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EN PRIMERA PERSONA/ Futuro y retrospectiva de un jurista

Por Rufino H. León Tovar, Magistrado Presidente de la Primera Sala en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje.

En todas las narrativas, el hilo conductor son los credos y pasiones. Así está hilvanada mi historia.

El primero de junio mi nombre aparecerá en la boleta para elegir a los cinco integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, uno de los dos órganos que remplazarán al Consejo de la Judicatura Federal. En retrospectiva, mi vida parece muy lejana.

En el verano de 1986, crucé por primera vez las aulas de la Facultad de Derecho de la UNAM. Concretaba, así, uno de mis grandes anhelos.

Provengo de Conejos, un pequeño pueblo del Estado de Hidalgo. Ahí viví mis primeros años y conocí de cerca la pobreza. Ahora me enfrentaba por primera vez a la Ciudad de México, a sus mitos, temores y retos.

Fueron años en los que corría del trabajo para comer algo antes de clases, caminaba con mis amigos por las islas, escuchar las espléndidas cátedras.

En el séptimo semestre de la licenciatura obtuve el cargo de jefe de departamento y antes de concluir la carrera fui subdirector Jurídico del entonces Departamento del Distrito Federal.

Comencé a obtener diversos cargos en la administración pública. En 1998 asumí la dirección general del Instituto del Taxi. Después fui director general de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Seguridad Pública y este mismo cargo lo tuve en la Secretaría de Desarrollo Social.

Más tarde me desempeñé como director general de transportes eléctricos y en 2012 me nombraron secretario de Movilidad en la CDMX. Luego, en 2016, regresé a mi natal Hidalgo para ser secretario de Movilidad y Transporte por dos años.

En cada trabajo busqué mejorar la vida de las personas. Así logré el abatimiento de los taxis piratas, implementé el alcoholímetro, integré corredores cero emisiones y trolebús, realicé planes integrales de movilidad y regulé las empresas de redes de transporte (ERTs) como Uber, Didi, Cabify y otras.

También formulé iniciativas de leyes en materia administrativa, seguridad pública, transporte y movilidad…Mi norte siempre fue que la legalidad y el Derecho fuera una realidad.

Ahora tengo la oportunidad de defender a los trabajadores del gobierno federal y de la CDMX. Representar a los trabajadores más vulnerables, los de menores ingresos, los que realmente impulsan la Cuarta Trasformación de México, es una de las tareas más trascendentales que poseo y que me recuerdan momento a momento mi pasión y misión de vida.

Creo que México necesita un sistema de justicia que sea más accesible y comprensible para las personas. Por encima de formalismos y cargas procesales se debe privilegiar el Principio de Realidad, donde las normas jurídicas deben estar en consonancia con la realidad social, económica y política de una sociedad.

Ahora tengo 30 años de experiencia en la administración pública, soy Licenciado en Derecho por la UNAM y tengo una Maestría en Derecho Constitucional, pero más allá de una trayectoria en justicia laboral y prestigio, poseo visión y propuestas del sistema de justicia. Esa es mi pasión y credo. Es lo que sostiene mi historia y lo que definirá mi futuro.

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ABANICO/La transición del SEO al AEO

Por Ivette Estrada

La forma en que las personas buscan productos en línea cambia drásticamente. Los motores de respuesta como ChatGPT, Perplexity y Gemini ahora brindan respuestas instantáneas y completas a las consultas de los usuarios. ¡Ya no se necesita navegar por varios sitios web! Esto presenta grandes desafíos y oportunidades para el comercio electrónico.

El usuario ya no se desgasta en recorrer páginas y páginas de soluciones y marcas. Emplea los asistentes de buscadores para conocer las mejores propuestas. El comercio electrónico, entonces, apuesta por mejorar el contenido para los motores de búsqueda. Simultáneamente, sin embargo, busca mantener un valor genuino para los usuarios.

La estrategia de optimización de contenidos estructura la información del producto para dar respuestas directas a las consultas que realizan los clientes a través de plataformas como ChatGPT y Perplexity. A esto se le llama AEO. Va más allá del SEO tradicional.

Se centra en las consultas, conversaciones y procesamiento del lenguaje natural.

