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CONTEXTOS/ Abogado corporativo en la era digital

Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

Los desafíos legales se expanden y un departamento jurídico de alto rendimiento es más importante que nunca.
Los nuevos medios de colaboración, el aumento de la financiación de litigios y los avances en la tecnología cambian el ecosistema legal. Los desarrollos tecnológicos, por ejemplo, aumentan el volumen de datos a procesar, permiten arreglos de trabajo remoto, requieren nuevas medidas de seguridad y agregan habilidades tecnológicas a las necesidades de talento del departamento.
La inteligencia artificial, por ejemplo, puede acelerar el proceso de redacción de documentos legales mediante investigación automatizada, traducción, generación de documentos y otros. Los algoritmos de lectura automática de hoy en día también pueden revisar miles de documentos en minutos y dan a los abogados más tiempo para análisis y asesoramiento de alto valor.
Por otra parte, muchas empresas con presencia global están expuestas a nuevas olas de litigios provocados por litigantes profesionales que desarrollan estrategias elaboradas para presentar sus demandas, incluida la selección de jurisdicción y el uso del marketing en línea para llegar a posibles demandantes. La tendencia se acelera por una creciente industria de financiamiento de litigios que ahora tiene más de 11 mil millones de dólares para financiar reclamos a nivel mundial.
A menudo, estas demandas toman la forma de procedimientos masivos similares a las demandas colectivas. Los ejemplos recientes incluyen reclamos de contaminación del aire, violaciones antimonopolio y violaciones de los datos personales de los consumidores.
Los ataques también se pueden lanzar en el contexto B2B: más empresas ahora ven los litigios como una forma de luchar por la cuota de mercado y mantener a raya la competencia. Los reguladores litigan para hacer cumplir los estándares, y una nueva generación de litigantes de consumidores habilitados digitalmente buscan una compensación para sus clientes.
Mientras tanto, más organizaciones sin fines de lucro están demandando en nombre de otros, y utilizan procedimientos judiciales para impulsar el cambio social y proteger el medio ambiente, especialmente con respecto a las emisiones de dióxido de carbono.
Además de prepararse para defender a sus empresas contra demandas, se debe adoptar un enfoque preventivo y con visión de futuro para los riesgos legales.
Al tratar de contratar, desarrollar y retener al mejor talento, los departamentos legales corporativos deben competir con los bufetes de abogados y el sector público, aunque muchos graduados en derecho no consideran que los puestos internos sean su primera opción. Muchos creen, correctamente, que las promociones dentro de un departamento legal pueden ser raras. Cada vez más, los puestos en los rangos medios y superiores ahora son ocupados por abogados de la práctica privada.
Sin embargo, algunas empresas están haciendo que los roles sean más atractivos al abrir trayectorias profesionales y oportunidades de desarrollo de habilidades. Las carreras en un departamento legal corporativo generalmente comienzan de tres a cinco años después de la graduación y alguna capacitación en un bufete de abogados.

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La propuesta pacífica de AMLO para resolver el conflicto Rusia-Ucrania

En agosto se llevará a cabo una ronda negociadora sobre el conflicto Ucrania-Rusia en Arabia Saudita, donde no fue invitado el gobierno ruso, la cual está programada para el 5 y 6 en la Ciudad de Yeda. El objetivo de Ucrania, para esta reunión, es construir una coalición de apoyo diplomático con los países del sur global como India, Brasil y Sudáfrica, en donde también está invitado México. Incluso China, la segunda economía más grande del mundo, asistirá a esta reunión.

En este contexto, el Presidente López Obrador señaló, en su conferencia mañanera, que México participará en la solución al conflicto entre Rusia y Ucrania en Arabia Saudita, si hay una aceptación tanto de Ucrania como de Rusia de buscar opciones para alcanzar la paz.

Vale la pena destacar que, desde el año pasado, el Gobierno de México presentó ante la ONU una propuesta para las negociaciones entre Rusia y Ucrania, que considera al papa Francisco, al Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres y el primer ministro de India, Narendra Modi, quien es el primer mandatario más popular del mundo.

A mi consideración, el Presidente Andrés Manuel tiene la autoridad moral para ofrecer una propuesta humanista con el fin de resolver el conflicto en Ucrania, dado que es el segundo mandatario más popular del mundo con el 64 por ciento de aprobación.

