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FILANTROPÍA/ Escapatorias contra los aranceles

Por Felipe Vega, presidente de la fundación CECANI Latam

El incremento arancelario en Estados Unidos marca una reconfiguración en las cadenas de suministro mundiales. Algunos lo equiparan a los grandes retos que se vivieron durante la pandemia mundial de Covid-19, pero existen variables significativas en esta reformulación de decisiones y patrones de consumo. La hora de reaccionar inicia.

El 2 de abril, el presidente Donald Trump anunció aranceles radicales, incluido un impuesto básico del 10 por ciento sobre todas las importaciones y mayores impuestos a la importación para unos 60 países.

Aunque esos aranceles todavía aparecen en los tribunales y se negocian en las conversaciones comerciales, a través de órdenes ejecutivas, Trump ya cambia sus políticas arancelarias repetidamente desde que reingresó a la Casa Blanca. Sin embargo,  los analistas sostienen que es probable que los aranceles para las importaciones a Estados Unidos sean más altos que antes.

Para los líderes empresariales, un paralelismo con el Covid es la necesidad de replantearse sus cadenas de suministro. Pero advierte que los aranceles de Trump se encuentran entre una serie de factores que remodelan el comercio mundial, como los aranceles entre países no estadounidenses.

Ante esto, adaptarse a una incierta realidad arancelaria implica un cambio radical y acciones contundentes como cambiar a ubicaciones de abastecimiento alternativas.

Para las empresas que no tienen más de una fuente de suministro, la incertidumbre arancelaria presenta una oportunidad para explorar las posibilidades.

La mayoría de las empresas van a adoptar un enfoque de esperar y ver», pero esperar no significa ‘no hacer nada’. Esperar significa buscar opciones.

Sin embargo, la creación de opciones es costosa a corto plazo y solo da sus frutos a largo plazo, por lo que muchos asumen dejar pasar el problema arancelario. Pero la inercia no va a detenerlo. Está en el punto exacto en el que deben analizarse nuevas soluciones.

Asimismo, las empresas deben tener en cuenta los cambios más amplios en los patrones del comercio mundial.

La participación de Estados Unidos en el comercio mundial probablemente se reducirá, mientras que los aranceles entre países no estadounidenses en mercados como el Reino Unido y la India, o la India y la Unión Europea, probablemente descenderán más y más.

En sí, los aranceles entre Estados Unidos y otros países serán más altos que antes, mientras los existentes entre otras naciones serán más bajos que antes. Así, y de una manera muy fundamental, eso es completamente diferente del Covid».

Entonces, a la hora de considerar la creación de fuentes alternativas,  las empresas deben considerar todos los riesgos que experimentaron en los últimos años. Los aranceles no son más que otra razón por la que las empresas deben pensar en cómo estructurar su producción.

Entre otros factores, los nuevos aranceles de Estados Unidos a determinados países ejercerán un factor de decisión. No debe olvidarse que cuando se tiene un mercado tan grande, tiene sentido producir directamente ahí.

 

La Fundación CECANI Latam está centrada en capacitar a las asociaciones civiles no lucrativas con ideas, propuestas, cursos, diplomados, consultorías y estudios. Se puede ver más información en https://cecani.org/ y en [email protected]

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FILANTROPÍA/ OSC contra la discriminación

Por Felipe Vega, presidente de Fundación CECANI Latam, enfocada en la educación y compartir conocimiento para las asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS), revela que casi una cuarta parte de la población en México experimentó discriminación en algún momento, ya sea por su apariencia, género, origen étnico, orientación sexual, discapacidad, entre otros muchos factores.

En la Ciudad de México, las denuncias por discriminación aumentan anualmente 8.3% respecto a años anteriores, con un promedio de cuatro carpetas de investigación abiertas cada día. Esto refleja no solo una mayor concientización del problema, sino también que la segregación no desaparece.

Existen grupos poblacionales donde la discriminación se acendra más, como en el caso de las mujeres indígenas. A pesar de que 2025 se declaró el “Año de las Mujeres Indígenas”, el 40.8% de ellas considera que sus derechos humanos no se respetan y las discriminan por su forma de vestir, hablar o simplemente por ser mujeres.

Mientras esto ocurre, la discriminación por apariencia física entre niños y adolescentes está en aumento, y se manifiesta principalmente en forma de acoso escolar o bullying. Según un censo reciente aplicado a más de 45 mil adolescentes en 298 escuelas, las principales causas de este tipo de violencia incluyen el peso corporal, estatura, color de piel, forma de vestir, tipo de cabello y orientación sexual.

