Durante la reunión de los Estados para abordar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), el embajador mexicano ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, quien encabezó la segunda mesa de trabajo, destacó la importancia de preguntarse cómo y qué debe hacerse para prohibir este tipo de armamento.
Al evento realizado en Nueva York, se convocó a expertos científicos y representantes de organizaciones gubernamentales, quienes abogaron por la necesidad de renovar la narrativa en torno a la eliminación de las armas nucleares como opción para resolver conflictos, buscando el compromiso de gobiernos y sociedad a nivel mundial.
Por su parte, Moritz Kuett, asesor científico del TPAN, hizo un llamado a ser más críticos en la verificación del desmantelamiento de instalaciones nucleares donde se llevan a cabo ensayos.
Subrayó la importancia de disuadir a otros gobiernos de mantener tales instalaciones, enfocándose en demostrar su reutilización para fines civiles y asegurando su eliminación.
Por otro lado, Richard Lenaine, asesor sobre armas nucleares en el Comité de la Cruz Roja, enfatizó la necesidad de impulsar una narrativa que sensibilice al mundo.
“Tenemos que centrarnos en las consecuencias humanitarias devastadoras del uso de las armas nucleares y la incapacidad que tenemos para responder, las consecuencias son catastróficas y para nosotros en la Cruz Roja es imposible responder ante las consecuencias”
Destacó la importancia de lograr una sinergia entre los objetivos del tratado y el respaldo de los estados parte y la sociedad.
Los especialistas coincidieron en la importancia de erradicar las armas nucleares sin hacer excepciones.
Se hizo hincapié en que el derecho internacional de los derechos humanos se aplica de manera igualitaria a las armas nucleares, y se instó a dejar claro que las supuestas excepciones basadas en argumentos de disuasión o seguridad no son justificables.
Hidehiko Yuzaki, gobernador de la prefectura de Hiroshima, subrayó la necesidad de considerar tanto la seguridad nacional como la seguridad humana.
“Existe la seguridad nacional, pero también existe la seguridad humana, si estalla una guerra nuclear puede que haya algunos países que sobrevivan, pero la gente no sobrevivirá”, advirtió.
El diálogo continuará a lo largo de la semana en la segunda reunión de los Estados parte del TPAN, con la expectativa de firmar una resolución que incluya acuerdos específicos al final de la semana.