A tres meses de que Donald Trump regresó a la Casa Blanca, su gobierno está muy lejos de cumplir el objetivo de deportar en el primer año a un millón de migrantes.

Para llegar a esa meta, la administración del republicano debió expulsar a 246 mil 510 personas en sus primeros 90 días, que se cumplen hoy. Sin embargo, el último dato oficial es que al 1 de abril sumaban 100 mil casos, un salto de 71 mil desde el reporte previo del 11 de marzo, cuando se informó de 28 mil 319 deportados.

Esta semana, funcionarios de defensa de México y de Estados Unidos informaron que las detenciones en la frontera cayeron 97 por ciento. Ahora hay miles de soldados que sellaron con alambre de púas la frontera, desplegaron vehículos artillados, drones e incluso buques de guerra en el golfo de México y el océano Pacífico.

Además, las fiscalías federales en Texas, Nuevo México, Arizona y California presentaron mil 020 casos contra indocumentados detenidos; algunos ya habían sido deportados y cuentan con antecedentes criminales.

Superdeportaciones, en papel
El gobierno de Trump ha devuelto a 100 mil indocumentados, cifra lejana a los 246 mil que tendría que haber expulsado para cumplir con la meta que estableció

SAN DIEGO.— La administración del presidente Donald Trump hace más visibles y controversiales las detenciones y deportaciones de migrantes indocumentados, a medida que la popularidad del mandatario estadunidense retrocede por su manejo de la economía.

Y es que si bien se propuso deportar a 11 millones de migrantes, más de 4.5 millones de ellos mexicanos, y expulsar un millón en el primer año, su objetivo se quedó muy corto, a 90 días de que llegó a la Casa Blanca. Los diez refugios que el gobierno de México instaló en estados fronterizos no están saturados, como se preveía.

La meta del republicano representaba la deportación de 2 mil 739 personas cada día en promedio, o 246 mil 510 migrantes en los primeros tres meses de su administración, los cuales se cumplen hoy.

En cambio, en muy escasas cifras y sin desglosar, la administración republicana informó el 11 de marzo que iban 28 mil 319 deportaciones, y el 1 de abril notificó de 100 mil, un salto de más de 71 mil deportaciones en sólo 20 días, que es muy difícil de comprobar.

Aun si es real que se llevaron a cabo más de 70 mil deportaciones en menos de tres semanas, según la meta prevista, para el 1 de abril no irían 100 mil, sino casi el doble, 191 mil 730 deportaciones.

En la frontera tampoco hay numerosas detenciones. En el caso de mexicanos, la misma Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EU (CBP, por sus siglas en inglés) reportó que en febrero y marzo pasado los “encuentros” sumaron 17 mil 340 a nivel nacional, lo que equivale a 294 diarios, una caída de 90% en comparación con los 162 mil 078 (2 mil 701 al día) de los mismos meses de hace tres años.

Ahora hay miles de soldados que han sellado con alambre de púas la frontera, vehículos acorazados artillados, drones, y hasta destructores con balística dirigida.

Además, las detenciones y deportaciones son cada vez más polémicas.

El viernes, la administración Trump pidió a la Corte Suprema negar la nacionalidad estadunidense a los hijos de indocumentados nacidos en el país, lo que significa pedir la decisión sin precedentes de anular la enmienda 14 constitucional, que en todo caso correspondería al congreso y luego el máximo tribunal tomaría una decisión.

Y esa petición se hace a días de que la propia administración desobedeció a la misma Corte que ordenó facilitar el regreso de un salvadoreño legalmente en el país, de quien el mismo gobierno reconoció que deportó por error administrativo.

Esta semana dejaron en libertad a una ciudadana estadunidense que fue arrestada en Florida e iba a ser deportada, a una abogada de migración de nacionalidad estadunidense le enviaron un mensaje en el que le exigieron autodeportarse; y hay casos de la nación navajo que ahora porta identificaciones y certificado de sangre nativa, pues por su aspecto latino y vivir en la frontera sufren frecuentes detenciones.

 

Acumula demandas

En 90 días de ejercicio, la administración Trump lleva 50 demandas por el tema de migración ante cortes federales, varias con alcance o rumbo a la Corte Suprema.

La administración decidió, por ejemplo, que los menores de edad indocumentados que llegaron al país sin compañía de adultos se representen a sí mismos, sin abogados, ante cortes de migración.

En la ola de asuntos de migración polémicos que distraen de los aranceles, se hallan con más frecuencia videos virales de detenciones de padres cuando llevaban a sus hijos a la escuela, incluso de niños de educación de nivel primaria detenidos para deportaciones, arrestos de migrantes que asisten a audiencias de migración, e incluso detenciones al acudir a misa en semana santa.

Especialistas refieren que este embate antimigrante lo está evidenciando el empresario a la par de que cae su popularidad por el manejo de la economía y el impacto que tuvo la imposición de aranceles que hizo a otros países.

De acuerdo con una encuesta de la Universidad de Chicago, cinco de cada diez estadunidenses simpatizan con la ofensiva de Trump contra los migrantes y cuatro de cada diez la desaprueban. En cambio, más de la mitad desaprueba su manejo de la economía, y tres de cada cuatro estadunidenses opinan que los aranceles conducirán a una mayor inflación, tanto a corto y largo plazos.

Ante crecientes advertencias de dirigir la economía a una potencial recesión, el mandatario estadunidense que prometió en campaña “bajar los precios desde el día uno”, ha elegido catapultar el tema de la migración, desafiar a las cortes —incluida la Suprema Corte— y tratar convertir ante la opinión pública a todos los migrantes en peligrosos delincuentes.

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