Y para entender la postura del Presidente, López Obrador, es fundamental entender el origen del conflicto entre Ucrania y Rusia, por ello ofreceré, como siempre, un poco de contexto histórico y geopolítico.

El conflicto entre Ucrania y Rusia, realmente, no surge el 24 de febrero de 2022, en donde el Presidente ruso Vladimir Putin ordenó una operación militar en Ucrania para preservar sus intereses de seguridad nacional y geopolíticos. Realmente el detonante del conflicto fue en 2013, con el inicio de protestas en Ucrania contra la propuesta del entonces Presidente, Víktor Yanukóvich, considerado por occidente como un aliado de Vladimir Putin, de suspender del Acuerdo de Asociación entre Kiev y la Unión Europea (UE). Esto preocupó a grupos ultraderechistas ruso-fóbicos ya que la suspensión del Tratado de Asociación significaría fortalecer las relaciones económicas y comerciales con la satanizada Rusia.

Por lo consiguiente, surgió el Euromaidán o la Revolución de la Dignidad un movimiento que, en 2014, terminó derrocando al Presidente Yanukóvich. Ante el temor de la llegada de un gobierno de ultraderecha antirruso los separatistas prorrusos –apoyados por Rusia– en Crimea hicieron un referéndum de independencia y Rusia tomó el control de la península. Como resultado, el gobierno de Kiev (la capital de Ucrania), apoyado por EE. UU., no reconoció la anexión de Crimea y la consideró como “territorio ocupado”. Desde ese entonces existe una guerra entre Rusia y Ucrania, sin embargo, este conflicto fue retomando protagonismo con la llegada del Presidente Joe Biden a la Casa Blanca.

Incluso antes de la operación militar de Rusia en Ucrania, el Presidente Putin puso sobre la mesa sus preocupaciones e intereses: 1.- No hacer miembro, a largo plazo, a Ucrania en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); 2.- respetar los acuerdos de Minsk; 3.- respetar su seguridad nacional, y 4.- parar el genocidio contra etnias rusas.  El último punto no fue respetado.

Aunado a ello, el conflicto se fue agudizando porque Rusia se anexionó, en 2022, cuatro regiones más de Ucrania como Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk, esto luego de realizar referendos en cada zona, los cuales fueron ampliamente condenados por EEUU y sus aliados.

Pero tampoco podemos ocultar los intereses geopolíticos de Rusia en Crimea y Donbass: punto geoestratégico para controlar la ruta marítima de la salida del mar Negro al Mediterráneo y, por otro lado, donde se encuentran pletóricas reservas de gas y petróleo.

Dicho lo anterior, es necesario que en las negociaciones estén todos los actores involucrados, incluyendo a Estados Unidos, para que realmente se resuelva el conflicto desde la raíz, con el objetivo de buscar la estabilidad de los pobladores en las regiones afectadas por la guerra.

Por ende, creo necesario que en la próxima reunión en Arabia Saudita, se tiene que considerar los orígenes del conflicto, ya que los 10 diez puntos que se abordarán como la integridad territorial de Ucrania, la retira de las tropas rusas, la seguridad nuclear, no son suficientes para alcanzar la paz.

En fin, como dice nuestro Presidente, Andrés Manuel López Obrador, “no queremos acostumbrarnos a esa guerra que está causando la perdida de muchas vidas”, por ello es fundamental que las demás naciones se sumen a los esfuerzos para lograr un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania.

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ABANICO/ ¿Dónde está la felicidad?