Acciones de la sociedad civil organizada.

Ante esto, la sociedad civil organizada tiene un papel crucial en transformar las normas culturales que perpetúan la discriminación. Algunas acciones concretas que puede emprender son:

Campañas de sensibilización con rostro humano No basta con datos; se necesitan historias reales. Las organizaciones pueden lanzar campañas que visibilicen testimonios de personas discriminadas por su apariencia, para despertar empatía y cambiar percepciones arraigadas.

Talleres en escuelas con metodologías participativas. Implica Ir más allá de charlas tradicionales e implementar actividades donde niños y adolescentes reflexionen activamente sobre estereotipos y practiquen la empatía. El teatro, el juego de roles y el arte son poderosos en este sentido.

Formación de docentes y personal escolar Muchas veces, los adultos en las escuelas perpetúan o minimizan el problema. Proveerles herramientas para detectar, atender y prevenir la discriminación desde su rol es fundamental.

Redes de apoyo psicosocial comunitario Crear espacios seguros donde jóvenes que han sido víctimas de discriminación puedan encontrar apoyo emocional, orientación legal o simplemente sentirse escuchados. El acompañamiento es clave para sanar.

Incidencia política y legal Exigir que se fortalezca el marco legal contra la discriminación por apariencia y que se implementen protocolos obligatorios en escuelas. La presión organizada logra que las instituciones actúen.

En sí, se trata de educar, acompañar, alzar la voz… y persistir.

La Fundación CECANI Latam está centrada en capacitar a las asociaciones civiles no lucrativas con ideas, propuestas, cursos, diplomados, consultorías y estudios. Se puede ver más información en https://cecani.org/ y en [email protected]

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FILANTROPÍA/ Cómo convertirse en una causa social auténtica

Por Felipe Vega, director de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

Las causas sociales auténticas implican conectar con iniciativas que tengan raíces sólidas, objetivos claros e impacto medible. No se limita a seguir tendencias, sino a identificar qué problemáticas son urgentes.

Una causa auténtica se sostiene en evidencia, datos, contexto y participación de las comunidades. Entonces, es importante escuchar, observar y comprender antes de generar una intervención o proyecto social.

Deben desestimarse las causas “de moda” o altamente mediáticas, pero que carecen de un análisis profundo de sus implicaciones o impacto.

La autenticidad implica compromisos coherentes con la misión personal o empresarial. La autenticidad se construye con tiempo, coherencia y conocimiento.

Así, conviene un autoanálisis que verifique si se generan mejoras tangibles, quienes validan el éxito del proyecto y si existen indicadores claros o evidencia del cambio que promueve.

Asimismo, es indispensable la participación de la comunidad. Una causa auténtica siempre involucra a quienes viven la problemática. Si se decide todo desde fuera, sin escuchar a los directamente afectados, es probable que se trate de una causa mal enfocada.

Ahora, una causa puede ser muy noble, pero si no conecta con los valores o el propósito de quien la apoya, el compromiso difícilmente será sostenible. Elegir causas sociales auténticas implica introspección: ¿Qué te mueve? ¿Qué te indigna? ¿Qué quieres cambiar?

Esta alineación es vital para que las acciones sean genuinas. Cuando una persona o empresa trabaja en una causa que le apasiona y representa sus valores, el impacto es mayor, la narrativa es más creíble y la energía invertida es constante.

Además, esta conexión emocional facilita comunicar la causa con autenticidad, generar alianzas estratégicas y mantener la motivación en el tiempo.

Vale recordar que la transparencia fortalece la credibilidad. Compartir aprendizajes, aciertos y errores permite construir confianza con las audiencias y con las comunidades. El verdadero cambio se construye con voluntad, datos y apertura.

En un mundo donde muchas causas compiten por atención, es fundamental ser fieles a nosotros mismos para dotar de autenticidad, credibilidad, congruencia y confianza la causa social que apuntalamos desde nuestras organizaciones.

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FILANTROPÍA/ El dado contra el bournout

Por Felipe Vega, fundador y director de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

El burnout o agotamiento laboral es un fenómeno que incide en la baja productividad, rotación de talento y resquebrajamiento de la reputación corporativa. Durante mucho tiempo permaneció ignorado en las políticas y prácticas empresariales, pero hoy se considera prioritario desarraigarlo para ganar participación de mercado y ganar credibilidad en los distintos públicos.