Entonces se requiere crear contenido que coincida con las preguntas que realizan los clientes sobre productos, precios, características y comparaciones. Para ello conviene seguir un esquema y “traducir” la información a un lenguaje natural.

También conviene conectar la información de productos en el sitio de comercio electrónico para que los motores de respuestas pueden consultar para obtener respuestas precisas.

En si, la eficacia de AEO se basa en la creación de contenido claro y estructurado que aborda directamente las preguntas de los clientes y, al mismo tiempo, mantiene los patrones de lenguaje natural.

Los motores de respuestas utilizan sofisticados algoritmos de IA para interpretar las consultas de comercio electrónico con comprensión contextual. Estos sistemas analizan la intención de búsqueda, los atributos del producto y las preferencias del usuario para generar

El enfoque de optimización de los motores de respuestas difiere significativamente de las prácticas tradicionales de SEO, lo que requiere una adaptación a los nuevos comportamientos y tecnologías de búsqueda.

En el SEO tradicional la longitud de consulta se limita a tres o cuatro palabras. La optimización del motor de respuesta es una frase conversacional. El formato de contenido es la página web mientras para el AEO son los fragmentos de datos estructurados. Tradicionalmente se generan respuestas con múltiples resultados mientras en el sistema avanzado aparece una respuesta única directa.

Así, escribir para los motores de respuestas implica privilegiar un contenido claro y estructurado con respuestas directas a preguntas específicas. Los artículos largos optimizados para palabras clave pasaron de moda.

Herramientas como Answer Socrates y la sección Relacionados de Perplexity.ai pueden ayudar a descubrir las preguntas más comunes que los consumidores hace sobre productos análogos a las marcas que se manejan en una plataforma de comercio electrónico.

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ABANICO/ El laberinto digital de los 70

Por Ivette Estrada

70% de las iniciativas de transformación digital fracasan según la consultora McKinsey, mientras la tasa de fracaso puede llegar hasta el 84%, dice Forbes.

Entre las principales razones se encuentran la falta de una hoja de ruta bien definida, subestimación de la complejidad del proceso y la falta de compromiso y apoyo por parte de la dirección. Y mientras esto ocurre, el fantasma de la fatiga digital ronda a las corporaciones y el 70% de los adultos a nivel mundial ya la padecen.

La Inteligencia Artificial Generativa, el Regtech o tecnología regulatoria y la tecnología climática, establecen los cambios más trascendentales en las empresas. Y el 70% de ellas planean incorporar alguna de estas herramientas en los próximos 12 meses, pero el mismo porcentaje de trabajadores tiene fatiga digital, una enfermedad caracterizada por vista cansada, picor de ojos y/o irritación ocular, molestias y sequedad ocular, visión borrosa y dolor de cabeza, cuello u hombros.

Paradójicamente, aunque ahora “vivimos conectados”, las estrategias digitales en las organizaciones fallan. Una de las razones menos estudiada es la natural reticencia a adoptar cambios.

La fatiga digital en las transformaciones es real. La gente está cansada y quiere volver a sus antiguos flujos de trabajo. Si bien este malestar también podría deberse a un error de arquitectura por parte de TI, todas estas transformaciones se reducen a la gestión del cambio.

Así, el primer reto es conseguir la aceptación de la transformación digital por parte de los equipos de trabajo desde el principio.

Asumamos esto: Las personas son criaturas de hábitos. Por ello, muchos duden en cambiar sus sistemas y procesos existentes. Sin una estrategia clara de gestión del cambio para alinear al equipo, las implementaciones de nuevos procesos o empleo de herramientas tecnológicas pueden ser lentas, estancarse o incluso fracasar por completo.

Un problema reiterativo en las organizaciones es la falta de voluntad de los colaboradores para cambiar los flujos de trabajo.

Ahora, es importante remarcar que la transformación digital no es un problema tecnológico, se trata de entender cómo trabajan realmente las personas, no cómo creemos que deberían trabajar.

En este proceso, el dinero rara vez resuelve estos problemas. Pueden fracasar proyectos de 50 millones de dólares, mientras iniciativas de 500 mil dólares transforman departamentos enteros. La diferencia es entender el elemento humano antes de abordar el uso de la tecnología.

Entonces, para que las transformaciones digitales funcionen desde una perspectiva cultural, es necesario que los líderes de una organización adopten o fomenten el cambio

En general los empresarios centrados en los «trabajos diarios» a menudo no entienden que el éxito de un proyecto requiere mayor compenetración.