Por Ivette Estrada
La búsqueda de la felicidad no es nueva. Aristóteles escribió sobre la eudaimonia o arte de vivir de manera virtuosa hace más de 2.000 años y cada vez más personas están enfocadas en lo que pueden hacer para ser más felices.
Sin embargo, no existen grandes métricas objetivas para la felicidad. Las encuestas y análisis de texto con palabras positivas son las métricas más empleadas hasta ahora. También se opta por preguntas a amigos y familiares e, incluso, se indaga qué hacen las personas felices de manera diferente. Hay estudios causales para hacer que las personas no tan felices repliquen conductas de quienes poseen mayor bienestar y luego se verifica si funciona. En suma: la ciencia de la felicidad aparece como bastante incipiente.
Recientes estudios develan que existen muchos mitos alrededor de la felicidad. Así, se presupone que ciertas cosas nos conducirán a la felicidad, pero muchas de ellas no logran incidir en ella. Son espejismos.
Uno de esos factores míticos es el dinero. Las personas a menudo eligen su trabajo en función de qué salario va a ser el más alto, pero más dinero sólo nos hace más felices si vivimos por debajo del umbral de la pobreza, por extraño que esto parezca.
Ahora, los bienes materiales también son engañosos. Creemos que una casa o un coche nuevo nos hará sentir bien. Y si lo hará: aunque por un período muy corto de tiempo. Luego nos acostumbraremos más rápido de lo que pensamos y dejará de impactarnos positivamente.
Otro espejismo de la felicidad es que las buenas calificaciones nos harán más felices. Pero no es así. En la primaria y secundaria quienes tienen las mejores notas también poseen los niveles más bajos de autoestima y los niveles más bajos de optimismo en muchos casos.
Y si esto no da la felicidad, ¿cuáles caminos nos llevan a ella?
Una gran cosa que a menudo descuidamos es la importancia del tiempo libre. Ashley Whillans, profesora de la Escuela de Negocios de Harvard, muestra que cuanto más dinero renunciamos para obtener tiempo, más felices somos. El problema es que a menudo perdemos tiempo para obtener dinero.
Otro gran predictor de felicidad es el tiempo que pasas con otras personas y el tiempo que pasas con las personas que te importan.
Asimismo, somos más felices cuando estamos orientados a los demás, preocupándonos por los demás más que por nosotros mismos. Las personas que dan más a la caridad y las personas que pasan más tiempo como voluntarios, tienden a ser más felices que las personas que no lo hacen.
Finalmente, un camino hacia la felicidad es a través de ser más consciente. No es ningún secreto que los monjes budistas y otras personas que practican la atención plena tienen una cierta alegría tranquila sobre ellos.
En sí, los caminos que llevan a la felicidad son tomarse el tiempo para la conexión social, tener un tiempo libre, descansar y ser conscientes.
También vale enfatizar que el logro no necesariamente conduce a la felicidad en la forma en que pensamos. Sin embargo, la oración, también llamada meditación en movimiento, si tiene efectos positivos en cada uno.
En suma: la felicidad no es inaccesible pero viste de cotidianeidad y humildad y está más cerca de lo que creemos.

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ABANICO/ Cinco tendencias de las redes sociales para pescar mayor mercado

Por Ivette Estrada

En el océano de oportunidades actuales, la mercadotecnia actual no podría existir sin las redes sociales. El 90% de los Chief Marketing Officer (CMO) reportan que generarán retornos de inversión (ROI) positivos con ellas y que representan una herramienta esencial para pescar reconocimiento, vinculación y ventas.

Sin embargo, las redes sociales se reconfiguran día a día a la par que lo hacen las expectativas de mercado. Estas son las cinco tendencias más relevantes:

  • Desarrollar una comunidad online ya no es opcional. Se requieren grupos fuertes en línea para posicionar las marcas. Incluso, 9 de cada 10 mercadólogos consideran este desarrollo esencial para generar una exitosa vinculación con sus públicos y catapultar el reconocimiento de sus marcas.

Asimismo, al menos una de cada cinco usuarios de redes sociales participó en una red social en los últimos tres meses.  El 22% incluso reportó una participación activa mientras el 20% ingresó a alguna de ellas.

Las mejores plataformas para desarrollar una comunidad on line son Instagram y Facebook, ambas con 25% cada una, seguidas de YouTube (14%), Tik Tok (10%), Twitter (7%) y LinkedIn (6%).

 

  • Representan el futuro del comercio electrónico. Aplicaciones como Instagram, Pinterest y Tik Tok permiten mostrar los productos en la vida real y son ideales para el eCommerce, pero las plataformas más populares para los equipos de marketing porque tienen el ROI más alto e integran las herramientas de venta más avanzadas son Instagram y Facebook.

Las redes sociales que generan el ROT más alto en ventas directas desde la aplicación son Instagram (33%), Facebook (25%), YouTube (18%), Tik Tok (12%) y Twitter (6%).

El mayor desafío que las marcas enfrentan al vender en redes sociales es generar confianza en los consumidores y esto se logra al ser empresas legítimas, tener una política flexible de cambios y devoluciones de mercancías, alta calidad de productos y ciberseguridad y buen manejo de datos personales entre otros.