Estas son seis acciones claves para minimizar o desaparecer sus perniciosos efectos en el trabajo:

  1. Fomentar una cultura organizacional saludable. Es decir, una cultura que promueve el respeto, inclusión y la comunicación abierta.

Una cultura organizacional saludable incluye el reconocimiento constante del esfuerzo y la dedicación de los empleados. Implementar programas de agradecimiento y celebrar logros fortalece el sentido de pertenencia y motivación, factores que disminuyen la probabilidad de desgaste emocional y mental.

  1. Implementar horarios flexibles y promover el equilibrio vida-trabajo. Una de las formas de prevenir el burnout más efectivas es ofrecer a los colaboradores flexibilidad para manejar sus horarios y responsabilidades personales. La RSE orientada al bienestar debe incluir políticas que permitan a las personas equilibrar su vida profesional con la personal, así como favorecer su salud mental y física.

El trabajo remoto o híbrido es una estrategia que permite reducir el estrés y mejorar la satisfacción laboral.

  1. Capacitar en gestión del estrés y autocuidado. Desde la RSE, la formación en habilidades para la gestión del estrés es un pilar esencial para prevenir el burnout. Capacitar a los colaboradores en técnicas de relajación, mindfulness y manejo emocional les proporciona herramientas prácticas para afrontar situaciones de alta demanda sin comprometer su salud.
  2. Promover espacios de diálogo y apoyo emocional. Crear espacios seguros donde los empleados puedan expresar sus preocupaciones y emociones es otra de las formas de prevenir el burnout desde la RSE. Esto puede incluir grupos de apoyo, asesorías psicológicas o charlas con expertos en salud mental.
  3. Establecer límites claros en las cargas laborales. La sobrecarga de trabajo es una de las causas más comunes del burnout. Por ello, la RSE debe promover políticas que definan claramente las responsabilidades y eviten jornadas excesivas.
  4. Incentivar pausas activas y tiempo de desconexión. Incorporar pausas activas durante la jornada laboral favorece la desconexión mental y la relajación física, factores clave para prevenir el burnout. Se pueden impulsar iniciativas que promuevan ejercicios, estiramientos o breves momentos de meditación, mejorando la concentración y reduciendo el estrés.
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FILANTROPÍA/ Blindaje contra la cancelación

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI LATA, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

De manera reciente, la voz, opiniones e incluso los juicios de valor, cobran relevancia a través de las redes sociales.

Esto permite que las historias cobren relevancia y las opiniones se conviertan en tendencia o movimientos consolidados en hashtags.

Hoy, cuando las plataformas digitales otorgan poder a todas las esferas sociales, ignorarlas es prácticamente imposible.

Así, cuando la desaprobación se convierte en acciones para “cancelar”, es decir, dejar de consumir productos, servicios o acciones de esas marcas, es cuando se pasa de la opinión al fenómeno conocido como “cultura de la cancelación” o sabotaje.

Las principales acciones para evitar estas conductas que dañan la reputación y la marca son:

Tener un propósito consolidado. La misión empresarial clara impacta la percepción interna y de los públicos externos de que se trabaja en pro de algo. Esto genera respeto y certidumbre.

Asumir el error y hacer un cambio real por la falta. Si desde el principio se admite la equivocación y se generan acciones contundentes para resarcir daños y evitar que se vuelva a incurrir en equívocos, se logra una mejor disposición de los públicos a perdonar y se disuaden acciones contestaraias y perniciosas de “cancelación”.

Vale mencionar que 88% está más dispuesto a perdonar a una empresa si realmente intenta cambiar.

El 73%, por ejemplo, dice que tiene menos probabilidades de cancelar una empresa si está impulsada por un propósito social.

Por último, las personas (84%) están dispuestas a dar un margen de maniobra a las empresas que cometen un error por primera vez.

Sin embargo, incluso en la práctica de la cultura de la cancelación, las opiniones de los encuestados se dividen: 34% cree que la cultura de la cancelación es buena para la sociedad.

Otro 30% piensa que es efectiva, pero usada en exceso causa demasiado daño a muchas empresas y a sus stakeholders mientras 20% considera que la cultura de la cancelación es mala para la sociedad en general, y el acto se usa con demasiada libertad, de modo que los individuos y las marcas deben actuar con sumo cuidado en todo momento.