«Personas, procesos y tecnología» es una frase común que los líderes de tecnología utilizan cuando discuten los elementos críticos de una transformación. Pero el verdadero enfoque, a nivel general en empresas de todas las geografías, es centrarse invariablemente en la gente.

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ABANICO/ La anatomía secreta del líder

Por Ivette Estrada

Existen características que acompañan a los grandes líderes a través de distintas geografías y tiempos. Son los factores que conforman a quienes logran inspirar y catapultar el talento de los otros sin perder perspectiva, misión y rumbo. Es la anatomía secreta de quienes logran cambiar el mundo y generar historias más felices.

Durante mucho tiempo asumimos que se trataba de dones fortuitos, otorgados a predestinados. Sin embargo, cuando miramos en retrospectiva, hallamos esos seres en personajes próximos. La heroicidad y la admiración siempre estuvieron ahí.

¿A quiénes solemos seguir, a quien creemos y admiramos? Es momento de reconocer los liderazgos que transforman nuestra vida, en mirarlos lejos de estereotipos impuestos. Los humanos que tienen el poder de guiar a los demás pueden tener distintos rostros y nombres, pero los hermana una característica: tienen una alta credibilidad. Esta se construye con verdad y congruencia.

Aunque nadie sabe definirla con certeza, la autenticidad es el primer rasgo para confiar en alguien. Responde a la unicidad que cada uno de nosotros posee. No es fingir o tratar de emular a otros. La conexión que existe con la otredad se da a través de la empatía y no con una proclividad a agradar a los demás. No es un disfraz de simpatía. Es pura y cruda verdad.

Y si. También existe congruencia entre lo que se piensa, dice y hace. Esta articulación refuerza el sentido de verdad que todos buscamos en medio de la incertidumbre que llena nuestras noches y días.

Esas características primordiales del líder no son las únicas. También solemos comprometernos más con quienes dejan su ego e intereses personales en pro de los demás, de una causa que nos una o el bienestar general de una agrupación o sociedad. Tiene nuestro apoyo quien logra mirar a los otros antes de enaltecerse a sí mismo. El verdadero liderazgo es servicio.

Así, un líder sabe que todo se trata de la misión, de un propósito profundo y el impacto positivo de la organización, llámese empresa, familia o grupo. Para ello, no tiene miedo de asumir riesgos. Se prepara cada día y momento a momento para aprender de sus errores y tiene la humildad de buscar ayuda y aprender de los demás.

El líder de mayor rendimiento nunca se considera a sí mismos como expertos o el más inteligentes. Es humilde y se acepta como ser vulnerable.

Esa vulnerabilidad es admitir que puede errar, tener problemas, dudar e incluso experimentar miedo. Pero nunca huye cuando hay un problema. Es el primero en estar cuando algo sale mal, se mantiene firme en las irrupciones.

En general, suele analizar con calma la causa raíz de una situación y ajustar los factores que inciden en ella.

Los líderes con mejor desempeño tienen una visión a largo plazo.

Todos hemos tenido grandes líderes en nuestra vida, pero es posible que en el momento no los hayamos reconocido como tales ni hayamos percibido su trascendencia en nuestras acciones y vida. A veces es un jefe o maestro. En mi caso fueron mis padres. Siempre ellos.

 

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ABANICO/ Creador de mercado, profesión al alza

Por Ivette Estrada

La innovación está acotada. El 80% de las nuevas ideas sólo se restringen a cambios incrementales mientras los mercados se limitan a transformaciones dentro de ellos. Sin embargo, hay quienes deciden romper las barreras autoimpuestas y conformar nuevas plazas.

Estos creadores son profesiones con alta demanda y paradójicamente son muy escasos, especialmente en economías emergentes, donde abundan los mercados incipientes e inexistentes.

Los nuevos “magos” parten de productos y servicios complicados y costosos para volverlos simples y asequibles. Luego los hacen llegar a las personas. Estos empresarios disruptivos crean una fuerte alianza entre descubrimiento y logística.

Para lograr establecer este nexo se requieren dos características.

El Grupo de Investigación de Prosperidad Global en el Instituto Clayton Christensen para la Innovación Disruptiva, develó los rasgos de los creadores de mercados.