 

  • Se convierten en canales de atención al cliente. El 76% de los CMO afirma que las marcas ya ofrecen oficialmente el servicio de atención en redes sociales mientras los usuarios incrementan sus contactos de atención al cliente a través de las redes sociales.

En el último trimestre el 23% de quienes lo hicieron corresponden a la generación Z, Millenialls el 18%, Generación X también 18% y Babi Boomers y Generación silenciosa 4%.

 

  • Búsqueda en redes sociales es más popular respecto a los motores de búsqueda. Incluso, una cuarta parte de los consumidores entre 18 y 54 años acuden a las redes sociales como primer punto de referencia a la hora de buscar información sobre marcas. En el caso de la generación Z el porcentaje se dispara hasta el 36%.

Más aún, el 89% de los mercadólogos consideran la búsqueda de redes sociales como un componente importante de la estrategia.

En redes sociales el 55% de las personas busca a otras personas (58%), contenido interesante (57%), marcas (32%), ideas e inspiración (32%) y productos y servicios (32%).

 

  • Predilección de microinfluencer respecto a las celebridades. Los microinfluencers y los creadores de contenido se considera que tienen un gran potencial para diseñar campañas altamente segmentadas.

Las principales plataformas para lograrlo son Instagram (27%), Facebook (19%), YouTube (18%), Tik Tok (15%), LinkedIn (6%) y Twitter (5%).

Es momento de preparar nuestras redes para pescar todas las oportunidades que el mercado actual ofrece.

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ABANICO/ ¿Poder o amor? Los dos tipos de lenguaje

Por Ivette Estrada

La elección de palabras puede catapultar nuestra confianza y poder ante los demás…o sembrar la desconfianza e incertidumbre.

Cuando los comunicadores parecen más seguros, aumentan su poder de convicción a una audiencia compuesta por los directivos de una organización, equipo de trabajo, posibles inversores o grupo de alumnos.

¿Cómo logramos que nuestra audiencia sea más propensas a escuchar, cómo aumentamos la capacidad de persuasión? Hablar con confianza. El titubeo, las ideas dispersas y mal articuladas generan confusión y renuencia. En cambio, “hablar con poder” convence y se convierte en una herramienta esencial de seducción.

El lenguaje poderoso tiene cuatro características:

La primera es deshacernos de los setos.

Cuando alguien dice «alrededor», «discutiblemente», «creo», «generalmente», «más o menos», «tal vez», «presumiblemente», «rara vez» o «generalmente», se blinda de los errores. Expresa incertidumbre de una manera u otra. Entonces, la cobertura socava su impacto, porque al compartir pensamientos o recomendaciones, simultáneamente remarca que no tiene seguridad en lo que expresa. El mensaje subyacente es que “no vale la pena lo que digo”.

La segunda clave del lenguaje poderosos es usar definidos.

Es decir, emplear palabras tajantes como «definitivamente», «claramente» y «obviamente», que eliminan cualquier atisbo de duda. Estos «definitivos» hacen más que señalar una falta de incertidumbre. Indican que las cosas están claras. Proyectan confianza y hacen que los oyentes sean más propensos a seguir recomendaciones o puntos de vista.

El tercer elemento del habla poderosa es no dudar.

En el habla cotidiana, la mayoría de nosotros decimos cosas como «uh», «mmm» y «er» mucho. Usamos este tic verbal común cuando estamos recogiendo nuestros pensamientos o decidiendo qué decir a continuación. Pero cuando se usa con demasiada frecuencia, pueden debilitar lo que se expresa.

Finalmente, convertir el pasado a presente genera más impacto.

El tiempo pasado sugiere que algo era cierto en un momento dado para una persona en particular. Decir «La solución funcionó bien» indica que se pensó que la solución era efectiva cuando la implementaste. El tiempo presente, diciendo «funciona bien», por ejemplo, sugiere estabilidad, algo más general y duradero de lo que se está relativamente seguro. No solo funcionó bien en el pasado, sino que también lo hará en el futuro.

Ahora, vamos al lenguaje “amoroso”. Este convence de manera diferente. Es mostrarse a un auditorio más agradable, simpático y confiable. Se emplea para pasar desapercibido, evitar llamar la atención y posicionarse como una persona genuina.

