Por Joana Elizabeth Salinas, Psicopedagoga especializada en salud laboral y Co creadora de Empareja2

El confinamiento por la pandemia desencadenó síntomas como ansiedad, angustia, estrés y miedo a la pérdida de la salud y del empleo que provocaron un incremento en el número de personas con depresión.

Incluso, existe un llamado generalizado de los especialistas para que sea una prioridad para la salud pública, se garantice un diagnóstico temprano de las afecciones de la salud mental y se otorgue un tratamiento adecuado.

Esta enfermedad tiene un fuerte impacto en las personas en edad laboral y el retraso en el diagnóstico impide que reciban la atención adecuada. Un gran obstáculo para ello es la estigmatización de quien padece depression catalogado erróneamente de un signo de desadaptación

Aunque no se conocen todos los motivos de la depresión, la ciencia demuestra que hay varios aspectos que son muy importantes, como la herencia, aspectos desafortunados de la vida y alteraciones en sustancias químicas del cerebro llamadas neurotransmisores, principalmente serotonina.

Ahora, vale mencionar que durante la pandemia la población se expuso a situaciones extremas que modifican su estado de ánimo y pudieron derivar en depresión. Desde el confinamiento absoluto que hubo en 2020, el miedo a adaptarse a una nueva normalidad, pérdida de un ser querido por la enfermedad, falta de empleo, entrada de nuevas olas de coronavirus, noticias constantes sobre la pandemia y aumento de la violencia en el hogar, generaron sensaciones de incertidumbre, miedo, angustia, tristeza, enojo y dolor.

Las cifras de personas que padecen de depression y ansiedad se elevaron durante la pandemia y en el país sólo una de cada cinco personas que viven con un trastorno mental tienen tratamiento y eso no va a cambiar si no hay más inversión en salud mental.

Vale mencionar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) proyecta que para 2030 el principal motivo de discapacidad en el mundo serán los trastornos mentales. Por su parte, el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) señala que 29.9% de los habitantes mayores de 12 años sufren algún nivel de depresión ocasional, mientras que 12.4% los experimenta de manera frecuente.

Ahora, el cuadro de depresión se caracteriza por un descenso en el estado de ánimo, por la pérdida del interés en actividades que antes se disfrutaban y por que hay menos energía para realizar actividades.

¡Cuáles soluciones se pueden implementar en los centros de trabajo para contrarrestar esta enfermedad? En la siguiente columna menciono algunas exitosas propuestas de diversas empresas.