Contar con una estrategia anticrisis es esencial para prevenir que alguna irrupción “se salga de control” y lograr actuar de inmediato. Sin embargo, vale recordar que la misión empresarial clara es un factor crucial en la resiliencia y la actuación ágil para contrarrestar pérdidas.

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FILANTROPÍA/ Cinco acciones contra los riesgos de la automatización

Por Felipe Vega, fundador de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

El ancestral miedo de que la tecnología sustituirá al hombre no se desarraiga aún. Mitigar los riesgos de la automatización debe establecerse con medidas empresariales como estas:

Preservar empleos básicos o de nivel inicial: Aunque la automatización vuelve obsoletos algunos puestos de trabajo, es vital que las empresas permitan a los empleados aprender y desarrollarse dentro de la organización. Los roles “de principiantes” son fundamentales para la capacitación y  construcción de una fuerza laboral cualificada.

Invertir en programas de reciclaje y capacitación: Las empresas deben comprometerse a financiar programas de formación continua para los empleados desplazados por la automatización. Estos programas deben enfocarse en las habilidades necesarias para trabajos más cualificados, como la gestión de flujos de trabajo de IA o la supervisión de algoritmos de aprendizaje automático.

Crear alianzas con instituciones educativas: Las empresas deben colaborar con universidades y centros de formación técnica para diseñar programas educativos que preparen a los trabajadores del futuro. Esta colaboración asegurará que los nuevos trabajadores estén equipados con las habilidades que la economía digital necesita.

Fomentar la inclusión social en el empleo tecnológico: Es esencial que la transición a trabajos más cualificados sea inclusiva y ofrezca oportunidades para todos los grupos sociales. Las empresas deben establecer políticas que promuevan la diversidad y la equidad en el acceso a las nuevas oportunidades de trabajo.

Replantear el modelo económico: Las empresas deben reconocer que los consumidores son también empleados, y el bienestar de uno impacta en el otro. Deben adoptar una visión sistémica que promueva un equilibrio entre la automatización y el mantenimiento de una base sólida de consumidores que sigan impulsando la economía.

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FILANTROPÍA/ Ley Silla en México

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latma, empresa de capacitación de figuras no lucrativas.

Durante años, empresas de todo el mundo operaron bajo condiciones que afectan el bienestar y la productividad de sus trabajadores, por ejemplo, obligar a pasar largas jornadas de pie. Esto está por cambiar con la Ley Silla en México.

Se trata de una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que busca asegurar que cada trabajador cuente con un asiento durante su horario laboral. Hasta ahora, sólo mencionaba la obligación patronal de mantener suficientes asientos disponibles, que cabe destacar, era una regulación que no se modificaba desde hace 50 años.

Las leyes responden a una necesidad de adaptarse a las realidades contemporáneas. La falta de condiciones favorables para los trabajadores, no solo merman el ánimo y la salud de los colaboradores, sino que también reflejan una falta de empatía que repercute en baja productividad laboral.

La Ley Silla en México tiene el objetivo de velar por el bienestar y la salud de los trabajadores y garantizar su derecho al descanso durante la jornada laboral. Establece la obligación para los empleadores de proporcionar asientos con respaldo para que sus colaboradores puedan descansar.

El cambio en la dinámica radica en ir más allá de mencionar la necesidad de mantener asientos. Además prohíbe a los empleadores exigir a sus trabajadores permanecer de pie durante toda su jornada.

Su fundamento científico está en los riesgos para la salud asociados con trabajo prolongado de pie. Esta conducta se vincula con una serie de problemas de salud como dolores musculares, hemorroides, fascitis plantar, fatiga, lesiones en las rodillas, lumbalgia, tendinitis y várices

Pese a ello, es común ver en nuestro país al personal de seguridad, hostelería y comercio minorista, por mencionar algunos ejemplos, cumplir sus jornadas laborales de pie.

Con la Ley Silla se busca cambiar la cultura laboral en México. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es de suma importancia evitar lapsos prolongados de trabajo de pie para proteger la salud y el bienestar de los trabajadores.

La revista Gait and posture señala que el límite de exposición seguro en una postura vertical es de 40 minutos ininterrumpidos. La International Ergonomics Association sostiene, basada en investigaciones publicadas, que estar de pie más de dos horas seguidas afecta la cadera y más de tres afecta a la extremidad inferior en general.