Es conveniente cuando se es nuevo en un grupo, cuando la misión no es destacar sino aprender de un entorno determinado y cuando se quiere actuar con humildad. Si el lenguaje poderoso es para imponer puntos de vista y directrices, el lenguaje amoroso es para gustar.

Y el lenguaje amoroso emplea un tono suave y pausado, es breve, el tono empleado es positivo, reduce el habla a una tercer parte y los demás se enfoca en la escucha efectiva. Se trata de estimular a los demás a comunicarse y ponerse en un casi invisible segundo plano.

¡Cuándo se debe emplear uno u otro lenguaje? Depende de que se quiera proyectar: ¿dominio del tema o accesibilidad, fuerza o dulzura? Son trucos de lenguaje que no deben desetimarse. En el lenguaje no verbal el poder se proyecta con una figura erguida mientras la cabeza ladeada caracteriza al lenguaje amoroso.

 

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ABANICO/ El poder de la vergüenza en la cultura corporativa

Por Ivette Estrada
La cultura corporativa se afianza con emociones como el orgullo, pero también la vergüenza. Las pautas de conducta y decisiones no certeras o reprobadas por las normas y valores de una organización, tienden a eliminarse con la reprobación tácita, el rechazo silente y la triste certidumbre de que erramos.
En general, los sentimientos de vergüenza son tan abrumadoramente negativos que permiten establecer normas y conductas sociales.
La vergüenza es una punzada que nos hace sentir que nuestro sentido de pertenencia no es tan seguro como pensábamos. Un comentario fuera de lugar, hablar cuando no nos corresponde o incluso un gesto puede “reprobarnos” ante un grupo social. Cuando esto ocurre en el ámbito laboral, aprendemos “a la mala” lo no acertado.
Por ello, los gerentes que desean establecer o restablecer la cultura de su oficina, necesitan comprender la vergüenza y el papel que desempeña en la normatividad del comportamiento humano.
En términos muy simples: Afecta lo que la gente hace y lo que evitará hacer. Es decir, puede ser algo que alinea a las personas con los objetivos de la organización, pero también se logrará percibir como algo que crea problemas.
La mayoría de los estudios anteriores sobre la vergüenza se centran únicamente en la persona que la experimenta, pero no hay mucha información que la centre desde la perspectiva de los demás o cómo transmite normas sociales e influencia silenciosamente a las personas para evitar el mismo ostracismo o censura.
Nadie habla de la vergüenza porque es una emoción que ninguno queremos experimentar. Sin embargo, subyace en muchas de nuestras pautas de conducta y acciones. Es una fuerza invisible que tratamos de ignorar. Pero desestimarla no la aniquila ni sirve para forjar una cultura laboral. En la medida que la percibimos y regulamos puede tener un positivo impacto en las normas y políticas que queremos cimentar.
Dado que la pertenencia es uno de los impulsos fundamentales de los seres humanos, la vergüenza nos ayuda a monitorear y protegernos contra la devaluación social. Es excepcionalmente fuerte en la información que transmite sobre lo que es socialmente apropiado o inadecuado en un contexto determinado.
Incluso, se asume que es una de las emociones más poderosas para normar la alineación. Sin embargo, la inefabilidad inherente a ella misma no logra que se tengan estudios más contundentes de cómo analizarla.
Hasta ahora, la comunicación organizacional logra explotarla para fortalecer la cultura de una organización al compartir experiencias de algunos miembros del grupo, tanto anécdotas de orgullo como aquellas que quisiéramos olvidar.
Una de las sombras corporativas es la vergüenza. Ignorarla no la desaparecerá, pero tampoco permitirá que se refuerce la cultura de una empresa. Hay que empezar a observarla y determinar cómo puede ayudarnos a generar conductas más propias en los centros de trabajo.

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ABANICO/ ¡Hola extraño!

