Por Julio César Briseño Cruz, CEO de Cénit, consultoría empresarial y banca de desarrollo

El futuro no puede controlarse, pero esto no implica dejar de generar estrategias para blindarse de los cambios abruptos y los riesgos geopolíticos. La búsqueda de resiliencia, en ese entorno, se vuelve esencial para el CEO. Mientras, cambia radicalmente el concepto de globalización.
Así, durante las últimas tres décadas, globalizarse significó desarrollar mercados y crear corporaciones multinacionales. Fructificaron fusiones y adquisiciones extranjeras en todo el mundo, pero hoy “la aldea global” está bajo presión. La invasión rusa a Ucrania representa muchas de las irrupciones que enfrentaremos.
Según el informe Global trends 2040 del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, en las próximas dos décadas, es probable que una gama más amplia de actores competirá para promover sus ideologías, objetivos e intereses.
En medio de estos desafíos, el valor de la resiliencia está en aumento. Y no basta ya un ejercicio intuitivo e improvisado, se debe ser más riguroso en las dimensiones claves de la resiliencia como modelo de negocio, reputación, organización, operaciones, tecnología y finanzas.
Para establecer un punto de referencia para la resiliencia, las organizaciones deben adoptar un enfoque sistemático para irradiar información sobre los desarrollos y tendencias geopolíticas a la junta directiva y al equipo de liderazgo. Esto puede tomar la forma de productos analíticos, sesiones informativas o ejercicios de escenarios
Una forma de enfocar y estructurar la discusión de la junta es identificar los riesgos geopolíticos prioritarios.
Ahora, comprender y supervisar el riesgo geopolítico es necesario pero no suficiente. La junta debe impulsar y dirigir el desarrollo de medidas proactivas de mitigación de riesgos y respuesta a la crisis con actualizaciones permanentes de los equipos sobre la ejecución y los nuevos problemas materiales.
En la reputación, por ejemplo, se requiere una postura clara mientras a nivel organizacional la nacionalidad y el relativismo cultural pasan a primer plano en las discusiones sobre postura, narrativa, estrategia y apetito por el riesgo.
En este contexto, desarrollar la resiliencia organizacional no se limita a mantener la cohesión cultural. También debe crearse un espíritu global en medio de poderosas fuerzas centrífugas a través de gobiernos inclusivos en las organizaciones y tener diálogos abiertos y honestos en los foros apropiados
Hechos como el proteccionismo comercial, la pandemia de COVID-19, las crisis de la cadena de suministro y los puntos de inflamación geopolíticos ponen a prueba la resiliencia operativa de las organizaciones de todo el mundo. Blindarse ante las posibles irrupciones requiere la creación de un centro neurálgico para la cadena de suministro, simulación y planificación de interrupciones extremas, reevaluación de las estrategias justo a tiempo y evaluación de la resiliencia de los proveedores de los proveedores como parte de un enfoque completo de revisión.
La seguridad de la cadena de suministro debe complementarse con la seguridad física de las personas.
Por otra parte, construir resiliencia tecnológica en este contexto requiere acelerar la planificación y equilibrar la segmentación de sus redes, cumplir con los requisitos de localización de datos y gestionar su acceso así como prestar mucha atención a garantizar la resiliencia frente a diversas crisis.
Por último, la resiliencia financiera implica tener una comprensión precisa de los regímenes regulatorios en constante cambio y una sólida capacidad de cumplimiento, pero también impulsar una cultura de cumplimiento con la propia organización en un tema sin margen de error.