Uno esencial es la humildad o apertura al aprendizaje. “Mirar todo con ojos de aprendiz” implica no aferrarse a una hipótesis inicial, sino confiar en el proceso continuo de aprendizaje y error. También es abrazar el aprendizaje continuo.

Aunque parezca raro, la humildad es una característica que no poseen muchos líderes empresariales porque estamos imbuidos en una cultura binaria de éxito y fracaso.

Un ejemplo de este tipo de empresa es Google, sustentado en el aprendizaje continuo a través de sus programas de formación interna, iniciativas de desarrollo profesional, cultura de Innovación y experimentación y evaluación y retroalimentación continua-

Otra de las características de estos creadores de mercados es el pensamiento sistémico, Es decir, fragmentar una idea para ver cómo llegar  al usuario final. No se trata de concentrarse en la solución, sino en percibir las barreras subyacentes para que sea asequible. Implica abordar todos los puntos de distribución y logística.

Por supuesto, en este proceso pueden aparecer barreras no imaginadas en distintos puntos de la gestión, como impedimentos financieros o estructurales. Se trata de crear la infraestructura subyacente para respaldar un producto y la plaza recién creada.

Entonces, la capacidad de pensar en sistemas complejos sea crítica.

Un ejemplo es Toyota, reconocida mundialmente por su enfoque en la producción ajustada (Just-In-Time, JIT) y la gestión de la calidad total (TQM), ambos fundamentados en el pensamiento sistémico.

Producción ajustada (JIT), gestión de la Calidad Total (TQM), Kanban y los ciclos de retroalimentación y la colaboración y participación de los empleados son áreas en las que se emplea el pensamiento sistémico en esta empresa.

Algunos de los creadores de mercado son Uber, Airbnb, Netflix y Amazon.

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ABANICO/ Metamorfosis del marketing digital

Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró frente a frente con la mercadotecnia digital. Era una transformación articulada por Inteligencia Artificial y marketing personalizado, estrategias para integrar el contenido visual, ascenso del comercio electrónico social, adaptación de HBO al videojuego de culto y otros. Era un cambio monstruoso.

La inteligencia artificial (IA) era un componente esencial del marketing digital. Podía analizar grandes volúmenes de datos, las empresas lograban personalizar sus estrategias de marketing de manera más eficaz. En tanto, los algoritmos de IA permitían a las marcas segmentar su audiencia de manera precisa, ofrecían contenido relevante y ofertas adaptadas a las preferencias individuales de los consumidores.

Asimismo, con el aumento del consumo de contenido en plataformas digitales, el contenido visual se posicionó en una pieza clave de las estrategias de marketing. Las imágenes, videos y gráficos se volvieron más atractivos y fáciles de digerir para los usuarios. Entonces se transformaron en herramientas efectivas para captar la atención del público.

Plataformas como TikTok e Instagram fomentaron la creación de videos cortos, altamente compartibles y atractivos. Imperaron las infografías, historias de marca y los anuncios se volvieron espectaculares.

Mientras tanto, Samsa veía apabullado la integración de ventas en plataformas de redes sociales, con un aumento significativo en popularidad. Los consumidores ahora podían descubrir y comprar productos directamente a través de sus redes sociales favoritas, lo que simplificaba el proceso de compra.

Así, las empresas creaban catálogos atractivos en sus perfiles de redes sociales para mostrar sus productos, promocionaban encuestas, concursos y contenido interactivo para aumentar el engagement y conducir a conversiones.

Por otra parte, con la popularidad de asistentes virtuales como Siri, Alexa y Google Assistant, la búsqueda por voz modificó la forma en que los consumidores buscan información. Este cambio requirió que las estrategias SEO se adapten para incluir frases más naturales y conversacionales.

Mientras esto ocurría, los consumidores se volvieron cada vez más conscientes de la sostenibilidad y el impacto ambiental de sus decisiones de compra. Las marcas que adoptaron prácticas sostenibles y comunicaron sus esfuerzos de manera efectiva, lograron diferenciarse en un mercado saturado.

Prevalecieron estrategias como la transparencia en la cadena de suministro, marketing de causa, contenido educativo.

