salvado 162 mil vidas mexicanas en 11 entidades de la República”. Ni el IMSS-Bienestar ni el Insabi tienen esos logros

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@Edumermo