Categorías
Economía Portada Principal Principales

ABANICO / Conversaciones con sentido

Por Ivette Estrada

¿Cuál es la única diferencia entre las personas que tienen éxito y las que no? Que las triunfadoras saben lo que quieren. Las otras aún no lo deciden.

Hace poco escuché esta anécdota: todos somos hijos de Dios y a todos nos escucha por igual. Sin embargo, hay quien decididamente le indica qué desea mientras otros piden algo y luego deciden que algo más estaría mejor. Es como solicitar un platillo en el restaurante: el triunfador disfruta los alimentos que desea mientras el pobre indeciso recorre una y otra vez la carta sin hallar que saciará su hambre y antojo.

Esto de las ambivalencias viene a cuento con las conversaciones: hay quienes obtienen lo que buscan y otros que parecen dar vueltas en las palabrerías sin obtener nada. Aquí hay una gran verdad: Las personas a menudo no logran alcanzar sus metas conversacionales porque no identifican sus objetivos.

En una conversación existen dos objetivos principales: informativo y relacional. La primera busca datos e informes. La segunda profundizar la interacción con los demás. Y muy a menudo se emplean ambas.

Tal identificación resulta crucial para no perder los objetivos. Entre más específicos seamos al determinarlos, existen más probabilidades de obtener una conversación exitosa.

Ahora, ¿qué es una conversación exitosa? Aquella en la que logramos nuestros objeticos. Sin embargo, en general mantenemos el concepto en la ambigüedad o en una irracional criba intuitiva: “¡a ver que sale de todo esto!”. La respuesta la podemos anticipar: nada, nada de lo que quisieras porque olvidaste dar un rumbo deliberado a las palabras y conceptos emitidos, nada porque deseñaste la información y disparadores emocionales que podrían dar sentido a lo que divulgaste.

Tenemos entonces palabras claves: Objetivos, emisiones de palabras y conceptos deliberados, empleo de las emociones y anécdotas que impactarán a la audiencia.

Un mensaje se construye de una parte racional (logos) integrada por datos, estudios y frases de expertos, el componente emocional (anécdotas) y un emisor que representa la credibilidad o ética. La unión de estos tres elementos conforma los mensajes más convincentes.

Así, ¿para qué queremos hablar? Esto contradice la narrativa “natural” del parlanchín que habla por hablar. Debemos ajustarnos a los objetivos de la conversación y a la preparación para lograr los impactos de información y relacionales e, incluso, porcentaje de ambos objetivos.

El confinamiento generado por la pandemia mundial de Covid-19, conformó en cada uno de nosotros el análisis racional del uso de recursos, como el tiempo. La conversación en tiempos inciertos, como el que ahora vivimos, se vuelve más consciente y estratégico. Así, la pregunta clave, antes de iniciar una conversación, es: ¿qué deseo obtener de este diálogo?

Si no existen objetivos previstos, será una conversación fallida. Y a la inversa. Vamos pues por las conversaciones exitosas.

 

Categorías
Economía Portada Principal Principales

PORTAFOLIO / La venta ilegal de datos

Por Alan Ramírez Flores, CEO de Coperva.

Página Web: www.coperva.com

El nombre, dirección, grado de estudios, placas, incluso números de tarjetas de crédito fueron algunos de los datos que están a la venta en sitios web sin que las personas lo autoricen.

Por la naturaleza de esta información, se trata de una violación a la privacidad, intimidad y seguridad de la ciudadanía perpetrada por tres sitios web que aseguran tener datos como CURP, RFC, registro de vehículos, inmuebles, juicios, antecedentes penales o listas negras del SAT. Se trata de auxiliarjuridico.com, dateas.com y buholegal.com.

Los costos para acceder a esta información van desde 259 pesos hasta los 105 mil.

Ante esto, las empresas de todos los sectores deben respetar la información de los usuarios. Esto garantizará la eficiencia de la digitalización en todos sus procesos pero también blindará sus marcas de malas prácticas.

Hasta ahora, quienes quedaban exentos de obligaciones en la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares eran las Sociedades de Información Crediticia o Burós de Crédito, pero ya se decretó la inconstitucionalidad y a partir del 1° de diciembre de 2021 también ellos deberán respetar la información crediticia y financiera de los usuarios, en especial el ejercicio de sus derechos de Acceso, Ratificación, Cancelación y Oposición.

La resolución implica que las instituciones crediticias no podrán continuar con el uso indiscriminado de datos. También constituye un precedente para reconsiderar los criterios en el tratamiento y la protección de estos, de acuerdo con estándares y principios internacionales que eviten su violación y la de otros derechos fundamentales como la privacidad o intimidad de las personas.

Por supuesto, esto implica un gran reto para las empresas que deben lidiar con estrategias para el manejo seguro de datos.

Por otra parte, vale reconocer que el consumo, clasificación, vinculación y uso apropiado de los datos incrementa su dificultad. A la par, existe un aumento exponencial del volumen de información no estructurada proveniente de fuentes como la web, redes sociales, dispositivos móviles, sensores e Internet de las Cosas.

Como resultado, resulta fácil cometer errores como usar o revelar inadvertidamente información sensible oculta en datos anonimizados, por ejemplo. Estas consideraciones son importantes para los líderes empresariales para cumplir las normas sobre privacidad y también para prevenir riesgos para la reputación.

Aunque en México no existe un reglamento al respecto, convendría mirar los principios rectores del manejo eficiente de datos de la Unión Europea en el que se pormenorizan principios como licitud, justicia, transparencia, limitación de la finalidad, minimización de datos, exactitud, limitación del plazo de conservación, seguridad y responsabilidad.

Tales principios están en la primera regulación a gran escala dirigida a proteger los derechos de los individuos relativos a la información personal. El control que pretende otorgar a los individuos sobre su información, como el derecho a exigir su eliminación o a conocer qué datos posee una compañía sobre la persona, no tiene precedentes.