La Cámara de Senadores aprobó, el 4 de diciembre de 2024, la “Ley Silla” que contempla las reformas a los artículos 132, 133, 422 y 423 de la Ley Federal del Trabajo, relacionados con garantizar que todas las personas trabajadoras en los sectores de servicio y comercio tengan derecho a sentarse durante su jornada laboral.

La reforma establece un periodo de transición para su cumplimiento. Tras obtener esta aprobación, las empresas tendrán un plazo de 180 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para cumplir con los cambios.

Además de las nuevas obligaciones, la reforma establece un plazo de 30 días hábiles para que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) emita las normas correspondientes sobre los factores de riesgos de trabajo.

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FILANTROPÍA/ El auge de las inversiones verdes

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

Consciencia ecológica y rendimientos financieros se concretan en una realidad a nivel mundial. En México es una tendencia ascendente que impulsan inversionistas, sector privado y la Sociedad Civil Organizada.

A nivel global aumentan las inversiones sustentables. Se trata de instrumentos como acciones, fondos o bonos que, además de buscar rendimientos a largo plazo, tienen el objetivo de generar un impacto positivo en el medio ambiente.

El auge de quienes apuestan por las buenas prácticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés), refleja una mayor conciencia por parte de los inversionistas sobre el impacto de sus decisiones financieras. Tan es así que, según S&P Ratings, la emisión de bonos sustentables representó el 34% del total de bonos en América Latina en 2023, mientras en 2019 no alcanzaba el 5%.

En México, de acuerdo con la Bolsa Mexicana de Valores, el financiamiento ESG ya supera por primera vez los 100 mil millones de pesos anuales, como resultado de estrategias sólidas orientadas a reducir riesgos, impulsar una transformación sustentable en el presente y generar resultados sostenibles a largo plazo.

Tal es el caso de los bonos verdes que representan una opción atractiva para los inversionistas que buscan diversificar sus portafolios de renta fija. La inversión en activos verdes normalmente se concentra en proyectos destinados a energías renovables, agricultura, transporte y movilidad así como forestación, entre otros.

Las inversiones sustentables ganan relevancia en México y a nivel global, a pesar de los retos en el corto plazo, gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, cambios de patrones de consumo, nuevas iniciativas y acuerdos internacionales, así como la necesidad de cuidar nuestro planeta.

Este tipo de inversión fomenta decisiones más responsables, control de riesgos en el largo plazo y da lugar a esfuerzos colectivos entre sociedad y empresas para atender retos y construir un ecosistema financiero verde.

Así, las inversiones sustentables son una oportunidad para generar rendimientos competitivos en el mediano plazo y serán la norma el día de mañana. Las inversiones ESG no solo son parte de una estrategia financiera, sino una labor conjunta para financiar proyectos en pro del medio ambiente.

Las finanzas verdes son una nueva realidad que patentiza la consciencia por el medio ambiente y prácticas de buena gobernanza empresarial.

 

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FILANTROPÍA/ Burnout, presencia insospechada de la renuncia silenciosa

Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

Tras la pandemia mundial de COVID-19 asumimos que el desencanto de los trabajadores, presentado como una renuncia silenciosa o la incorporación al reino de los zombies vivientes, era producto de la falta de alineación entre la mística empresarial y el propio propósito o sentido de vida. Una simple “desconexión” y ya.

Se ignoró el síndrome de burnout o cansancio extremo, de un agotamiento persistente.

Muchas empresas ya reconocen que el agotamiento profesional es un problema creciente, pero los datos revelan una brecha preocupante entre la percepción de los empleadores y la realidad vivida por su fuerza laboral. El 82 % de los trabajadores se sienten en riesgo de padecer burnout. Además, más de la mitad lo experimenta.

Uno de los factores más determinantes del burnout es la sobrecarga derivada de las responsabilidades de cuidado familiar. Muchos empleados, en especial quienes están en la década de los cuarenta, se ven obligados a cuidar de hijos pequeños y padres mayores al mismo tiempo, lo que multiplica el estrés laboral.

Lo que sí parece marcar la diferencia son los beneficios laborales que apoyan a los cuidadores: subsidios, respaldo económico para cuidados temporales, o programas de salud mental.

Las cifras lo respaldan: el 45 % de quienes tienen acceso a estas prestaciones mejoraron su productividad y 40 % reportó menor ausentismo. Más allá del rendimiento, el impacto emocional es clave: más de la mitad afirmó que mejoraron su calidad de vida y su conciliación entre trabajo y familia.