Para terminar con la inusual metamorfosis, Samsa advirtió que comenzaban a proliferar los influencers sintéticos o virtuales. Estos personajes digitales, creados mediante tecnologías avanzadas como inteligencia artificial y programas de diseño, interactuaban en redes sociales de manera similar a los influencers humanos, generaban contenido, establecían relaciones con seguidores y colaboraban con marcas.

Samsa supo entonces que tales cambios generarían esperanza en el futuro. Y decidió no morir. Era enero del 2025.

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ABANICO/ El menguado sentido de pertenencia

Por Ivette Estrada

La  “renuncia silenciosa” que comenzó a manifestarse en las economías desarrolladas encendió los focos empresariales sobre el nivel de compromiso mostrado por sus colaboradores.

La primera acción global consistió en “conectar” la misión empresarial con los objetivos de cada uno de los trabajadores. Esta acción incluso implico la auto reflexión empresarial de qué hacemos y para qué. Se “desempolvó” de manera activa la misión organizacional.

Hoy esto no basta. Se siguen descubriendo “hoyos negros” en la aportación de cada trabajador a la compañía. El verdadero compromiso se desdibuja y reduce iniciativas de innovación, productividad e intra emprendimiento. En la desmotivación emergen diferentes razones.

Una resulta lógica y sorprendentemente inadvertida: ser la segunda opción en la selección de contratación o ascenso. En términos coloquiales y certeros se dice “ser plato de segunda mesa”.

Es decir, los empleados que no son la primera opción a menudo se sienten desconectados en el trabajo. Impera en ellos un sentido de “no suficiencia” que mina las capacidades y aportaciones.

Nadie está exento de ser percibido como “menos”. Hasta el legendario actor estadounidense Al Pacino lo experimentó con Paramount cuando dubitativamente le otorgó el papel de Michael Corleone en «El Padrino». Los ejecutivos de los estudios querían a Marlon Brando, Warren Beatty o Robert Redford.

¿Qué ocurre cuando los empleados se enteran de que no fueron la primera elección en la contratación?

Las personas se sienten menos integradas socialmente en sus grupos de trabajo. Sienten que pertenecen menos y esto los hace sentir más distantes de sus compañeros de trabajo. Por ende, limitan sus aportaciones e iniciativas. Acortan el “100 por ciento” de entrega. Incluso inadvertidamente.

El contumaz significado silente de ser la segunda opción es “no eres suficiente. Es posible que fracases”. Se desvaloriza.

Esa incomodidad hace que los trabajadores de segunda opción sean reacios a pedir orientación y retroalimentación, lo cual es fundamental para mejorar el rendimiento, especialmente en las primeras semanas y meses de un trabajo.

Se sienten intimidados, inadecuados, no bienvenidos, rechazados, juzgados…se instala entonces el síndrome del impostor o se distancian del grupo…

La solución ante esto es impulsar liderazgos altamente incluyentes y pedir ideas de manera directa para destrabar la reticencia a dar más o “inmiscuirse”.

Cuando los líderes son más inclusivos, los empleados de elección alternativa están más comprometidos y son más proactivos. Los efectos negativos de ser la alternativa se debilitan, pero no se erradican.

Sin embargo, conviene presentar al empleado al equipo compartiendo los atributos o la experiencia laboral que los hacen una buena opción, pedirles su opinión e incorporar sus ideas. Hacer ver a los demás que confías y valoras al nuevo empleado. Y compartir experiencias personales, tal vez también sobre ser un desvalido, puede construir una buena relación.

Y todos experimentamos, en algún momento de nuestra vida, la reticencia a “dar más” cuando hay segregación o se corren rumores de un inminente despido, por ejemplo. La pregunta clave no es ¿me quieren aquí? sino ¿deseo estar aquí? Si es así, entonces ¿qué puedo aportar?

El valor no está en las canonjías que se consigan, sino en nuestra capacidad de enriquecer la percepción, conocimientos y posibilidades de los otros.

Es verdad que todos quisiéramos ser “la primera elección” en la vida de alguien o en las oportunidades laborales. No es grato asumir que “llegamos de refilón”. Empero, todo ocurre por razones que no siempre están a la vista. Y es muy posible que lo que nosotros mismo, cuando tomamos una decisión inercial, hayamos concluido que fue lo mejor que pudo ocurrir.