Por Ivette Estrada
Muchas veces olvidamos el poder de las palabras. Una conversación nos acerca, genera complicidades, nexos y acuerdos, pero también crea ideas, placer e incluso redime y sana.
No es extraño, entonces, que una joven de veintitantos años tenga cinco millones de seguidores en TikTok con una sola habilidad: escuchar. Plantea preguntas insólitas a un auditorio heterogéneo que queda subyugado ante cuestionamientos como «¿Quién fue tu primer amor y por qué te enamoraste?» o «¿Cuándo te sentiste más débil?»
Los videos con un promedio de 30 a 40 segundos son profundos y, al igual que el proyecto fotográfico Humans of New York, la serie de videos aludido se basa en la idea de que todos tienen una historia que contar, pero que pocas de esas narrativas van más allá de un pequeño círculo. También enseñan una que todos queremos compartir perspectivas y percepciones con los demás.
Sin embargo, somos renuentes a entablar una conversación o hacer un cumplido genuino a alguien, aún de nuestro círculo cercano. Paradójicamente, gran parte de nuestro cerebro, la parte grasa sobre nuestros ojos, lo que se llama neocórtex, está designado para la cognición social. Y es lo que nos hace únicos de otros primates. Sin embargo, nos ignoramos unos a otros sistemáticamente.
Ahora, sí logramos reconocer que la soledad y el aislamiento representan un riesgo para la salud ¿por qué callamos?¡Necesitamos interactuar entre nosotros! La conversación nos hace más felices y disfrutamos más al interactuar con otros.
¿Por qué somos renuentes a hablar con extraños? En general, la gente asume que los demás simplemente no están interesados en hablar, por lo que no inician una conversación, y piensan que disfrutarán más de su viaje si se mantienen callados. Lo más grave: callamos también con personas de nuestro círculo cercano.
Muchos de quienes integramos la generación X, por ejemplo, crecimos con la consigna familiar de “no hables con extraños”. Sin embargo, la vida nos enseñó algo simple y al mismo tiempo significativo: nunca sabes cuántas ideas, impresiones, momentos gratos y nuevos amigos potenciales existen. El universo es nuestro hogar.
En los estudios sociales realizados por diversas universidades, se encontró que las personas imaginan más opciones negativas que positivas al iniciar la conversación con un extraño. El consejo es no presuponer nada. No crear expectativas de ninguna índole. Limitarse al momento.
También el blindaje contra una mala experiencia es esencial: Cuando tratas bien a las personas, tienden a devolver el favor. Cuando dices hola, probablemente te responderán. Por lo general, actuamos de manera recíproca. Pero debido a que tendemos a evitar las interacciones con extraños, rara vez sentimos cuán poderosa y común es la reciprocidad en conversaciones, aún con extraños.
Un abordaje con buenos resultados es hacer un cumplido genuino. En general, somos más proclives a abrirnos con aquellos que nos regalan un comentario lindo.
El regalo de la conversación es maravilloso y un tanto exiguo.
Pero si queremos disfrutar más de nuestras experiencias cotidianas, debemos hablar con los demás. No estamos exentos de que alguien, en algún momento, rehúse devolvernos el saludo. Pero por todo el placer y sabiduría que obtenemos de muchas personas, alentemos la conversación. Hablemos con desconocidos…y con quienes están muy cerca.