Identificar las señales de burnout es más que una cuestión de salud mental: es un acto de responsabilidad hacia uno mismo y hacia los equipos de trabajo. El agotamiento no se cura con días libres o frases motivacionales. Requiere cambios estructurales, apoyo emocional y políticas laborales más humanas.

Para empresas socialmente responsables, entender este fenómeno es clave para atraer, cuidar y retener talento. El burnout no es una debilidad, sino una consecuencia de un sistema que necesita ser revisado. Detectarlo a tiempo puede ser la diferencia entre sobrevivir en piloto automático o recuperar el bienestar y el propósito en lo que hacemos.

Estas son algunas características del burnout: cansancio físico constante, desmotivación, irritabilidad o cambios de humor, dificultad para concentrarse, sensación de fracaso o inutilidad, aislamiento social, dolores físicos frecuentes, negatividad constante u pérdida de eficacia laboral, sensación de estar atrapado y aumento del consumo de sustancias.

Actualmente en el Tercer Sector se realizan muchos trabajos de concientización sobre el también llamado “síndrome del quemado” para ayudar a los trabajadores a buscar apoyos y ayuda frente a un cansancio lacerante que se extiende cada vez más y más en distintos sectores económicos.

El primer paso para paliar el síndrome es el reconocimiento.

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FILANTROPÍA/ Adultos mayores sin educación financiera

Por Felipe Vega, Fundador y director general de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

En México, los adultos mayores son un grupo particularmente vulnerable a los fraudes financieros. Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), aproximadamente el 65% de las quejas por fraudes bancarios provienen de este sector, siendo los cargos no reconocidos y las transferencias electrónicas no autorizadas las modalidades más

El veredicto es tajante: la alfabetización financiera y de la salud disminuyen a medida que envejecen, según Olivia S. Mitchell, profesora de Economía Empresarial y Políticas Públicas de Wharton.

Esta condición incidirá en tomar malas decisiones sobre los gastos, el seguro, atención médica y potencialmente para evitar estafas financieras y de atención médica.

Ahora, la edad avanzada, menor nivel educativo y menores ingresos se asociaron con niveles basales de alfabetización más bajos. Con una esperanza de vida más larga, las mujeres tienen un mayor riesgo de fragilidad financiera y malas decisiones relacionadas con la salud,

Conviene entonces ayudar a informar las intervenciones de políticas para mejorar esos niveles de alfabetización entre los adultos mayores, especialmente las mujeres, para mejorar su bienestar y calidad de vida.

La población de nuestro país, que envejece rápidamente, seguramente necesitará ayuda y asesoramiento adicionales para gestionar la atención de la salud y las decisiones financieras a lo largo de vidas cada vez más largas.

En ese contexto, es cada vez más crítico que las familias implementen mecanismos de protección para ayudar a sus parientes y amigos a mantener la resiliencia financiera en sus últimos años.

Por ejemplo, la tecnología de seguridad, como las notificaciones de cuentas bancarias y puntajes de crédito, puede alertar a los familiares más cercanos de las personas o a asesores de confianza, en caso de intentos de transferencias de efectivo a destinos desconocidos. Las instituciones financieras también podrían ofrecer un seguimiento de los movimientos inusuales en las cuentas de las personas mayores.

En la Organización Civil Organizada ya existen proyectos para atender la poca o nula educación financiera de los adultos mayores para disminuir los fraudes y cibercrímenes en los que la generación Silenciosa y Baby Boomer son los que representan mayores víctimas. También algunas de las Fintech en México procuran ser más eficientes y accesibles para personas mayores de 65 años.

El envejecimiento en la pirámide poblacional del país vuelve imprescindible la alfabetización financiera en todos los grupos etarios, pero sobre todo en los adultos mayores, mujeres y personas con escasos recursos y población no bancarizada.

La población no bancarizada enfrenta desafíos particulares en términos de educación financiera. Al no estar integrada al sistema bancario, es menos probable que tenga acceso a productos financieros formales, como cuentas de ahorro, créditos o asesoría sobre inversiones. Estos servicios suelen ir acompañados de programas educativos o información que ayudan a comprender el manejo de las finanzas personales.

Además, las personas no bancarizadas tienden a depender más de prácticas informales para administrar su dinero, lo que podría limitar su exposición a conceptos financieros clave, como la diversificación de riesgos, interés compuesto o la planificación a largo plazo.