Somos nosotros, no las circunstancias, los que conformamos el sentido de ser. La pertenencia es difusa, ambigua y un tanto voluble. No es definitoria.

 

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ABANICO/ Adiós 2024

Por Ivette Estrada

Desde Navidad aparece un clima de certidumbre y certeza que se impone a los vericuetos de la agenda pública. Es una tregua contundente y silente en la que asumimos otra oportunidad y nuevo principio de vida.

Fin de año es reflexión y nueva era que estará marcada por las reflexiones y vivencias. Se apaga la estridencia de celebraciones estereotipadas y emerge el soliloquio más contumaz. La vieja pregunta sobre nuestro sentido de vida aparece. Es la lucecita centellante y eterna que reaparece en los parteaguas de vida: ¿por qué estoy aquí? Y en torno a nuestra misión de vida o Contrato Sagrado gravitan nuestros momentos trascendentales y nimios.

Los tres sellos, vida, muerte y tiempo, a finales de año parecen cobrar un mayor protagonismo, por ello una nostalgia persistente y acuciosa, aunada a la celebración, el sentido de unidad y la esperanza que no se restringe a los credos cristianos. Materialmente es preludio de primavera.

La larga noche se desprende. De la magia nocturna solo permanecemos nosotros, los seres hechos de polvo de estrellas. En el nuevo año que reaparecerá en el calendario generaremos una proeza que nunca logramos antes.

Puede tratarse de algo tan maravilloso y único como recitar las tablas de multiplicar a un niño, componer una canción con la imaginación, hablar con Dios en el patio de la casa, pintar una barda, confeccionar una galleta o arreglar un mueble…

En la medida que nos reconocemos como seres únicos, con una trascendental misión de vida, aprendemos a valorar las pequeñas acciones, los momentos que forjan nuestra historia. Abrazamos la idea que lo importante no es lo que nos divide del resto de los seres, sino lo que nos hermana con ellos.

El éxito, entonces, ya no es una sarta de elogios y banalidades sino el recocijo íntimo de la serenidad y gratitud.

Termina el año. Los diarios nos endilgarán una serie de hechos contundentes transcurridos en ese lapso. Pero en realidad, lo que queda, es el auto concepto, todo aquello que nos permitió transmitir a los demás conocimiento, felicidad, esperanza o alegría.

Bendita la paz que está dentro de cada uno, la proclividad a perdonar errores y omisiones de otros y nosotros. Bendita nuestra libertad de respirar e imaginar.

Que en este prefacio del nuevo año, en cada uno de nosotros existe gratitud y memoria, que honremos nuestra vida y raíces, que nos confiramos el don de amar. Y Dios, cualquiera que sea su nombre, guie nuestra vida.

 

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ABANICO/ El controvertido nexo entre automatización y religiosidad

Por Ivette Estrada

Avances tecnológicos parecen incidir en menores prácticas religiosas a nivel global.

La frase puede ser altamente cuestionable, pero vale establecer que la espiritualidad no se restringe a ciertas prácticas, lenguajes ni rituales. Incluso, las manifestaciones ostensibles de fe. No requiere iglesias ni preceptos clericales.

Así puede aceptarse un amplio declive mundial de la afiliación religiosa y la identidad. En Estados Unidos, por ejemplo, el 70 por ciento se su población manifestaba pertenecer a una iglesia, sinagoga o mezquita en 1999. En 2020 la cifra se redujo a 47 por ciento según la consultoría de opinión Gallup.

A esto se suma que distintos estudios establecen que cuanto más expuestas están las personas a las tecnologías de automatización, más débiles son sus creencias religiosas. Argumentan que la relación no es una coincidencia.

Investigadores y filósofos reflexionaron sobre la conexión entre la ciencia y la religión durante muchos años. Incluso se habló de la contribución de la ciencia al «desencanto del mundo», es decir, a la sustitución de las explicaciones sobrenaturales del funcionamiento del universo por otras racionales y científicas.

Ahora la IA y la robótica pueden influir en las creencias de las personas de una manera que la ciencia en general no lo hace según un estudio de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago.

Otros dos estudios, uno que comparó la religiosidad y el stock de robots industriales en las áreas metropolitanas de Estados Unidos y otro que exploró la relación entre la exposición ocupacional a la Inteligencia Artificial (IA) y las actitudes y prácticas religiosas entre los empleados de una planta fabril que incorporaba tecnología de IA, respaldaron el vínculo entre la automatización y el declive religioso.