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ABANICO/ Despedir quimeras

Por Ivette Estrada
La inquietud los anuncia. Son aquellos que ya no forman parte de nuestra realidad, idiosincrasia y anhelos, pero aún quedan agazapados en los recuerdos, obstinados en no marcharse, en martillear en el silencio todo lo que vivimos con ellos. Son relaciones apagadas e indescriptiblemente reacias a desvanecerse del todo. Obcecaciones que no logramos despedir. Rémoras que hieren… círculos que no logramos cerrar.
Temía que llegara la noche. Entre las sombras y el silencio se fortalecían ellos, los seres que no quiero nombrar ya. Desplegaban momentos idos, conversaciones que fueron, imágenes de lo que ya no sería. Una tortuosa noche me rehúse ya a permanecer insomne y repasar sus nombres.
Convoqué entonces a los zombis de mis relaciones: desde la insoportable “amiga” que ya no quería más en mi cotidianeidad ni futuro a la hermana que rehúsa verme y contestar mis llamadas e, incluso, a un romance creado en la imaginación con quien un día sí y otro también decidía terminar conmigo para luego volver.
Bueno: era tiempo de concluir anclada a quimeras. Llamé a cada uno en mi imaginación. Con diferentes diálogos le dije a mi hermana que ya no la perseguiría más, que siempre la amaría y que era libre de cualquier atadura emocional o familiar conmigo. Asumí que era un ave vibrante que se desprendía feliz de mis manos y volaba a los confines deseados por ella. Ni siquiera mi mirada acompañó su trayectoria. Se fue. Fue una certeza que me llenó de infinita paz.
Después él. Reconocí lo importante que fue para mí. Lo trascendente que resultó escuchar mi nombre en su voz. Descarapelé a punta de realidad y hechos concretos el castillo de fantasías que tuve con él. Pude decir, con asombrosa tranquilidad: “no me quiso”, pero le agradecí todo lo que viví con él y por él. Asumí entonces que el capítulo estaba concluido. Ya no más vivir relaciones de altibajos y zozobra. Eso finalizaba al fin, después de un largo lapso de autoengaño.
Por último, le dije adiós a mi “amiga”. Pude comprender sentimientos de envidia, resquemor y celos. No quería un fardo así en mi vida. En este caso la bloquee por completo de redes sociales y teléfono. A diferencia de los otros dos casos, en los que prosiguió una gran serenidad, la sensación que prevaleció fue de inmediato alivio.
Ya no existen espíritus que desvelan y hieren. Se fueron. La vida continua. Vuelvo a dormir, a amar al silencio, a caminar sin llantos y no lamentar nada.
Creo que muchas veces mantenemos relaciones “vegetativas” o zombies. Da miedo asumir que dejaron de ser o nunca existieron. Se teme cortar de tajo lo que duele porque creemos que “así debe ser”. Sin embargo, una de las voces de Dios, que nos dice que hay cuestiones intolerables, es la emoción que aparece ante determinados hechos: ¿inseguridad, angustia, temor, ansiedad? Es hora de cerrar círculos.
Y una forma de decir adiós no es necesariamente confrontar a nadie. Simplemente es generar un ritual donde se cierre metafóricamente nuestra energía a otro ser. No es necesario explicar. Basta con que uno mismo lo entienda o asuma. Este proceso no es racional, sino intuitivo y emocional. La racionalidad aparecerá después…

 

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ABANICO / Indiferencia: el alto precio de callar

Por Ivette Estrada
El silencio tiene un alto costo para las marcas. Aquellas que decidieron “callar” y abandonar la interacción con sus públicos durante la pandemia, hoy tardarán hasta 4.5 años en recuperar el posicionamiento de mercado que tenían antes de 2020. Hoy, quienes desestiman los problemas sociales, se vuelven irrelevantes para los consumidores.
Aunque a nivel global reconocemos que deseamos trabajar en una empresa alineada a nuestros valores de vida, también tendemos a privilegiar marcas con objetivos alineados a los nuestros. La incógnita es: ¿por qué las empresas no dejan clara su postura sobre temas sociales relevantes?
El 55% de las marcas no divulga su postura sobre problemas que afectan a la sociedad. Paradójicamente, las audiencias claves esperan que el CEO de la empresa si comunique su postura sobre temas sociales relevantes.
La respuesta es que las marcas evitan la confrontación, sobre todo en mercados altamente polarizados. Se detecta un apasionamiento tal, que hoy es factible entablar peleas verbales aún en la mesa. Entonces, las marcas enfrentarán un campo minado político si no tienen cuidado.
Sin embargo, el silencio genera una percepción de alejamiento, indiferencia o frialdad.
La disyuntiva es clara: ¿hablar o callar? ¿Hablar! Y para ello deben considerarse posiciones sociales y de política pública que podrían ser estratégicas e inteligentes. Sin embargo, las marcas tratan de determinar si deben hablar y cuándo, sino que también analizan si tienen o no la autoridad y la capacidad para hacerlo.
Es decir: Las marcas son muy conscientes de que emitir declaraciones sin respaldarlas con cambios reales, pueden ser despreciadas por «lavado de propósito» o «señalización de virtud», lo que comúnmente tildamos de hipocresía. Hoy, más que nunca, se fortalece la tolerancia cero para los gestos no respaldados por la acción. Lo que está en juego es la reputación, el bien que representa hasta el 60% del valor de una marca.
Por ello, incluso las empresas con mayor conciencia social tienen cuidado con las posturas de defensa sobre ciertos temas.
Callar, sin embargo, implica adentrarse a un mercado indiferenciado, débil, anodino y sin personalidad. Las marcas con tales estigmas tendrán hasta 60% más de problemas para destacar en los anaqueles y pisos de ventas.
Así, conviene preparar a los voceros de las organizaciones e institucionalizar en qué casos tomar una postura social y cómo abordarla.
Existen marcos para las crisis «tradicionales» como los problemas operativos, mala conducta ejecutiva, incluso activismo de los accionistas. Pero no existe aún una planificación de escenarios para elaborar estrategias sobre los riesgos, recompensas y respuestas con respecto a la comunicación de los valores de una marca.
Urge delinear las políticas de expresión corporativa. En tiempos de gran indefinición, polarización y recesión no debe prevalecer el silencio. Las mordazas autoimpuestas pueden dañar a grados no imaginados.

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ABANICO/ Santidad o placer

Por Ivette Estrada

Tendemos a dividir el mundo, personas y acciones en un simplista maniqueísmo: buenos o malos, blanco o negro, placer o pecado. Rara vez avanzamos por la línea intermedia o el umbral del equilibrio. Asumimos de manera errónea que no existen convergencias felices, que el bardo es una falacia.
Esto ocurre en todo. También en lo que ingerimos: nos desplazamos al placer organoléptico o rehuimos, como avezados penitentes, la carne. ¿Y si nos convertimos en flexitarianos? Abrazar la flexibilidad subyuga.
Resulta ser una invitación inusual, pero implica concientizarnos de lo que comemos y de la trascendencia que tiene nuestra elección en el efecto invernadero. Privilegiar comer más plantas, pero al mismo tiempo, no recortar ningún tipo de alimentos, es una opción que diluye la dicotomía santidad o placer. Es tener lo mejor de ambos mundos.
Comer alimentos de origen vegetal la mayor parte del tiempo, es ser flexitariano. Este tipo de dieta ofrece beneficios dramáticos para la salud, como un menor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes, también es una medida personal para combatir la crisis climática. Pero es flexible: la gente puede adoptar este régimen que acepta ingerir ocasionalmente la carne.
¿Qué quieres comer? Esa respuesta tiene infinidad de implicaciones no sólo sobre el propio organismo y la salud, sino también sobre las condiciones ambientales. Conforma nuestro entorno y, en gran medida, el mundo futuro. Resulta tan trascendente la dieta que da origen a múltiples corrientes de consumo. Estas son algunas de ellas:
Veganismo se refiere a una dieta totalmente basada en plantas sin carne, lácteos u otros productos animales. El vegetarianismo, en cambio, si admite lácteos y huevos, aunque no la carne. El pescatariano, en tanto, acepta la ingestión de plantas, lácteos y huevos, también pescado y otros mariscos, pero no de la carne.
El climatario, por otra parte, es elegir alimentos basados en reducir su huella de carbono, por lo que se evita la carne de res y cordero, mientras el reducetarian es disminuir al mínimo el consumo de carne en cualquier forma y el flexitariano, al que ya aludimos, implica una dieta basada principalmente en plantas, aunque ningún alimento está fuera de los límites. También se llama dieta vegetariana a tiempo parcial.
¿Por qué insistir en consumir vegetales? Porque una dieta basada en plantas sin procesar reduce el riesgo de enfermedades crónicas, como diabetes y enfermedades cardíacas. Incluso ciertos tipos de cáncer como el de colon y el de próstata. Incluso, puede revertir potencialmente las enfermedades cardíacas o diabetes.
La elección de nuestra comida no se limita al impacto en nuestro organismo: el sistema alimentario es responsable de un tercio de las emisiones globales que se emiten cada año, Esta estimación tiene en cuenta todo el ciclo de vida del cultivo y la producción de alimentos, incluido su transporte por todo el mundo.
Así, criar y alimentar grandes cantidades de ganado es el mayor contribuyente a la huella de carbono, y la carne de res es el alimento más intensivo en clima seguido de la de cerdo y aves de corral.
Ahora, los cambios graduales o «pequeños» en las dietas pueden lograr mejor la pérdida y controlar el peso en comparación con cambios más abruptos y drásticos en la dieta.
En suma: Ser menos rígidos en lo que consumimos nos permite seleccionar mejor, ser más amigables con el planeta y reafirmar nuestra noción de libertad y placer. Optar por la línea intermedia. Así que reitero: ¿quieres ser flexitariano?