El impacto de la automatización en la fe religiosa puede tener que ver con  el valor «instrumental» de la religión. Es decir, recurrir a agentes sobrenaturales y profesionales religiosos para resolver problemas que están más allá del alcance de la capacidad humana. Ahora estos suelen resolverse con la automatización.

Sin embargo, la Tecnología de Información aún no puede tener un papel relevante en la definición de moralidad, aunque se presupone que cada vez gane participación en ello.

Por otra parte, debe remarcarse que la disminución de la religiosidad no incide en el arraigo y profundidad de la vida espiritual de cada persona.

Así, aunque la automatización tiene un marco de aplicación muy amplia y día a día incrementa capacidades de creación y producción, en la religión está un sentido ético moral. El pragmatismo de la vida común catapulta las bondades de la automatización y sus tecnologías, pero la religiosidad permanece en las raíces de nuestras idiosincrasias y credos.

Y aunque varíen radicalmente las maneras de establecer nexos con la Divinidad, sea cual sea el nombre que le impongamos, siempre subyace en la introspección, silencio y en los tres sellos: Vida, tiempo y muerte.

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ABANICO/ Publicidad del mañana

Por Ivette Estrada

Adivinar el futuro puede guiar a mejores decisiones y catapultar los aciertos de una marca. Por ello, el  estudio Marketing Strategy & Media Investment 2024 -2025 de Interactive Advertising Bureau (IAB), presenta las pautas de transformación continua en las estrategias publicitarias. Esto en medio de un entorno cada vez más digitalizado.

En la medida que los anunciantes priorizan ahora tanto la construcción de marca como la adopción de canales digitales, logran fidelizar a audiencias en un mercado saturado y altamente competitivo. Este enfoque en la digitalización subraya cómo los canales online dejan de ser una opción complementaria para convertirse en un pilar fundamental de las estrategias de marketing.

En este contexto, el uso de datos propios (First Party Data) cobra gran relevancia, especialmente ante la eliminación de las cookies de terceros y el aumento de regulaciones de privacidad. Esta tendencia exige a las marcas desarrollar capacidades internas de recolección y análisis de datos. Se asegura así una conexión más directa y personalizada con los consumidores.

De manera simultánea, la ética y transparencia en el manejo de datos se consolidan como elementos esenciales para construir confianza y lealtad. También permiten cumplir con las expectativas de los consumidores sobre la protección de su privacidad.

La adopción de tecnologías emergentes, por otra parte, en la que destaca la Inteligencia Artificial (IA) y la Realidad Aumentada (RA), también se convierten en una prioridad estratégica, ya que permiten a las marcas optimizar campañas y personalizar experiencias a gran escala.

Estas tecnologías no solo aportan eficiencia operativa, también posicionan a las marcas en la vanguardia de la innovación digital. Así ofrecen una ventaja competitiva para aquellas que las integran de manera efectiva en sus estrategias de comunicación y engagement.

En cuanto a la medición, los anunciantes afinan sus métricas para capturar el impacto de sus campañas en cada etapa del funnel. Esta atención a la precisión en la medición responde a la necesidad de evaluar el impacto de las campañas de forma integral, especialmente en un entorno omnicanal que exige optimización en tiempo real.

Por otra parte, las campañas con influencers y creadores de contenido ahora demuestran ser eficaces en captar la atención de audiencias específicas y generar engagement, lo que las consolida como herramientas clave dentro de las estrategias de marketing digital.

Finalmente, los anunciantes enfrentan desafíos significativos debido a factores externos como la inflación, regulaciones en el mercado publicitario y crecientes demandas de sostenibilidad y responsabilidad social. Estos elementos requieren que las estrategias sean adaptables y alineadas con los valores y expectativas sociales, lo que le proporciona a a las marcas una oportunidad para destacarse mediante un enfoque ético y consciente.

En suma, el éxito en 2025 dependerá de la capacidad de las marcas para equilibrar innovación, ética en el manejo de datos y adaptabilidad ante un entorno regulado y en constante cambio. La construcción de marca se vuelve una tarea fundamental del futuro inmediato.